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Enfrentamientos entre policía y vecinos de Madrid que protestaban contra la tala de árboles

Cinco heridos leves y tres detenidos acusados de agredir a la policía

Un grupo de vecinos, encabezado por tres concejales de la oposición (dos del PSOE y uno de IU) se han amotinado este miércoles en el madrileño paseo de la Virgen del Puerto, junto al Manzares, para evitar la tala de 140 acacias por parte de la Concejalía de Urbanismo. Ésta ha decidido cortar los árboles para poder meter en dicha calle un gran colector destinado a la recogida de las aguas negras e impedir que lleguen al río. "Es una obra necesaria que nos exige la Confederación Hidrográfica del Tajo", explicó la concejal responsable, Pilar Martínez.

Durante la protesta vecinal fueron detenidas tres personas —entre ellas Omar Bruno y Florencio González— además de resultar heridos tres mujeres y tres policías municipales. Los ediles de la oposición, que fueron retirados en volandas, serán denunciados por desacato a la autoridad, según el concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch. "Y no a una autoridad cualquiera, sino al inspector jefe. Es una actitud impropia de unos ediles que también forman parte del gobierno municipal a través del pleno".

La primera protesta vecinal violenta contra las obras de la M-30 tuvo por escenario ayer el paseo de la Virgen del Puerto, donde varios centenares de personas pugnaron con la Policía Municipal por impedir la continuación de la tala de 80 acacias de una arboleda de 140 árboles que recorría el paseo. Tres personas fueron detenidas, varias mujeres y un policía municipal resultaron contusionados y tres ediles, Inés Sabanés, Óscar Iglesias y José Manuel Rodríguez, fueron arrastrados de un espacio cercado donde se habían adentrado para impedir la tala, que forma parte de la construcción de un colector que surcará el subsuelo del paseo.

El paseo de la Virgen del Puerto, junto al río Manzanares, vivió ayer una jornada de agitación sin precedentes en quince años, a consecuencia de una protesta vecinal contra la tala de una arboleda de acacias plantadas hace 60 años, que forma parte de las obras de soterramiento de la vía de circunvalación M-30. La misma arboleda había sido salvada de la tala en 1991, gracias al compromiso adquirido con los vecinos por la entonces concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, hoy presidenta de la Comunidad de Madrid.

Dos varones adultos, Omar Bruno y Florencio González, fueron detenidos; tres mujeres y un policía municipal resultaron contusionados, según fuentes del SAMUR; y tres concejales, Inés Sabanés, portavoz municipal de Izquierda Unida, y Óscar Iglesias y José Manuel Rodríguez, del PSOE, arrastrados a la fuerza, fue el balance de la jornada, signada por numerosos forcejeos entre un centenar de policías municipales y un número algo superior de vecinos que se aferraban reiteradamente a los árboles aún en pie, 74 más, para impedir su tala.

La protesta había comenzado el martes a las 16.30, cuando un grupo de vecinos se arracimó junto a las 80 acacias aserradas apresuradamente desde el lunes anterior en el paseo por operarios de una contrata municipal provistos de motosierras. Desde entonces hasta la media tarde de ayer, los vecinos allí congregados impidieron la retirada de los troncos. "Queremos demostrar que las acacias no estaban enfermas, como dice el Ayuntamiento para justificar su tala, sino bien sanas como muestran los cortes de sierra", dijo Leonardo Aranda, de 35 años, vecino del paseo. Los restos de los árboles formaban un reguero verde y gris de tyroncos, sobre los que muchos jóvenes tomaron asiento.

"En el convenio de autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo", explicó Aranda, "constaba que los árboles serían extraídos en cepellón, nada permitía su tala. Y, en todo caso, en una etapa de parada vegetativa, nunca en fase de floración, como se hallan ahora las acacias", explicó.

A lo largo del día, los intentos por cercar el contorno de los árboles para facilitar el apeo de las acacias por parte de la Policía Municipal, dirigida sobre el terreno por su responsable, José Luis Morcillo, habían resultado vanos. La situación se contuvo en equilibrio inestable, pero real, hasta las 19.20 de la tarde de ayer, en que un operario de una empresa contratada por Ferrovial, encaramado en la cazoleta de una grúa, acometió el aserramiento de una acacia entre los gritos de rabia de numerosos vecinos. Algunas botellas de agua le fueron lanzadas desde abajo.

La tensión en los cordones policiales crecía paulatinamente. En ese momento, tras ser separadas del contorno de un árbol las vallas de color amarillo que la cercaban, se producía la primera detención de un hombre nacido en Andorra, Omar Bruno, de unos 30 años, que allí mismo fue esposado entre airadas protestas de los vecinos, cuya presión desbordaba reiteradamente los cordones policiales entre gritos y carreras. En las filas de los vecinos, la secuencia anímica varió desde la indignación y la rabia ante la contemplación de los troncos aserrados depositados sobre el suelo, hasta la furia para impedir la prosecución de la tala y la impotencia al contemplar retenidos por el blindaje policial, el laborar del operario de la grúa que, provisto de una motosierra eléctrica, apeaba las ramas de una alta acacia que caían con estruendo sobre el suelo.

Manuel Arnaíz, responsable técnico municipal de la actuación en el paseo de la Virgen del Puerto, dijo: "La tala obedece al nuevo trazado de un colector bajo el paseo, de 4 por 4 metros, a unos 7 metros de profundidad, que tendrá una capacidad de dilución de las aguas negras 17 veces superior a la del anterior trazado. "No hay alternativa", dijo por su parte Francisco Panadero, coordinador de Urbanismo, ante un grupo de vecinos que le recriminaban no haber informado de sus planes.

Desde primeras horas de la mañana, Inés Sabanés, portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida y los concejales socialistas Óscar Iglesias y Juan Manuel Rodríguez, se integraron pacíficamente en la protesta vecinal. "Pedimos que la Policía Municipal se retire y que los vecinos puedan dialogar con los responsables municipales", dijeron.

En torno a las 20.00 horas, los tres ediles se adentraron en el cerco policial y se situaron bajo el operario que faenaba, en un intento de disuadirle de que prosiguiera. Fueron arrastrados fuera del cerco. "Lo han hecho contra nuestra voluntad", afirmaron, en medio de una salva de aplausos y de gritos del vecindario, que les alentaban a resistir.

"Es una vergüenza que no contemplen otra alternativa que talar los árboles, que son seres vives", dice María Cruz, vecina del paseo. "¿Para construir algo es preciso destruir tanto?", se preguntaba. Muy cerca, dos niñas, de seis y cuatro años, lloraban junto a sus madres, que explican: "Tienen miedo por lo que está sucediendo aquí y pena por los árboles", dicen.

Medio centenar de vecinos se han concentrado para intentar impedir la tala de árboles llevada a cabo por las obras de la M-30.
Medio centenar de vecinos se han concentrado para intentar impedir la tala de árboles llevada a cabo por las obras de la M-30.BERNARDO PÉREZ

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