¿Puede convertirse España en una de las potencias logísticas del futuro?
El del transporte de mercancías y la cadena de suministro es un sector en auge en España. Nuestro país cuenta con ventajas cualitativas como una situación geográfica envidiable o infraestructuras de transporte de primer nivel. ¿Va camino España de convertirse en un gran ‘hub’ logístico internacional?
El año 2020 trajo una revolución en los hábitos globales de consumo que ha transformado para siempre campos como el del comercio digital o el transporte de mercancías. En las fases de confinamiento y teletrabajo, las compras digitales de productos de primera necesidad supusieron un rito de paso para millones de ciudadanos de todo el mundo. Les ayudaron a cruzar una barrera invisible y asomarse a la rutina del comercio electrónico.
Hoy compramos todo tipo de bienes en plataformas digitales, y da igual que nos los traigan de EE UU, Latinoamérica o el Sudeste asiático. Tenemos la certeza de que llegarán a nuestro domicilio en cuestión de muy pocos días, tras ser empaquetados en origen, subidos a un contenedor e integrados en una red de transporte cada vez más sofisticada, concurrida y porosa que cruza todo el planeta. Estamos ante la red de transporte comercial más tecnificada, optimizada y eficiente de la historia. Y nuestro país tiene muchos números para situarse en el epicentro de esta revolución mercantil de amplio espectro.
Un campo de actividad de auge
El de la logística es un sector que da trabajo a cerca de 700.000 profesionales en España, más de 950.000 si consideramos al conjunto de las empresas que centran sus actividades en la cadena de suministro, del aprovisionamiento y transporte al almacenaje y la distribución capilar, pasando por el empaquetado, la carga aérea o la movilidad urbana. Se trata de un sector pujante, en pleno proceso de transformación tecnológica, y que ahora mismo supone el 6% del PIB nacional.
En opinión de Eduardo Herrera, director de Operaciones en Correos, “para lograr que España se convierta en un referente internacional en cuanto a logística, es clave avanzar hacia cadenas de suministro ágiles, digitalizadas y transparentes para los usuarios finales”. También considera importante “minimizar barreras administrativas y simplificar procedimientos de importación y exportación (por ejemplo, los trámites aduaneros), así como seguir trabajando en una óptima trazabilidad de los productos y en la eficiencia de los procedimientos”.
Para Francisco Aranda, presidente de la patronal UNO Logística, el diagnóstico es claro: nuestro país está en una situación inmejorable para consolidarse en los próximos años como uno de los principales centros neurálgicos de transporte y distribución de mercancías a nivel mundial. Un hub, en definitiva, si recurrimos a la expresión informática (cada vez más común en el mundo de los negocios) que se utiliza para los dispositivos que concentran la energía de una red y la amplían.
La inflación desbocada, los cuellos de botella que ha venido sufriendo la cadena global de suministro e incluso el clima de incertidumbre generado por la guerra de Ucrania son obstáculos coyunturales que desaparecerán a medio plazo. Lo que quedará, en opinión de Aranda, será un sector que se transforma a marchas forzadas para hacer posible “una cadena de suministro más corta, completamente digitalizada, más próxima al cliente final”, y no basada tanto en la reducción de costes como “en la eficiencia, trazabilidad y garantía de entrega”.
En este nuevo contexto, Aranda considera que España puede jugar un papel crucial: “Ya somos un hub logístico importante, pero debemos aspirar a convertirnos en uno mundial de primer orden. Tenemos los mimbres para ello, pero es cierto que necesitamos avanzar en cuestiones como las aduanas, donde perdemos competitividad con respecto a países como Bélgica, Países Bajos y Alemania”.
El directivo añade que la administración aduanera española sufre en la actualidad “un déficit importante de recursos humanos, lo cual ralentiza los procesos”. Las aduanas de un país con la ambición de convertirse en hub logístico “deben ser garantistas, pero también más rápidas”. Otro aspecto a mejorar, en opinión de Aranda, es el de “intermodalidad”, es decir, la plena coordinación entre redes y medios de transporte distintos, para garantizar que la mercancía viaje de su origen a su destino en una misma unidad de carga (contenedores, cajas móviles…), con transbordos rápidos y eficientes: “Tenemos una espectacular red de carreteras y una magnífica red de puertos y aeropuertos, pero es necesario conectarlos mejor para que seamos más eficientes y ganemos en competitividad”.
