Los candidatos a la Generalitat

Pasqual Maragall (PSC)

Fue alcalde de Barcelona desde 1982 hasta 1997, un periodo marcado fundamentalmente por la candidatura olímpica de la ciudad. Dejó el cargo para presentarse a las elecciones catalanas de 1999, en las que sucumbió ante un Jordi Pujol que concurría a su último mandato. El líder del PSC ofrece un "cambio rotundo, seguro y tranquilo" frente "a un Gobierno [catalán] que se bate en retirada, sin grandes argumentos". Maragall lleva también en su cartera la propuesta de una "España en red", en la que las autonomías tengan voz propia en Europa, así como una "Eurorregión" de carácter económico formada por los territorios de la antigua Corona de Aragón. Su postura es atacada por el PP, por "nacionalista", y por CiU, por "poco independiente".

Artur Mas (CiU)

Desinteresado por la política en su juventud, Artur Mas entró en Convergencia a los 27 años, tras pasar por el Departamento de Comercio de la Generalitat. Sus partidarios dicen de él que su gran virtud es tener un perfil político y humano "sin aristas", y que "no suscita oposición". Sus detractores le reprochan su falta de contestación durante el franquismo, su escasez de ideología e, incluso, su perfil de político exclusivamente profesional -la única empresa en la que trabajó, antes de entrar en política, cerró-. Por si fuera poco, Mas se vio salpicado por el escándalo de los sondeos manipulados que salió a la luz a principios de 2003, cuando no había cumplido un año llevando las riendas del partido. Presentado por su mentor como un "nacionalista auténtico", el

Josep Piqué (PP)

Ministro en cuatro ocasiones -Industria, Portavoz, Exteriores y Ciencia y Tecnología-, Josep Piqué tiene el difícil encargo de José María Aznar de conseguir que el PP sume con CiU 68 diputados en el Parlamento de Catalunya, una mayoría que podría impedir que Maragall sea el nuevo presidente de la Generalitat. El candidato popular promete una campaña "muy visual, rompedora y novedosa", aunque sin "ningún titular estridente". Para Piqué, el panorama político "está abierto" y los catalanes "ya no sólo tienen la opción de votar a Pujol o contra Pujol". La carrera de este político dibuja una trayectoría ideológica desde el comunista PSUC al Partido Popular, pasando por la colaboración con ERC y la empresa privada (impulsado por Javier de la Rosa)".

Josep Lluís Carod Rovira (ERC)

Este licenciado en filología catalana se declara "independentista". Su partido, Esquerra Republicana, ha sido bisagra durante la última legislatura y se encuentra en una posición privilegiada para cambiar el signo del parlamento catalán. Esta posibilidad abriría la puerta de la Generalitat a Pasqual Maragall y la del Ejecutivo a Carod. Según el secretario general de ERC, el pospojulismo debería suponer también el posautonomismo, y por este motivo, propone que Catalunya se convierta en un "Estado libre asociado al Reino de España", en consonancia con el proyecto del lehendakari Juan José Ibarretxe y que Esquerra lanzó ya en 1999.

Joan Saura (ICV)

Saura tiene un pasado pasado sindical y siempre ligado a su partido, Iniciativa per Catalunya, que le eligió como candidato a la Generalitat en 2002. Para el líder de ICV, la reforma de Estatut se ha convertido en un arma electoralista, cuando los cambios en este texto "tienen que ser una demanda de abajo" y "no una obsesión de los partidos". Saura propone una consulta ciudadana sobre este asunto y el consenso de un frente político común al margen de los populares: según el ecosocialista, "el PP siempre dirá que no a la reforma".