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DÍA DE LA HISPANIDAD

Un grupo de 200 radicales destroza el barrio barcelonés de Sants

Los jóvenes antifascitas pretendían boicotear un acto de homenaje a la bandera española organizado por ultraderechistas.-La policía detiene a una veintena de alborotadores

Un grupo de unos 200 jóvenes radicales han destruido hoy contenedores, coches, entidades bancarias y un sinfín más de bienes públicos y privados en el barrio de Sants de Barcelona, como protesta por la celebración del Día de la Hispanidad.

Durante una hora, los alborotadores, entre los que se contaban adolescentes supuestamente independentistas, okupas, radicales de izquierdas, extranjeros e incluso boixos nois, han destrozado todo lo que encontraban a su paso, sin que la Policía haya buscado el enfrentamiento.

Fuentes policiales han indicado que el objetivo primordial era evitar que se encontraran estos descontrolados y los cerca de 400 asistentes ultras al acto de homenaje a la bandera española, celebrado en Montjuic con motivo del Día de la Hispanidad.

Según un balance provisional, la Policía ha detenido a una veintena de muchachos, mientras que un vecino de la zona y dos agentes del orden, así como dos redactores gráficos, han sufrido heridas de escasa consideración.

Durante algunos momentos, la situación ha recordado a la batalla campal que se organizó en el corazón del barrio de Sants de Barcelona en 1999, cuando unos 700 antifascistas se enfrentaron a la Policía y arrasaron medio barrio. Fue a raíz de estos incidentes cuando las autoridades decidieron trasladar a Montjuic el homenaje a la bandera.

Todo ha comenzado esta mañana cuando, según fuentes policiales, unos 700 jóvenes, en una concentración "no comunicada" a las autoridades del colectivo Bloqueo Antifascista, se han reunido en la plaza del Escorxador con el objetivo de dirigirse a la montaña de Montjuic al encuentro de los ultras.

Hacia las 11.30 horas, el grupo, reducido a unos 200, ha enfilado la calle Méjico, en las inmediaciones de la Plaza de España, pero allí la Policía les ha impedido el paso y se ha desatado un intenso enfrentamiento entre manifestantes y agentes antidisturbios que, en número de unos 40, han cargado contra los descontrolados.

La batalla ha alcanzado su mayor intensidad en el cruce de las calles Sant Fructuós, Rabí Rubén y Sant Germá, donde ha habido una lluvia de piedras, botellas, palos y aerosoles, a los que la Policía ha respondido con cargas y el lanzamiento de pelotas de goma.

Daños en sucursales bancarias

Ya entonces, los antifascistas habían causado destrozos en coches particulares y habían levantado barricadas con vehículos atravesados sobre la calzada y contenedores, a los que dan prendido fuego en un número no inferior a una veintena.

Con el objetivo de subir a Montjuic ya olvidado, los jóvenes han enfilado el camino contrario y han irrumpido en la Gran Vía, entre las plazas de España y Cerdá, que han bloqueado con una barricada de contenedores incendiada.

Allí, han iniciado su particular "paseo militar" pues la Policía no ha salido a su paso ya que estaba centrada en evitar aún el encuentro entre ultras y antifascistas.

Los jóvenes han destrozado una oficina de la Caixa en la Gran Vía con la calle Dorotea y, enfrente, han hecho lo propio con otra oficina de esta entidad, aunque en este caso se han cebado, pues han destrozado las dependencias a golpe de vallas, señales de tráfico, palos y puntales, al tiempo que han prendido fuego sobre un montón de papeles, lo que ha hecho necesaria la intervención de los Bomberos.

La descontrolada manifestación ha proseguido por la calle Farell y, en la esquina con la carretera de la Bordeta, han prendido fuego a unos neumáticos, colocados a modo de barricada, que han inundado de humo toda la calle.

Entre la carretera de la Bordeta y la calle Gavá, los alborotadores han destrozado dos oficinas más de la Caixa, otra del BSCH, en el que también han prendido fuego, y dos sucursales de Mapfre y de Catalana de Occidente.

Una vez han alcanzado la calle Rossend Arús, los jóvenes, cada vez en menor número, se han dirigido a la plaza de Sants donde, por fin, la policía, con varias furgonetas, ha hecho acto de presencia hacia las 13.10 horas.

A partir de entonces, los pocos manifestantes aún concentrados se han dispersado a la carrera y las furgonetas policiales han comenzado a transitar en círculo por el paseo de Sant Antoni, entre la estación de Sants y la plaza del mismo nombre, y a través del entramado de calles adyacentes, con el objetivo de dispersar y detener a exaltados manifestantes.

EFE

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