Baja la afluencia de viajeros y el silencio se escucha en Atocha
Los usuarios miran con rostro serio el aspecto fantasmagórico de la estación
La afluencia de viajeros en la estación de Renfe de Atocha es hoy inferior a la de un día habitual. Muchos han decidido hoy el automóvil o han optado por permanecer en sus casas, ante el inevitable sentido del temor provocado por los atentados de ayer. Mientras, el silencio se escucha en Atocha, donde se agolpan ramos de flores y velas en memoria de las víctimas.
Sólo los altavoces que anuncian la llegada y salida de trenes, así como la suspensión del servicio de cercanías del corredor del Henares, rompen el impresionante silencio de la estación. Una aparente normalidad se respira, aunque todavía permanece en la vía el tren afectado por las explosiones y que ofrece un aspecto fantasmagórico.
Los trenes del servicio Alaris y del AVE llevan crespones negros en los laterales de las locomotoras, en señal de luto por las víctimas de la matanza.
Los viajeros, que con caras serias llegan y salen de Atocha, no han mostrado sorpresa alguna al ver en la estación al ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, quien en compañía del presidente de Renfe, Miguel Corsini, ha recorrido a bordo de uno de los vagones el trayecto de Atocha a Méndez Alvaro, en el que se puede ver el tren siniestrado en la vía.