De alcalde de Valdemoro a 'número dos' del partido

De la mano de Esperanza Aguirre, el analista financiero Francisco Granados ha pasado en sólo un año de ser el alcalde de Valdemoro -un pequeño municipio de 35.000 habitantes- a diputado autonómico, consejero de Transportes e Infraestructuras del Gobierno regional y, desde hoy, secretario general del PP de Madrid.

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Francisco José Granados Lerena, de 40 años, fue conocido por la mayoría de los madrileños en el verano de 2003, como presidente de la Comisión de Investigación que se abrió en la Asamblea de Madrid para esclarecer las causas de la deserción de los entonces diputados electos socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Saez, que con su actuación impidieron un Gobierno de coalición PSOE-IU.

Nacido en Valdemoro (Madrid), el 23 de enero de 1964, Granados fue elegido alcalde de esta localidad en las elecciones municipales de 1999 y reelegido en las de 2003, aunque posteriormente renunció al cargo para incorporarse al Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Presidente del PP de Valdemoro -cargo que en noviembre de 2000 consiguió por tercera vez consecutiva tras hacerse con el cien por cien de los votos en las elecciones de la agrupación local- concurrió a las elecciones autonómicas a la Asamblea de Madrid como número ocho de la candidatura que encabezó Esperanza Aguirre, en la convocatoria del 25 de mayo de 2003 y en la repetición electoral del 26 de octubre.

Casado y con dos hijas, es analista financiero de la Bolsa de Madrid, especializado en el sector eléctrico. Ha sido director de Análisis Financiero en Interdealers, S.V.B y en la Société Générale, y director de Banca de Inversiones en esta última sociedad, donde además ha sido miembro del Comité de Inversión Internacional.

Como analista especializado en eléctricas, Granados ha sido nombrado en dos ocasiones mejor analista europeo del Sector Eléctrico. Se incorporó como miembro del Comité Ejecutivo Regional del PP de Madrid en el XII Congreso de septiembre de 2002, cuando volvió a salir presidente Pío García Escudero, que le eligió como uno de los cinco vocales de libre designación del presidente.