Aznar denuncia el estancamiento de la UE en una entrevista en 'Le Monde'

A pocos días de decir adiós al primer plano de la política activa, el presidente del Gobierno, José María Aznar, lamenta la pérdida de peso y de efectividad de a Unión Europea, que a su juicio, va marcha atrás en algunos asuntos. Según afirma en una larga entrevista publicada en el diario francés Le Monde, Aznar asegura que "prácticamente ya no se habla de nada" en las cumbres de la Unión Europea y que el proceso de reunificación de Europa "está averiado".

El presidente español destaca que la UE tomó decisiones "muy importantes" sobre la reunificación de Europa, la reforma de las instituciones, la moneda única, la meta de ser una economía competitiva o la organización de un sistema de defensa y justicia, pero a continuación lamenta que "todo esto está averiado". "Europa incluso da marcha atrás en estos terrenos", dice Aznar. En cuanto a la reunificación, que dará un paso más el primero de mayo cuando diez países se incorporen a los Quince, Aznar opina que la ampliación "no ha sido vista como una oportunidad, sino como un problema".

También opina que la agenda económica "está en punto muerto", con algunos aspectos de la moneda única y el Pacto de Estabilidad en entredicho. Además, tras el intento fracasado de dotar a la UE de una Constitución, los mecanismos institucionales están bloqueados. Según declara en Le Monde, "hace mucho tiempo" que los líderes europeos no han discutido "a fondo" sobre todos estos temas: "prácticamente ya no se habla de nada" en los Consejos europeos, sentencia.

La Constitución

Se extiende Aznar particularmente en el tema de la Constitución europea y el reparto de poder que ésta debe sancionar. España fue uno de los países que se opuso al reparto de poder que establecía el borrador de la Carta Magna que se estrelló en diciembre (un sistema de mayoría fijado en el 50% de los Estados que a su vez representen al 60% de la población). Francia y Alemania, sin embargo, apoyan este sistema, distinto al que se pactó, con el apoyo de España, en Niza en el año 2000. "Sigo esperando que se nos diga por qué hay que cambiar el sistema de Niza", dice Aznar. Además, destaca que en Niza "se hizo de la paridad entre Francia y Alemania una regla sagrada. Ahora la regla sagrada es la inversa. Yo no he cambiado de opinión", asegura Aznar, en una velada crítica al cambio de postura del presidente francés, Jacques Chirac. En todo caso, ha expresado su deseo de que se llegue a un acuerdo sobre la Constitución, aunque es consciente de que "no se puede pedir a ningún país que vaya en contra de sus propios intereses".

Además, entiende que la socialdemocracia ha hecho que Europa pierda influencia en los asuntos internacionales. "Si ha habido un consenso socialdemócrata, no ha sido útil para Europa", afirma Aznar, que opina que no hay por qué jactarse de "un modelo que ha producido decenas de millones de desempleados". A juicio de Aznar, los datos económicos de Europa y EE UU desde hace 20 años muestran que Europa ha perdido influencia.

De ahí que el gobernante español apueste claramente por el vínculo transatlántico y una buena relación con EE UU, una relación sobre la que se han abierto "brechas importantes", en referencia a la guerra de Irak. En este sentido, lanza una crítica a Francia al declarar que Europa no radica "automáticamente" en una oposición a EE UU. En cuanto a España en particular, Aznar defiende el apoyo prestado a Bush en la guerra de Irak: "Actué por realismo y convicción. No lamento nada. Mi decisión era buena para España".

Tras señalar que España, una "democracia próspera", es ya la octava economía del mundo y desearía convertirla en "la cuarta" -"estamos a mitad de camino, es cuestión de tiempo"-, afirma que no tiene ningún deseo de "jugar papeles secundarios en Europa".

"Es lógico que, cuando cambia la situación de un país, su voz se haga más personal, más singular, más independiente. A los 25 años uno no se pone la misma ropa que a los 14. Se te quedan pequeños", responde, al ser preguntado sobre su comentario de que España toma sus decisiones sin tener en cuenta a su vecino francés.