La apertura de un centro para inmigrantes en Tenerife abre una crisis en el PP canario

La posible habilitación de un centro de acogida de inmigrantes en una antigua prisión en el centro de Santa Cruz de Tenerife ha abierto una profunda crisis en el PP canario. Y se ha cobrado ya una víctima política: Benicio Alonso, portavoz del partido en el Cabildo insular, y contrario a dicha medida frente al criterio de la dirección regional, ha presentado hoy su dimisión.

"Parece que soy una maceta en el Partido Popular. Me doy de baja y así evitan tener que soportarme. Me voy a mi casa, estoy tranquilo, así no les molesto", ha asegurado Alonso a la SER.

La semana pasada el Cabildo insular de Tenerife, con el voto a favor de todos los partidos, rechazó el uso de dicho inmueble, conocido como Tenerife I, como centro de acogida. Una decisión que hoy mismo, minutos antes de producirse la dimisión de Alonso, había desautorizado el presidente del partido en Canarias y alcalde de Las Palmas, José Manuel Soria.

"Un gran pacto"

Ayer, durante la celebración del X Congreso del PP canario, que se celebró en Las Palmas, el secretario general del partido, Javier Arenas, pidió "un gran pacto" sobre el reparto entre las diferentes islas de los inmigrantes llegados a Canarias, que tuviera como premisa básica "la solidaridad".

"Yo solamente pido que se reflexione a fondo, que se haga una reflexión colectiva por parte de todas las fuerzas políticas en torno a la necesidad de un pacto y en torno a la necesidad de ser todos solidarios", dijo Arenas ante un público entre el que no se encontraba el mencionado Benicio Alonso, quien ni siquiera apareció por el congreso.

El pasado 24 de septiembre, el Gobierno central y el Ejecutivo canario dieron 10 días de plazo al Cabildo de Tenerife para que ofreciera unos terrenos en los que construir un centro de internamiento con capacidad para 250 personas. En caso contrario, el Ministerio del Interior habilitará "cuanto antes" Tenerife I. Hasta ahora Tenerife se había negado a acoger parte de los inmigrantes que llegan diariamente a las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura, fundamentalmente) escudándose en la falta de locales adecuados.