Mas gana las elecciones aunque será Esquerra quien decida el Gobierno

Jordi Pujol se ha ido, pero CiU sigue ganando las elecciones en Cataluña. Los nacionalistas liderados esta vez por Artur Mas han conseguido 46 escaños, cuatro más que los socialistas de Pasqual Maragall, que a pesar de todo siguen siendo, por muy poco, el partido más votado. La sorpresa electoral en las autonómicas celebradas hoy la ha dado ERC, que con sus 23 diputados tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña.

Salvando las distancias, y teniendo en cuenta el fuerte descenso de CiU y PSC, que en 1999 consiguieron 56 y 50 escaños respectivamente, la relación de poder entre las dos principales formaciones políticas catalanas se queda como estaba: los socialistas, con el 31,17% de los votos, consiguen menos escaños que los convergentes, que se quedan con el 30,93% de los sufragios al 99,89% del escrutinio.

La bajada en votos y escaños de los dos grandes partidos beneficia a ERC, que pasa de 12 a 23 diputados y se convierte en el punto de mira de los posibles pactos para acceder a la Presidencia de la Generalitat. Ahora, el independentista Josep Lluis Carod-Rovira deberá decidir si apoya al nacionalismo de CiU, que ha ganado las elecciones, o a la política de izquierdas del PSC.

Quien mantiene su pausado crecimiento en Cataluña es el PP. El ex ministro Josep Piqué ha conseguido mejorar en tres escaños los resultados conseguidos por Alberto Fernández en 1999. Sin embargo, ERC le ha arrebatado a los populares la capacidad de decidir en la formación de un futuro Gobierno. La coalición de izquierdas liderada por Joan Saura, ICV-EUiA, también ha visto aumentar su apoyo electoral al obtener cuatro escaños más que en la anterior convocatoria.

Con estos resultados, el vencedor, CiU, necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para gobernar. Una vez descartada durante la campaña la posible coalición entre nacionalistas y socialistas, Artur Mas tendrá que llamar a la puerta de ERC, que le puede dar estabilidad a su posible Gobierno. Si las negociaciones entre CiU y el partido liderado por Josep Lluis Carod-Rovira fracasaran, siempre sería posible una gran coalición de izquierdas que una al derrotado Pasqual Maragall con ERC e ICV.