La defensa alega que el delito principal por el que se acusa a Gil ha prescrito
El presidente del club madrileño es acusado de apropiación indebida de cientos de millones en la transformación del club en sociedad anónima
Las defensas del presidente del Atlético, Jesús Gil, su hijo y director general del club, Miguel Ángel Gil, y el vicepresidente de la entidad, Enrique Cerezo, han declarado en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que las presuntas irregularidades cometidas en la transformación del club en sociedad anónima deportiva ya se juzgaron en la Audiencia Provincial de Málaga y que, en cualquier caso, el delito principal ha prescrito.
Esta primera jornada del denominado caso Atlético ha estado dedicada al planteamiento de las cuestiones previas por parte de las defensas, que explicaron por qué, en su opinión, no debe continuar la vista.
El representante de Gil, Horacio Oliva, ha dicho que entre los hechos enjuiciados en el denominado caso camisetas, en el que Gil fue condenado a una pena de inhabilitación que le ha obligado a abandonar la alcaldía de Marbella, y los delitos de los que se ahora se acusa a su cliente hay "identidad de fundamento, identidad de sujetos e identidad de hechos".
Oliva ha agregado que el principal delito del que se acusa a Gil —la apropiación indebida de las acciones del Atlético de Madrid— está prescrito, ya que desde el 30 de junio de 1992 —cuando, según el fiscal, se consumó la apropiación— hasta el 24 de julio de 1999 —fecha en la que se presentó la querella en la Audiencia Nacional— transcurrieron más de cinco años.
Por su parte, el abogado de Miguel Ángel Gil, Pablo Jiménez de Parga, ha centrado su intervención en criticar la actuación del administrador judicial del club nombrado en diciembre de 1999, Luis Manuel Rubí, del que ha dicho que "su finalidad no fue gestionar la entidad, sino obtener pruebas para aportar a la causa penal".
"La prueba es que, tres meses después de su nombramiento, la medida fue revocada por el juez. En ese tiempo no se puede cambiar el sistema de administración de una entidad, pero sí es suficiente para someter al Atlético a un registro permanente y encubierto", ha concluido Jiménez de Parga.
Cambio de aires
A su llegada a la Audiencia Nacional, Gil declaró que estaba seguro de que la transformación del club fue "correcta" y de que será absuelto por el tribunal.
Preguntado por la posibilidad de que abandone España y se marche a Brasil, Gil sentenció: "Cuando arregle todas las cosas voy a cambiar de aires".
El juicio se reanudará a las 16:30 horas de mañana viernes con la contestación a las cuestiones previas planteadas por las defensas por parte del fiscal anticorrupción Carlos Castresana, quien solicita 17 años y medio de prisión para Gil, diez y medio para su hijo y seis para Cerezo.
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