"Como tiros de cazador"
Varios centenares de viajeros y empleados espera en las cunetas de las carreteras de acceso al aeropuerto a que pase el peligro y se aclare la situación
Bajo un sol de justicia, a más de 30 grados a la sombra, dos centenares de sorprendidos ciudadanos esperan que las cunetas de las carreteras de acceso al aeropuerto de Zaragoza a que las Fuerzas de Seguridad concluyan el registro. Entre ellos hay empleados del aeropuerto, taxistas pasajeros que han sido desalojados de urgencia cuando se produjo la llamada de ETA y otros que se dirigían al recinto y ni siquiera pudieron acercarse al edificio, según informa Concha Monserrat desde el lugar de los hechos.
Uno de ellos es Bernabé García, que se dirigía al aeropuerto para dejar a sus hijos que se dirigían a Londres. Según ha relatado a la cadena televisiva CNN +, había aparcado ya su vehículo en el estacionamiento del recinto aeroportuario cuando un agente del orden le conminó a él y a su familia a abandonar la zona "porque su vida corría peligro". A toda prisa se alejaron al menos un kilómetro del edificio y a los pocos minutos escucharon dos explosiones. Muy débiles, "como tiros de cazador", afirma.
Otros pasajeros describieron de forma muy similar las dos pequeñas explosiones, que para algunos sonaron "como cohetes de feria". Pasado el susto inicial, llega el desconcierto: Nadie sabe muy bien que hacer. Los taxistas tienen sus vehículos en el aeropuerto, que sigue acordonado. Algunos pasajeros se dejaron también dentro sus maletas. Los vuelos previstos para hoy en aeropuerto civil han quedado suspendidos. Se ofrece como alternativa el militar, muy cercano. De momento todo es confusión en las inmediaciones del aeropuerto.
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