Trifulca en el Fòrum
Los guardaespaldas de Alberto de Mónaco impiden a los fotógrafos realizar su trabajo a golpes y empujones
La visita del príncipe Alberto de Mónaco al recinto del Fòrum 2004, en su calidad de presidente de la Comisión Internacional para el Estudio Científico del Mediterráneo (CIESM), que ha iniciado su 37 congreso esta manaña en Barcelona, se ha saldado con una tremenda bronca entre sus guardaespaldas y los fotógrafos de prensa que cubrían el acto.
Los guardaespaldas del príncipe han impedido, con empujones y golpes, que se fotografiara al protagonista del día en los pasillos del centro de convenciones del Fòrum Barcelona 2004. Según testigos presenciales, los incidentes se han producido a la salida de la primera sesión del 37 Congreso de la Comisión Internacional para el Estudio Científico del Mediterráneo, que ha inaugurado el heredero de la corona del Principado.
Después de su intervención, el príncipe se ha dirigido a la sala de prensa para participar en una rueda de prensa sobre el congreso, que reúne a especialistas del mar Mediterráneo. En ese momento, los tres guardaespaldas del príncipe han impedido el trabajo de fotógrafos y cámaras de televisión con empujones y golpes.
Silbidos para el príncipe
Uno de los guardaespaldas ha llegado a empujar contra la pared a uno de los fotógrafos y le ha pedido la documentación. Poco después, los miembros del equipo de seguridad de Alberto de Mónaco han encerrado a los periodistas al otro lado de una puerta. Uno de los fotógrafos que intentaba pasar ha recibido un manotazo que le ha hecho saltar las gafas, aunque las lentes no se han roto.
A la entrada de la sala destinada a las ruedas de prensa, los guardaespaldas han pedido la documentación a los fotógrafos y cámaras de televisión. A causa de la trifulca, los fotógrafos han decidido plantarse y boicotear la conferencia de prensa, en la que, como es habitual, no se han permitido preguntas que no estuvieran relacionadas con el congreso de la CIESM. A su salida de la comparecencia, los fotógrafos afectados han silbado al príncipe. Ninguno de ellos ha decidido presentar una denuncia por los hechos.
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