Concluye el desescombro del edificio desplomado en Madrid sin hallar nuevas víctimas

Tras más de doce horas de intensos trabajos en el lugar del siniestro, los bomberos han llevado esta madrugada al sótano del edificio y han comprobado que no hay ninguna persona más, ni viva ni muerta, debajo de las toneladas de escombros.

Cuando se han retirado los equipos de salvamento, la Policía Municipal ha reestablecido la circulación en la calle de la Princesa, mientras que permanecían cortadas Alberto Aguilera y Gaztambide.

La Policía mantiene un retén de servicio en el edificio derrumbado, aunque los bomberos afirman que no existe peligro para los edificios colindantes.

El siniestro, cuyas causas aún se desconocen, ocurrió a primera hora de la tarde del miércoles en la calle Gaztambide esquina con Alberto Aguilera, una de las arterias comerciales de la capital.

Las víctimas

La víctima mortal es un hombre de mediana edad que fue encontrado bajo los escombros en un lugar marcado por los perros adiestrados para la búsqueda de personas atrapadas.

Según fuentes del SAMUR, la apariencia del cadáver, encontrado en la acera bajo los hierros de un escaparate que tuvieron que ser cortados, hace pensar que pudiera tratarse de un mendigo.

El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense y, de momento, no ha sido reclamado por ningún familiar ni conocido, y hoy se le practicará la autopsia.

Entre los escombros quedó atrapado un fontanero de 21 años, que trabajaba en una reforma de un local de la planta baja, quien salvó la vida gracias a la oquedad que se formó bajo una viga de madera. El joven, Angel Gómez Gata, pudo comunicarse mediante su móvil con la Policía y sus familiares y fue rescatado cinco horas después.

Su vida no peligra aunque presenta "lesiones graves" en pelvis y miembro inferior derecho, según ha señalado tras un primer examen de urgencia el concejal de Salud y Consumo, Simón Viñals.

El derrumbe provocó 10 heridos más, dos de ellos trabajadores de la obra que se efectuaba en el edificio. Seis fueron trasladados por las asistencias médicas a distintos hospitales y el resto sólo sufre traumatismos, según ha informado en la zona el Alcalde, Jose María Alvarez del Manzano.

A esta hora sólo cinco de estas personas permanecen hospitalizadas, dos de ellas en estado grave. Se trata de una mujer de 56 años que fue evacuada al Hospital Gregorio Marañón, y su hija, de 21 años, trasladada al Hospital Clínico, indicaron fuentes del SAMUR. Han sufrido varias fracturas al ser golpeadas por los restos del edificio.

12 horas en tensión

Prácticamente todo el bloque se vino abajo alrededor de las dos del mediodía de ayer. Sólo quedó en pie un metro cuadrado de fachada, tres barrotes de una barandilla y una cornisa de unos dos metros de ancho.

El desplome del edificio produjo a una hora de mucho tráfico, con gran afluencia de personas. Minutos después del siniestro, decenas de personas agolpaban en el lugar de los hechos para tratar de averiguar si entre los heridos había familiares o conocidos.

El local de la planta baja del edificio, ocupado por los Almacenes Argüelles, se encontraba en obras.

A las cuatro, se encontraba el primer y único cadáver. Durante toda la tarde, los perros buscadores señalaron los lugares concretos en los que podría haber personas atrapadas.

El Samur desplegó en el lugar del siniestro un hospital de campaña para facilitar el cuidado de los heridos.

De acuerdo con el testimonio de los vecinos, en la primera planta del edificio había una peluquería y una clínica dental que en el momento del derrumbamiento se encontraba vacía.

En regla

El edificio era un inmueble protegido. Todas las construcciones de la capital de más de 50 años se inscriben en este régimen especial y han de superar la llamada Inspección Técnica que certifica su óptimo. El inmueble de la calle Gaztambide no debía pasar dicha inspección hasta el próximo 30 de junio, por lo que su situación estaba en regla.

El inmueble es copropiedad de Alfonso Bertomeu -un delineante que trabaja en la Junta Municipal de Moncloa- y de su hermana, según han confirmado fuentes del Ayuntamiento. Desde el año 44 era residencia habitual de Bertomeu, cuya mujer se encontraba en el interior del domicilio familiar cuando se produjo el suceso, sin que haya sufrido daños.

El local del bajo había sido alquilado en el mes de noviembre y sus arrendatarios comunicaron a la junta municipal la realización de unas reformas hace dos semanas, entre ellas la eliminación de unos revestimientos de madera.

Según varios especialistas consultados por ELPAIS.es, la causa más probable del derrumbe es la incorrecta ejecución de estas obras.

Para el arquitecto Fernando de Castro, la realización indebida de dichas obras ha podido afectar a la cimentación del bloque. A su juicio, "las obras provocaron el infarto del edificio".

Los edificios protegidos suelen constar de una estructura mixta compuesta por un muro de carga de ladrillo soportado por una estructura de madera que, si se manipula de alguna manera, provoca el hundimiento del inmueble.

Otro arquitecto presente en el lugar del suceso ha confirmado a esta Redacción que, a juzgar por la forma en que el edificio se ha desmoronado, las mejoras que se estaban llevando a cabo en el piso inferior pueden haber "tocado" su estructura. Así, "técnicamente no se puede hablar de derrumbe y sí de hundimiento".