Entierran al bebé de 10 días muerto en la localidad toledana de Santa Olalla
La madre está en prisión por su presunta implicación en la muerte del pequeño
El bebé de diez días que falleció el pasado martes en Santa Olalla, y cuya madre está en prisión por su presunta implicación en la muerte del pequeño, ha sido enterrado hoy en esta localidad toledana en la más estricta intimidad familiar. Después del funeral, el bebé descansa ya en una sepultura cedida por el Ayuntamiento.
A las honras fúnebres y al sepelio tan solo asistieron el padre del pequeño, acompañado de una treintena de familiares procedentes de Madrid, así como media docena de vecinos del pueblo, entre ellos dos monjas de la Caridad que prestaron ayuda al humilde matrimonio cuando llegó el pasado mes de marzo a la localidad toledana desde Vallecas (Madrid).
A las 10.00 horas, el coche fúnebre ha llegado a la iglesia de San Pedro Apóstol, en Santa Olalla, procedente del tanatorio de la vecina localidad de Torrijos, acompañado de otros tres vehículos de familiares, tíos, abuelos y primos del bebé fallecido.
El padre, que asegura no explicarse lo ocurrido, ha tomado en brazos el pequeño féretro blanco y lo ha introducido en la iglesia, en donde se ha oficiado el funeral, sin la presencia de periodistas a petición expresa de la parroquia.
Tras el oficio religioso, la comitiva fúnebre se ha dirigido al cementerio municipal Nuestra Señora de la Piedad, donde el pequeño ha sido enterrado en una sepultura cedida por el Ayuntamiento.
Ayer, Cáritas realizó una colecta entre los vecinos porque el padre del bebé no cuenta con recursos económicos para pagar los gastos de la funeraria.
Dos golpes en la cabeza
El bebé había permanecido en las cámaras frigoríficas del tanatorio de Torrijos desde el día de su muerte, el pasado martes, a la espera de ser inscrito en el registro civil y una vez que el juzgado de instrucción número 1 de Torrijos diera ayer autorización para el sepelio de pequeño.
La autopsia realizada al bebé ha detectado dos traumatismos craneoencefálicos que, según fuentes cercanas a la investigación, se pudieron producir al golpearse la cabeza contra los barrotes de la cuna cuando su madre le acostaba.
Las mismas fuentes han indicado que durante los días en que el cuerpo del bebé ha permanecido en el tanatorio no ha estado acompañado por ningún familiar.
La muerte del niño se produjo el pasado martes en el domicilio de sus padres, ubicado en la calle General Franco de Santa Olalla.
Aunque en un principio fueron detenidos los dos progenitores, el juez que instruye el caso dictó un auto de prisión provisional para la madre. La mujer, de 26 años, que ingresó el jueves en la prisión madrileña de Soto del Real, se declaró responsable de lo ocurrido en su declaración ante la Guardia Civil y en el juzgado de Instrucción numero 1 de Torrijos.
Su abogado, de oficio, Casto Gallardo, que recurrirá el próximo lunes el auto de prisión, insistió ayer en la inocencia de su defendida porque "lo ocurrido ha sido un triste accidente, fuera de toda responsabilidad penal".
El matrimonio tiene otros tres hijos, dos de los cuales, de cinco y cuatro años, son sordomudos y están acogidos en un centro especializado de la Comunidad de Madrid, mientras que el tercero, de 11 meses, está tutelado por unos familiares en Madrid pro orden judicial.
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