Madrid y Rabat retoman los contactos tras la crisis de Perejil

No aspiran a conseguir titulares de gran efecto, pero tanto España como Marruecos retoman las conversaciones después de la crisis de Perejil con la esperanza de abrir una nueva agenda de diálogo que reactive las relaciones diplomáticas entre ambos países. En la agenda no hay temas concretos que tratar, sino un pacto de amistad, que tras los últimos baches ya es un paso considerable. No obstante, Marruecos sí quiere incluir en la reunión el tema de Ceuta y Melilla. La toma de contacto se produce a las puertas de las elecciones en Marruecos, el próximo día 27.

Tampoco se espera que mañana en Madrid Benaissa y Palacio acuerden el regreso de los respectivos embajadores (el marroquí fue retirado hace casi un año y el español fue llamado a consultas el pasado mes de julio), pero ambas partes creen que sería un importante paso para regresar a la normalidad.

Así lo expresó Ana Palacio la semana pasada en una conferencia de prensa en la que consideró que es preciso restablecer los cauces institucionales de diálogo entre los dos países, lo que pasa por la presencia en sus destinos de los dos embajadores.

Sin embargo, el gesto, aunque importante, no consigue por sí mismo acercar posiciones tan distantes como la inmigración, el Sáhara Occidental y el reclamo marroquí de Ceuta y Melilla.

La titular de Exteriores ya anunció la disposición de España de escuchar a Marruecos en el contencioso del Sáhara, pero se rechaza de pleno cualquier discusión sobre la soberanía de Ceuta y Melilla.

Con todo, Ana Palacio ha advertido de que la entrevista será "como el partido de vuelta" del viaje que realizó en julio a Rabat para rubricar con Benaissa el acuerdo que patrocinó Estados Unidos para poner fin al incidente de Perejil.