Zapatero sitúa la "seguridad y el progreso" en el eje de las relaciones con Marruecos
El Gobierno español ha señalado que el país africano y Latinoamérica marcarán las directrices de su política internacional
José Luis Rodríguez Zapatero ha realizado hoy un viaje de seis horas a Marruecos para reforzar las relaciones bilaterales, muy deterioradas tras el mandato de José María Aznar, y convertir la lucha antiterrorista en el eje central de la cooperación bilateral. El presidente del Gobierno español ha señalado que el país africano y Latinoamérica serán los ejes de su política exterior, y ha puesto el énfasis en dos temas: seguridad y progreso.
"Por posición en la Historia y por el deseo de los españoles", la estrategia internacional de España, "como país europeo", girará en torno a dos ejes: el Mediterráneo (sobre todo, el Magreb; sobre todo, Marruecos) y Latinoamérica. La "relación prioritaria" que el Gobierno español quiere establecer con el país africano se basará en "dialogar de igual a igual, intensificar la cooperación y recuperar el espíritu del Proceso de Barcelona", en pos del "entendimiento con objetivos comunes en los dos valores esenciales: seguridad y progreso". Ésas serán, a juicio de Zapatero, "las claves de la relación con Marruecos".
Diálogo y buena voluntad
Dialogo ha sido una vez más la palabra mágica con la que el presidente del Gobierno español ha respondido a las cuestiones más espinosas durante la rueda de prensa que ha ofrecido a última hora de la tarde. "Apertura, diálogo y comunicación permanente" es lo que busca en su relación con Marruecos, en la que ha puesto "buena voluntad y ganas de que la cooperación sea intensa y fluida". En ese sentido, Zapatero ha agradecido el recibimiento que le han dispensado las autoridades marroquíes, cuya actitud "es inmejorable en la cordialidad y la disposición", y que ha valorado como "muy satisfactoria".
Zapatero ha apuntado que espera lograr un nivel de relación comercial más estrecho que el actual entre Marruecos y la Unión Europea, y ha avanzado la disposición de ambos países para cooperar en el ámbito de la pesca. Fuera del diálogo han quedado Ceuta y Melilla, y a un lado el conflicto del Sahara: a preguntas de los periodistas, Zapatero ha señalado que la única solución es "un gran acuerdo que armonice los derechos de las partes", que él considera "compatibles". "España mantendrá una actitud constructiva y a favor de un plan que concite el acuerdo de todas las partes", ha zanjado el mandatario español.
Una nueva era
Zapatero había llegado a las dos de la tarde (dos horas menos en Marruecos) al aeropuerto de Casablanca, la segunda ciudad del país después de la capital, acompañado por los ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, e Interior, José Antonio Alonso. El jefe del Ejecutivo español ha sido recibido al pie de la escalerilla del avión por el primer ministro marroquí, Driss Jettu.
El primer acto público de la visita ha consistido en descubrir una placa en memoria de las víctimas del atentado del 16 de mayo de 2003 en Casablanca, que causó 43 muertos, cuatro de ellos españoles. El rey de Marruecos, Mohamed VI, había recibido poco antes al mandatario español en la "la maison royal", la casa privada que Mohamed VI tiene en Amfa (el barrio elegante de la ciudad), donde han mantenido una primera reunión para después acudir al acto conmemorativo.
La visita de Zapatero ha estado precedida de grandes elogios, tanto de Mohamed VI, que augura "una nueva era" en las relaciones entre ambos países tras la victoria socialista, como de la prensa. El diario oficialista Aujourd'hui Le Maroc muestra hoy a toda página una foto del presidente del Gobierno español y titula: "La España que nos gusta". Ese periódico dedicó hace unos meses una portada a Aznar, a quien definió como "El hombre que odia a Marruecos".
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