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Recuperado un Stradivarius durante una operación contra el tráfico de mujeres en Barcelona

El violín apareció durante el registro en la vivienda de uno de los 13 detenidos

La Policía ha detenido a 11 rumanos y dos españoles que formaban parte de una organización dedicada al tráfico y explotación de mujeres y otros delitos contra la salud pública, en el transcurso de una operación que comenzó en Málaga y Barcelona y en la que se ha recuperado un violín Stradivarius de gran valor.

Según ha informado la Dirección General de la Policía, la organización desarticulada contaba con una amplia infraestructura en Rumanía y España y estaba dirigida por su máximo jefe, apodado Catalán, internado en la Prisión de Topas de Salamanca.

Los integrantes de la red compraban y vendían a las víctimas y controlaban al estilo mafioso autovías y algunas calles de ciudades españolas, alquilando estos espacios a proxenetas de otros grupos en función de la rentabilidad obtenida por las prostitutas, algunas de las cuales eran sus propias novias.

En estos lugares, las mujeres eran vendidas o alquiladas por los jefes a otros proxenetas, recaudando semanal o mensualmente por estas prácticas elevadas cantidades de dinero. Así, por ejemplo, uno de los detenidos cobraba 300 euros por admitir en su territorio de la autovía de Castelldefels la presencia de la nueva chica. Otras mujeres eran prostituidas en clubes de alterne de dicha autovía, adonde eran llevadas por sus chulos y obligadas en ocasiones a vender drogas a sus clientes.

Recuperan un violín Stradivarius

Los detenidos hoy por asociación ilícita, delito relativo a la prostitución y favorecimiento de la inmigración ilegal han sido ocho ciudadanos rumanos: Antonela J., de 24 años, Sorin C., de 26 años, Mirela A.C., de 20 años, Laurentiu T., de 34 años, Ioan Ciprian M., de 28 años, Marius Silviu B., de 29 años, Ionana Claudia I., de 23, y Camelis Viorica P., de 24 años.

Por delito contra la salud pública y asociación ilícita, han detenido a Victor R.R., de 22 años, y José Julián P.T., de 19 años y vecino de Barcelona. Por infracción de la Ley de Extranjería, los rumanos detenidos son Lavinia P., de 22 años, Eugenia M, de 33, y Ildiko M.K, de 36 años.

En uno de los registros efectuados en el domicilio de uno de los detenidos, ha aparecido un valioso violín Stradivarius Cremonensi del siglo XVIII, así como ordenadores portátiles; 8,5 gramos de sustancia blanca, que parece droga; libretas con anotaciones; 1.300 euros; una pistola eléctrica, un puñal y dos navajas, entre otras cosas. La operación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Red europea

Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de marzo con la detención en Málaga y Castellón de 15 personas, integrantes de un grupo delictivo organizado, y de 46 más por estancia ilegal. En un primer momento, varios miembros de la red lograron huir y se establecieron en la localidad de Castelldefels (Barcelona). Las investigaciones posteriores determinaron que estas personas pertenecían a una organización internacional con infraestructura en España y Rumanía, cuyos miembros se movían en varios países de la UE como Alemania, Suiza, Francia y Holanda.

Los integrantes se dedicaban a la explotación de la inmigración ilegal y de la prostitución de mujeres, delitos a los que se unirían otros colaterales como falsedad documental, lesiones, amenazas y delitos contra la propiedad. La estructura de esta red contaba en Rumanía con una serie de transportistas que acompañaban a las mujeres hasta España, simulando su entrada como turistas.

Los captores recibían un anticipo del proxeneta remitido desde España de 200 euros con los que debía de pagar la manutención de las mujeres, comprarles ropa y conseguirles la documentación para poder viajar. El trayecto hasta España se realizaba en autobuses "piratas" o en vehículos particulares, con conductores de "confianza" que dejaban a las mujeres en los puntos convenidos, donde sus nuevos "dueños" se hacían cargo de ellas.

Las mujeres contraían con la organización una deuda que no podían pagar y las que se negaban a trabajar o no cubrían las expectativas eran objetos de amenazas, agresiones físicas y otras extorsiones. Además, sus horarios de trabajo era de unas diez horas diarias, todos los días de la semana. Los proxenetas hacían una valoración de las mujeres y su transacción en precios, que oscilaba entre los 800 y los 1.000 euros.

Una imagen del violín Stradivarius Cremonensi del año 1715 recuperado por la Policía tras desarticular una red de tráfico de mujeres.
Una imagen del violín Stradivarius Cremonensi del año 1715 recuperado por la Policía tras desarticular una red de tráfico de mujeres.EFE

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