Miles de bilbaínos se concentran contra ETA en el lugar del último atentado

El centro financiero y comercial deBilbao ha quedado este mediodía colapsado, al igual que ocurrió el sábado tras el atentado con coche bomba de ETA, pero esta vez por la movilización ciudadana para manifestar su rechazo al terrorismo. Miles de bilbaínos han respondido de esta manera a la convocatoria del Ayuntamiento y se han concentrado en el lugar donde los terrroristas hicieron estallar un coche cargado con 20 kilos de dinamita provocando el pánico entre los ciudadanos que realizaban sus compras.

Al acto han asistido el lehendakari, Juan José Ibarretxe, junto a los consejeros de Industria, Josu Jon Imaz; de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, y de Transportes y Obras Públicas, Alvaro Amann.

Junto a ellos, frente a la puerta de la sede del BBVA que sufrió los efectos de la explosión, también estaban el delegado de Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar; el presidente de la patronal Confebask, Roman Knorr; el secretario general de UGT Euskadi, Carlos Trevilla; y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que ayer convocó la concentración, acompañados por representantes de todos los partidos políticos a excepción de Batasuna.

El silencio de los congregados sólo lo rompían los golpes de los operarios que continuaban trabajando en las fachadas de la zona afectada por la onda expansiva. La concentración ha durado diez minutos y ha finalizado con aplausos.

Al concluir el acto, el alcalde de Bilbao ha mostrado su satisfacción por la respuesta de los ciudadanos al llamamiento del consistorio y ha dicho que "estoy contento porque este pueblo una vez más demuestra su pacifismo", con una convocatoria "de gente de diversa condición y de distinto pensamiento político: ésta es la pluralidad bilbaína".

Labores de reparación

En el lugar donde el sábado estaba aparcado el coche-bomba, hoy se reparaba la acera que había quedado levantada y se asfaltaba la carretera en la que la explosión produjo un hundimiento.

El edificio del BBVA, junto al que se produjo la explosión, sigue siendo el que presenta más destrozos en su fachada, y los cristaleros comenzaban a retirar las maderas que tapaban los escaparates de la zona, como el de El Corte Inglés.

En las pequeñas tiendas de las proximidades aún estaban comprobando los desperfectos del género y explicaban que "todavía no hemos tenido tiempo de ir a poner la denuncia".

La encargada de una tienda de ropa deportiva de la Gran Vía explicó a Efe que "a la gente se le han quitado las ganas de ir de rebajas y sólo se acercan los curiosos. El día del atentado, por la tarde, la gente se acercaba mientras reparábamos los destrozos y nos daban ánimos, pero hoy poca gente entra en las tiendas".

El departamento de Interior del Gobierno Vasco abrió la misma tarde del sábado una oficina para que los afectados presenten las correspondientes denuncias y puedan así optar a las ayudas destinadas a víctimas del terrorismo, en la que se han registrado en torno a 150 denuncias con un flujo continuo de personas.

Los terroristas que asesinaron al juez Lidón

Los dos autores de la colocación del coche bomba el pasado sábado en Bilbao son presuntamente los mismos que asesinaron al magistrado José María Lidón, según las descripciones aportadas por los testigos que ha recogido la Ertzaintza en sus investigaciones, han informado fuentes del departamento de Interior del Gobierno Vasco.

Según estas fuentes, la descripción de los dos individuos que robaron el vehículo en Kobaron (Vizcaya), maniatando a sus propietario, coincide con la de los dos que asesinaron al magistrado en noviembre.

Las mismas fuentes han recordado que el consejero Javier Balza ya expresó nada más producirse el atentado las sospechas de que ETA disponga actualmente de un comando en Vizcaya y otro en Guipúzcoa.

El reconocimiento de estos dos individuos hace suponer a Interior que forman parte de este comando radicado en Vizcaya.

Las mismas fuentes de Interior han destacado además que se calcula que toda la acción, desde el robo del coche hasta la explosión, duró poco más de una hora. El robo del vehículo se produjo entre las doce y cuarto y las doce y media del mediodía, y los etarras avisaron sobre la una y veinte de que el vehículo iba a explosionar a la una y media de la tarde. Finalmente explosionó sobre las dos menos veinte.

Las mismas fuentes han confirmado además que la carga explosiva estaba compuesta por 25 kilogramos, probablemente de titadine.

Disponía además de un temporizador preparado para estallar a la hora en la que efectivamente lo hizo, las dos menos veinte.