El Parlamento turco discutirá mañana si cede el espacio aéreo
Washington quería también que se autorizara el tránsito de tropas, pero por el momento no hay acuerdo entre las partes
A falta de unas horas para que expire el ultimátum de EE UU para que Sadam Husein se rinda, el tiempo se agota para ultimar el despliegue de las tropas y el plan de ataque EE UU y sus aliados. Uno de los ejes clave de la guerra radica en la posibilidad de que el Pentágono emplee el territorio turco para abrir un frente norte que se sume al ataque por el sur desde Kuwait, pero Washington no sabrá hasta mañana si puede contar con Ankara.
Turquía, que comparte frontera con Irak, es un enclave de extrema importancia para los planes del Pentágono. En caso de poder lanzar una operación desde su territorio, las tropas estadounidenses podrían iniciar la ofensiva desde dos flancos: por el norte, desde Turquía, y por el sur, desde Kuwait. Estados Unidos quería emplear en la ofensiva los 50 aviones que se encuentran en Turquía para vigilar la zona de exclusión del norte iraquí, y esperaba desplegar 62.000 soldados en el sur del país.
Sin embargo, el pasado 1 de marzo el Parlamento turco rechazo por tres votos dar luz verde a los planes estadounidenses, ya que el rechazo de la población turca a una contienda en Irak es mayoritario. Ante este revés, el Gobierno del nuevo primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha decidido esta mañana pedir al Parlamento que autorice a EE UU tan sólo el uso del espacio aéreo, según ha anunciado el ministro de Justicia y portavoz del Ejecutivo, Cemil Cicek. "EE UU pidió sólo la autorización de tránsito para sus aviones. Las discusiones continúan en los otros aspectos", ha precisado Cicek.
Tropas turcas en el norte de Irak
En una reunión del Gabinete celebrada a primera hora de hoy, los ministros han firmado la moción sobre este asunto que será enviada hoy mismo al Parlamento. "La propuesta podrá ser discutida el jueves en la Cámara", ha afirmado Cicek, para explicar que en la misma solicitud el Gobierno pedirá también la autorización del Parlamento para el envío de soldados turcos al norte de Irak.
Este asunto ha separado en los últimos días las posiciones de Turquía y EE UU. El Gobierno turco había tanteado la posibilidad de aprovechar la coyuntura para intervenir en el norte de Irak, de población mayoritariamente kurda. Turquía insistía en que tiene el deber y el derecho de intervenir en Irak, argumentando que en ese país existe una minoría, los turcomanos, que comparten origen, lengua y cultura con los turcos y que han sido aún más perseguidos por Husein que los shiíes y los kurdos.
Este argumento esconde el de fondo: Ankara no quiere que los kurdos del norte de Irak, apadrinados por EE UU, se hagan con las ciudades petroleras de Mosul y Kirkuk, proclamen un estado independiente y sirvan de ejemplo a los kurdos de Turquía. Aunque el presidente de EE UU prohibió tajantemente esta intervención, Cicek ha informado de que su Gobierno ha llegado a un acuerdo con Washington para que tropas turcas entren en el norte de Irak durante la guerra para definir una zona de exclusión que impida un éxodo de refugiados hacia este país.
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