El arquitecto que redactó el Plan de Urbanismo de Alcorcón dice que aceptó un pago "escasísimo"

El arquitecto Leopoldo Arnáiz ha asegurado a la comisión que investiga la crisis de la Asamblea de Madrid que cobró una cantidad "escasísima" del Ayuntamiento de Alcorcón por redactar el Proyecto General de Ordenación Urbanística (PGOU) del municipio de 1999. Arnáiz, que diseñaba paralelamente el Plan de Actuación Urbanística (PAU) de la Venta de la Rubia (Alcorcón) para promotores privados, no considera poco ético o incompatible trabajar al mismo tiempo para el consitorio y la constructora.

El arquitecto ha reconocido, ante una pregunta del portavoz de IU, Luis Suárez, que aceptó cobrar una cantidad "escasísima" del Ayuntamiento de Alcorcón por redactar el mencionado Proyecto por las compensaciones que podía conseguir con otros encargos en el municipio, como había comprobado anteriormente, pero ha negado en todo momento las acusaciones de manejar o aprovechar información privilegiada.

Arnáiz ha explicado, en el primer turno de preguntas, que "no había incompatibilidades" cuando aceptó un proyecto para promotores particulares mientras trabajaba para el Ayuntamiento de Alarcón e ironizó sobre lo "poco ético" que resultó el comportamiento del consistorio al no pagar su trabajo después de un año y medio de contrato.

Capacidad de endeudamiento al límite

El ex alcalde popular de Alarcón, Pablo Zúñiga le pidió, "si era posible", contemplar el desarrollo residencial y la mejora de la calificación de la zona "para equilibrar (Alcorcón) con las zonas colindantes" y que la localidad madrileña tuviera la calidad suficiente para evitar que clientes exigentes se trasladaran a municipios cercanos como Boadilla del Monte. El alcalde también le dijo, según Arnáiz, que no tenía la seguridad de poder llevar el proyecto a cabo durante su mandato porque "tenía su capacidad de endeudamiento al límite".

Zúñiga pidió "rapidez y cumplimiento estricto" de lo ordenado por la Comunidad de Madrid al encargarle la redacción del Plan General de Ordenación Urbanística, según Arnáiz. Estas órdenes, en su opinión, eran muy difíciles de interpretar ya que algunas indicaciones fueron "muy concretas y otras confusas".

El primer Proyecto General de Ordenación Urbanística establecía la construcción de 7.600 viviendas, en la segunda, de 2001, se contabilizaban ya 18.000 y en la última -actualmente bloqueada- 22.000. Arnáiz ha puntualizado que nunca tuvo claro si "el número de viviendas, infraestructuras, cesiones y equipamientos iban a ser aprobados".