Ir al contenido

El 36% de los niños llega con hambre a la escuela: la pobreza infantil lastra los resultados de España en matemáticas y ciencia

Un tercio de los alumnos de cuarto de primaria no habla nunca en casa, o solo a veces, la lengua de la escuela, según un estudio de EsadeEcPol

¿Por qué el nivel en matemáticas y ciencias de los alumnos españoles de primaria no mejora, sino que por el contrario desciende y se aleja de la media de los países desarrollados? Los investigadores en educación llevan tiempo intentando responder a la pregunta. Un informe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¿Por qué el nivel en matemáticas y ciencias de los alumnos españoles de primaria no mejora, sino que por el contrario desciende y se aleja de la media de los países desarrollados? Los investigadores en educación llevan tiempo intentando responder a la pregunta. Un informe publicado este jueves por EsadeEcPol concluye que la causa principal es el empeoramiento de las condiciones materiales en las que viven los niños en España. Entre 2019 y 2023 ha aumentado un 55% el porcentaje de quienes aseguran llegar al colegio con hambre, hasta alcanzar a un 36% del total. Se ha reducido el número de libros infantiles en sus hogares, y el porcentaje de quienes tienen un escritorio donde trabajar. Y a la vez ha crecido la proporción tanto de quienes no disponen de acceso a internet fijo en su hogar, como la de quienes solo disponen de ella a través de un teléfono móvil. El estudio también refleja que uno de cada tres estudiantes de cuarto de primaria (de 9 y 10 años) no habla nunca en casa, o solo a veces, la lengua de la escuela (que puede ser el castellano, el catalán o el inglés, entre otras), una circunstancia que también influye en los resultados.

Todos ellos son factores que no dependen únicamente, pero en los que sí interviene uno de los grandes fenómenos que está atravesando en los últimos años el sistema educativo español, que es el incremento del peso del alumnado extranjero, en general más pobre que el autóctono, debido tanto a su aumento (que ha sido del 25% en primaria en un lustro) como al descenso de la natalidad en España desde la Gran Recesión. El informe también atribuye un papel en el bajo rendimiento matemático de los estudiantes españoles a otros factores, como el mejorable nivel de conocimientos en la materia de los docentes de primaria, o el retroceso del buen clima del aula.

La información del estudio realizado por Lucas Gortazar, director de Educación de EsadeEcPol, y el economista de la educación galo Paul Cahu procede de la explotación, aislando el impacto de otros factores, de los microdatos de la evaluación internacional TIMSS. Una prueba organizada por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo que examina cada cuatro años en matemáticas y ciencia a 400.000 estudiantes de cuarto de primaria en 59 países, 10.000 de ellos en España, además de recoger abundante información de carácter social de los chavales, sus hogares y los centros educativos. Entre las ediciones de 2015 y 2023 (cuyos resultados se publicaron en diciembre), España perdió en total 20 puntos (14 en ciencias y 6 en matemáticas). Y se sitúa ahora en ciencias a 22 puntos de distancia de la media de los países de la OCDE (una organización formada mayoritariamente por países desarrollados) y a 27 en matemáticas. Se considera que 40 puntos equivalen aproximadamente a un curso escolar.

Los autores comparan las condiciones sociales del alumnado de primaria en España y Francia, que empeoraron de forma significativa entre 2019 y 2023, con los de Inglaterra, que lo hicieron en menor medida, y los de Portugal e Italia, donde mantuvieron un nivel similar. En España, la proporción de chavales de 9 y 10 años que aseguran llegar con hambre a clase alcanza ahora a un 36% (tras subir un 55% en cuatro años). “Estudios causales recientes han demostrado la importancia de unos hábitos alimenticios adecuados para el aprendizaje de los niños, tanto en casa como en la escuela, especialmente en los primeros años”, señala el informe.

Ello no significa que todos lleguen con hambre por motivos económicos. Los microdatos de TIMSS muestran que si se divide a los niños en cuartiles en función de la renta de su hogar, hay porcentajes significativos de chavales que aseguran llegar con hambre en los cuatro grupos. Si bien las diferencias entre ellos son muy grandes y crecen de manera sostenida conforme más pobres son. En el cuartil más pobre llega con hambre el 52% de los niños (lo hacía el 40% en 2019). Y en el más rico, lo hace el 18% (el 10% cuatro años antes), es decir, casi tres veces más. En el aumento intervienen por tanto otras cuestiones, relacionadas quizá con cambios en los hábitos familiares, que la base de datos de TIMSS no permiten distinguir.

