Todos los grupos menos el PP recomiendan que el Ejército se implique en la lucha antiterrorista

Las recomendaciones al Gobierno que todos los grupos de la comisión de investigación del 11-M, excepto el PP, registrarán mañana en el Congreso establecen la necesidad de perfeccionar la colaboración de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el terrorismo "ante coyunturas excepcionales y alarmas específicas". Ésta es una de las medidas que se han añadido al texto base original que redactaron PSOE e IU, después de sucesivas reuniones y contactos multilaterales entre estos dos grupos y el resto de los que componen la comisión (CiU, ERC, PNV y Mixto), menos el PP, que se ha negado a colaborar.

A lo largo de 45 folios, el llamado Documento de trabajo sobre recomendaciones preliminares de la comisión de investigación del 11-M matiza también algunas propuestas iniciales de socialistas e IU-ICV, como la de dar un mayor protagonismo a las policías autonómicas en las medidas de seguridad y cooperación antiterrorista. En cuanto a las supresiones respecto al original, se eliminan las referencias a la "escasez" de medios con la que el anterior Gobierno hizo frente al terrorismo islamista. Además, en el ámbito judicial se ha eliminado la recomendación de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para permitir que, bajo el debido control judicial, el régimen de las intervenciones telefónicas en investigación antiterrorista sea distinto del común.

También prescinde de la petición de reforma de la Ley de Protección de Datos para que el Centro Nacional de Inteligencia pueda acceder a las bases de datos con los controles pertinentes. Por contra, dedica un nuevo apartado a la coordinación en la seguridad penitenciaria a la vista de que "el terrorismo islamista extiende sus raíces también a las cárceles". Se apuesta por la política de dispersión y por mantener "un control riguroso" sobre los reclusos vinculados a grupos internacionales. Propone intensificar la vigilancia sobre "aquellos internos que muestren conductas de presión sobre otros internos o tendentes a su captación hacia ideas integristas islamistas". Subraya la importancia de mejorar la formación de los mandos directivos de las prisiones con el fin de "determinar el perfil de aquellos internos susceptibles de liderar grupos radicales o constituir células integristas".

Pide "sistemas técnicos eficaces y modernos"

Asimismo, aboga por incorporar funcionarios dedicados a la traducción de la información generada por los presos musulmanes y por fomentar su integración. El texto está dividido en tres capítulos, más una introducción: Atención a las víctimas (seis páginas), Mejora de la seguridad del Estado frente al terrorismo islamista (el más amplio, con 28) y Una más eficaz respuesta política al fundamentalismo islamista y sus consecuencias (cinco). En el capítulo segundo, además de las propuestas ya conocidas, tras el trabajo de los grupos se ha añadido la necesidad de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado manifiesten qué datos son fundamentales para la investigación del terrorismo internacional, y, en consecuencia, proceder a modificar la Ley Orgánica de Protección de Datos.

Además, propone una reforma para que se incluya en los supuestos en los que la Policía puede recoger datos de carácter personal "aquellas informaciones policiales de extranjeros que versen sobre antecedentes penales (...) por delitos de terrorismo, colaboración con terroristas o participación en actividades de organizaciones terroristas, violentas o que promuevan el uso de la violencia". También recomienda el fomento del intercambio de información policial entre países europeos con la creación de bases de datos comunes de huellas dactilares, balísticas, ADN y de datos biométricos. Siguiendo en este capítulo de mejora de la seguridad del Estado, el documento concreta que, a juicio de la comisión, es necesario que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad puedan compartir y conocer las informaciones proporcionadas por los diferentes confidentes.

Sobre la cooperación policial y judicial, hace hincapié en la necesidad de desarrollar "sistemas técnicos más eficaces y modernos", como lectores ópticos de matrículas, para el control de las fronteras exteriores y la vigilancia de los pasos interiores. En el ámbito policial y de inteligencia, destaca que para que intérpretes y traductores de árabe puedan mantener su efectividad, realicen "estancias de reciclaje" en los países de origen de los terroristas. A su vez, creen necesario que en los planes de estudio actuales de Escuelas y Academias de Policía, Guardia Civil y Policías autonómicas, se introduzcan asignaturas específicas sobre el fenómeno terrorista internacional de naturaleza islamista. Por último, descarta que se pongan nombres de víctimas a calles de distintas ciudades españolas o que se hagan monumentos en su memoria tras la petición de la Asociación de Víctimas del 11-M.