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Encierro nocturno en la Complutense para calentar la huelga: “Queremos seguir estudiando de una manera digna”

Caso 200 universitarios han pasado la noche en Bellas Artes para terminar de ultimar la cartelería de estos dos días de paro

Decenas de manos trabajaban la pasada madrugada al unísono en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense para elaborar la cartelería con la que este miércoles y el jueves estudiantes y profesores reivindicarán a la Comunidad de Madrid un presupuesto mayor para sus seis universidades públicas. El pueblo indefenso que plasmó Francisco de Goya en El 3 de mayo en Madrid (conocido popularmente como Los fusilamientos) ha unido en las últimas semanas a docentes y alumnos de todos los cursos de Bellas Artes, que han elegido este cuadro como motivo central de la imponente pancarta que encabezará las dos manifestaciones de las protestas.

“Somos ese hombre de blanco, con las manos alzadas, resistiendo ante quien nos quiere fusilar”, explica Sata García, docente en Bellas Artes y coordinadora del encierro secundado por casi 200 estudiantes y profesores. De la facultad saldrá a primera primera hora uno de los dos piquetes informativos que recorrerán la Ciudad Universitaria animando a los indecisos a sumarse a las protestas. En especial a los de la Politécnica de Madrid, la universidad con la que la Complutense comparte campus en el centro de Madrid. “Hay una implicación estudiantil increíble, porque la situación es tan precaria en la UCM, y en concreto en nuestra facultad, que las profesoras tenemos que poner dinero de nuestros bolsillos para comprar ciertos materiales o recursos que son necesarios para seguir adelante con las clases”, añade.

Junto a la profesora está Iker, de 18 años. Uno de los ideólogos de la pancarta de Goya explicaba como esta protesta le ha servido para comprobar el valor del arte como motor de cambio. “Defendemos el arte con el arte, es muy bonito”, matiza. “Ser parte de este movimiento me ha hecho ver que lo que aprendo aquí tiene también una utilidad social muy importante. Por eso quiero que mis compañeros y yo sigamos teniendo acceso a una universidad pública de calidad”, razona frente a un cartel que recuerda a los alumnos que “este encierro no es un botellón”, sino un acto organizado para luchar por una causa común. “No traigas bebida. Si lo haces, tendrá que quedarse en la puerta”.

Raquel Monje, decana de la facultad, presente también en el encierro, se muestra orgullosa de tener a unos alumnos “tan responsables, solidarios y valientes” como los que forman parte de este movimiento. “Es todo un honor. Han trabajado durante semanas en las pancartas que llevarán los estudiantes de las seis universidades, han organizado de forma impecable esta huelga y el viernes a las nueve estarán en clase”.

La UCM lleva meses denunciado una “asfixia económica insoportable” con protestas en distintas facultades. “Nuestra exigencia principal es que el presupuesto de universidades debe alcanzar el 1% del PIB de la Comunidad de Madrid. Todo lo que no sea un acercamiento real a ese horizonte, no lo contemplamos”, subraya García, tal y como también puede leerse en el manifiesto publicado por la plataforma coordinadora.

Según los primeros análisis realizados por UCM por la Pública, la subida presupuestaria anunciada para este 2026 por la comunidad representa un paso del 0,44% al 0,46% del PIB. “No podemos hablar ni siquiera de subida, sino que nos encontramos con un presupuesto estancado, y además en un contexto de infrafinanciación”, exponen.

‘Merchandising’ para una caja de resistencia

Durante el encierro nocturno los alumnos han continuado con la elaboración, además, de pegatinas, camisetas o ropa interior, entre otros productos de merchandising. “Lo que queremos es generar una caja de resistencia por si tenemos que ir a la huelga indefinida”, asegura Enma García, alumna de 19 años la facultad de Bellas Artes, muy comprometida con las protestas. “Buscamos generar materiales visuales que llamen la atención a medios de comunicación y a la gente en redes sociales para dar a conocer el desmantelamiento que estamos viviendo en la pública”, cuenta.

El malestar también pasa, sostiene Enma, porque el precio de la matrícula pública en Madrid “se ha vuelto inasumible” . En otras comunidades es gratis si el matriculado va aprobando.. “Lo que queremos es seguir estudiando de una manera digna y que el personal laboral de la universidad también tenga unas condiciones dignas”, enfatiza.

Para ilustrar su denuncia, Enma pone algunos ejemplos: las personas que trabajan como modelos en Dibujo o Escultura hacen demasiadas horas porque tienen que cubrir a otros; hay profesores que asumen las bajas de algunos compañeros para que los alumnos no se queden sin clases, “ya que no hay posibilidad de contratar suplente con este presupuesto”; y los departamentos carecen de fondos para afrontar cualquier gasto inesperado, por mínimo que este sea. De hecho, desde julio de 2024 las facultades cuentan con un 35% menos de partida para gastar.

“Hemos tenido que pagar hasta la pintura blanca con la que cubrir los murales que pintaron las alumnos de esta asignatura el año pasado y poder hacer nosotras los nuestros”, lamenta, y añade que este tipo de costes estaban cubiertos antes por la universidad. “Los caballetes de mi clase tienen más de 30 años, no podemos seguir estudiando en esas condiciones; muchos materiales que se daban en la facultad los tenemos que comprar nosotros porque se quedan viejos o deteriorados”, remarca.

Las palabras de Enma son compartidas por el resto de sus compañeros. En unas horas saldrán a defender el derecho a una educación pública de calidad con sus mejor arma, el arte.

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