Hogares sin libros

La hipótesis económica en el incremento del hambre escolar es coherente con el aumento de la tasa de pobreza infantil ―entre los menores de 18 años se situó en 2024 en el 29,2%, mientras la de la población general se ha reducido en los últimos años al 19,7%― y con otros datos con consecuencias para el aprendizaje que proporciona TIMSS, como el número de libros infantiles en los hogares. El porcentaje de niños que viven en casas en las que hay entre 0 y 10 ha subido del 12% al 16%, mientras el de aquellos que disponen de más de 50 ejemplares ha caído del 34% al 31%. Los estudiantes con un escritorio donde trabajar han disminuido del 88% al 81%. Y el acceso doméstico a internet fijo ha pasado del 94% al 88%.

El estudio muestra también que el porcentaje de quienes hablan siempre en casa la lengua de la escuela ha disminuido ocho puntos en cuatro años, hasta situarse en el 54%. En 2019, solo el 8,6% de los chavales no hablaban nunca en casa el idioma del colegio, una proporción que ha aumentado en 2023 hasta el 12,4%, una cifra cinco veces superior al del promedio de los países desarrollados. El porcentaje de quienes la hablaba a veces ha pasado, en paralelo, del 16,3% al 19,7%. En total, un 32,1% no la usa jamás o lo hace poco.

Inmigrantes, lenguas cooficiales y bilingüismo en inglés

Los autores señalan que ello se debe, por un lado, al aumento de la inmigración. Pero también “a la creciente prevalencia de la lenguas cooficiales como las principales de enseñanza desde los primeros años en contextos de habla mayoritaria española (sobre todo con catalán y euskera)”, lo que, afirman, “pueden perjudicar el aprendizaje de los alumnos en primaria especialmente cuando la distancia lingüística [entre la lengua escolar y la del hogar] es mayor”, así como al “uso del inglés como lengua de instrucción desde primaria en varias comunidades autónomas, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid”.

El estudio señala otras causas que contribuyen a explicar el descenso de los resultados. Por una parte, el incremento de 11 puntos en el porcentaje de niños de cuarto de primaria con acceso a un teléfono móvil, hasta alcanzar al 57%. Y por otra, el empeoramiento ―aunque siga mostrando niveles relativamente buenos, mejores que en el promedio de la OCDE― de indicadores como el clima del aula, el acoso escolar, y el sentimiento de pertenencia a la escuela.

Mayor calidad del aprendizaje en secundaria

La gran desventaja en los resultados en ciencias y matemáticas que tanto España (como todavía más Francia) muestran en primaria respecto a la media de los países desarrollados desaparecen a los 15 años, al final de la secundaria, como permite comprobar otra gran evaluación internacional, el informe PISA. El cambio parece, de nuevo, multifactorial. Por un lado, como consecuencia de la evolución de la natalidad, el peso del alumnado extranjero es menor en secundaria que en primaria (aunque también va en aumento). Por otro, destaca el informe de EsadeEcPol, la calidad del aprendizaje en la ESO en España parece mayor, debido a elementos como el mayor nivel de competencias del profesorado de esta etapa respecto al de primaria (que mide otra prueba internacional de la OCDE centrada en adultos, PIACC), y el incremento de las horas lectivas en la ESO (un tercio más que en primaria).

Ese salto en la presión escolar tiene, al mismo, tiempo, un coste para el alumnado, señalan los autores. Y es que “casi el 30% del alumnado acaba repitiendo curso”, aumentando así “sus posibilidades de abandonar el sistema educativo de forma prematura, el mayor reto de la educación en España”.

Pérdidas de 7.000 millones de euros por cohorte

Los autores calculan que los alumnos de primaria en España están unos 0,2 años por detrás del promedio de la OCDE en matemáticas. Y estiman, después descontar los factores sociales, que las “pérdidas de productividad y empleo asociadas a los jóvenes menos cualificados podrían estar suponiendo una pérdida de salarios del orden de 7.000 millones de euros por cada cohorte de estudiantes en España”.

El informe realiza propuestas para revertir la tendencia. En primer lugar, una batería de medidas sociales, como la implantación de “programas de desayuno y almuerzo escolares “generalizados, gratuitos y bien financiados”, y la potenciación de los sistemas de rentas mínimas y de ayudas a la vivienda para familias con hijos. Y, al mismo tiempo, medidas educativas como la simplificación de los currículos educativos para centrarlos más en un “aprendizaje profundo de las competencias fundacionales, incluidas las matemáticas”; la mejora de los conocimientos pedagógicos y matemáticos del profesorado, y la ampliación de los programas de refuerzo en primaria, tanto en la lengua vehicular para quienes no la conocen como para otras competencias básicas, apostando de forma prioritaria por el uso de formatos de clase con grupos de estudiantes muy reducidos.

Sobre la firma

Más información

Archivado En