Una indemnización por exceso de orgasmos
Un ex preso polaco asegura que el uso continuado de una máquina para fabricar losas que manejó durante su estancia en la cárcel le provocaba continuas eyaculaciones que le han dejado estéril
No son infrecuentes las peticiones de indemnización por malos tratos en las cárceles. Pero resulta insólito que alguien haga una reclamación por habérselo pasado demasiado bien en prisión. Ése es precisamente el caso de un ex recluso polaco, cuya identidad no ha sido desvelada, y que manejó durante el tiempo que duró su condena una máquina vibradora que le producía continuos orgasmos. El efecto negativo, y por el que pide precisamente ser indemnizado, es que tanto placer le ha dejado estéril.
Según el testimonio del ex recluso su labor en la prisión de Czarne (noroeste del país) durante varios años fue fabricar losas de hormigón con una máquina muy potente que tenía que mantener apretada con el abdomen para no perder su control. "Las vibraciones provocaban una eyaculación cada treinta o cuarenta minutos con el correspondiente orgasmo, solo que ahora soy estéril, porque ya no tengo esperma", asegura el preso en la carta que ha dirigido al alcaide de la prisión.
La responsable de la cárcel, la teniente coronel Franciszeka Tarasewicz no se ha tomado en absoluto a chiste su reivindicación. "El caso me ha sorprendido muchísimo, pero lo trato con absoluta seriedad, porque todo es posible", ha comentado. De hecho el ex preso está ahora a la espera de ser recibido por los encargados de la prisión.
Tarasewicz ha informado sobre el asunto a sus superiores, porque en el caso de que resultasen ciertas las quejas del hombre, su petición de indemnización, por extraña que parezca, podría ser justificada. La responsable de la cárcel ha reconocido además que ya que durante el cumplimiento de la condena el preso sufrió una grave pérdida de facultades.
La historia, difundida hoy por la agencia oficial PAP y citada por EFE, encuentra hueco en varios medios on line polacos y parece haber despertado el interés de sus lectores. En la página digital de Gazeta Wyborcza, por ejemplo, más de 20 internautas han dejado ya su opinión sobre tan curioso asunto.
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