Una situación geográfica envidiable
En opinión de Eduardo Herrera, España cuenta con una ventaja cualitativa fundamental: su posición en el mapa. La península Ibérica está en una situación de privilegio “para ejercer como extremo o puerta de entrada o salida del flujo comercial con el Pacífico asiático o América Latina”. En el caso de Latinoamérica, “la oportunidad de desarrollar los flujos de importación y exportación de mercancías se ve reforzada por la cercanía cultural y la lengua común como bases de entendimiento”.
Esta proximidad cultural e idoneidad geográfica constituye una oportunidad formidable. Y no solo para el sector logístico. También para “el conjunto de nuestro tejido empresarial, incluidas nuestras pymes, para las que formar parte de un hub internacional supondría la oportunidad de abrirse a nuevos mercados”.
Para el director de Operaciones en Correos, el protagonismo del país en la cadena de suministro global será creciente “si conecta y consolida los flujos logísticos de entrada en la Unión Europea de mercancía procedente de Asia y Latinoamérica y refuerza su papel de enlace intermedio entre los mercados asiáticos y los latinoamericanos”. En este sentido, “la creación de una línea de transporte directo (line-haul) entre Hong Kong y Madrid como el que ha establecido Correos Cargo con el fin de configurar ese eje logístico Latinoamérica-Europa-Asia permite, asegura y fortalece la regularidad de los flujos comerciales, lo que se traduce en mayor confianza de importadores y exportadores”.
Un avión de carga bautizado como Milana Bonita cubre todos los lunes y viernes la ruta directa entre Hong Kong, la antigua colonia británica integrada ya en la República Popular China, y la capital de España. Los vuelos de este Airbus A330 con una capacidad de carga de 50 toneladas son un complemento a la línea de vuelos chárter de transporte de mercancías que Correos lanzó en marzo. Ante la creciente demanda de este servicio, la compañía se plantea consolidar la conexión con un servicio de vuelos regulares de hasta tres aeronaves distintas que estaría operativo en 2024.
Un futuro espléndido y algunos retos pendientes
Para Herrera, iniciativas como las descritas contribuyen a dinamizar un sector inmerso en un proceso de profunda transformación y adecuación a nuevas realidades: “Los clientes demandan ahora mismo cada vez mayor velocidad y fiabilidad en las entregas de sus envíos, sobre todo en compras a través de sistemas de paquetería digital internacional, por lo que la existencia de un proceso integrado de gestión y transporte de principio a fin resulta más necesaria que nunca”.
En opinión de Jesús Royo, profesor de la Universidad de Zaragoza y experto en logística tecnológica o 4.0, las virtudes competitivas de España pasan “por una situación geográfica de privilegio, sin duda, y por infraestructuras de primer nivel, con puertos y aeropuertos muy activos y una red de carreteras óptima bien complementada por la red ferroviaria”. Él considera muy digno de mención también “el alto nivel formativo de los profesionales españoles en general y, de manera más específica, de los formados en logística”.
Royo destaca “el buen nivel de eficiencia obtenido en los últimos años por la cooperación entre entidades públicas y empresas privadas y el incremento de la investigación académica”. En ese sentido, pone como ejemplo lo que ha ocurrido en los últimos años en su comunidad autónoma, Aragón, “donde existen cátedras de Logística como Tecnalia o Carreras, pioneras en España, y programas universitarios especializados en diferentes aspectos de la cadena de suministro”. Él mismo dirige el máster de Operaciones Productivas y Logísticas de su universidad y coordina la titulación de Experto Universitario en Cadena de Suministro 4.0.
Para Royo, el futuro inmediato de la logística, los trenes a los que deberá subirse España si aspira a consolidarse como referente internacional en el sector, son “sostenibilidad, distribución urbana de mercancía y digitalización”. La primera tiene que ver con “el compromiso de nuestro sector industrial de introducir avances que nos acerquen a la neutralidad de emisiones y, en general, una importante reducción del impacto sobre el medio ambiente de nuestras actividades”.
“Es imprescindible capacitar a los profesionales del sector para la selección, impulso y gestión de proyectos de digitalización”Eduardo Herrera, director de Operaciones en Correos
La segunda, muy conectada con la primera “pasa por una electrificación de flotas de vehículos de distribución urbana y otra serie de medidas que hagan posible la cuadratura del círculo, de manera que, en plena fase de crecimiento exponencial del comercio electrónico, tú recibas tu paquete en casa sin que eso se traduzca en un incremento insostenible de las emisiones”. En cuanto a digitalización, “estamos en los albores de esa revolución 4.0, pero los esfuerzos relacionados con el uso del internet de las cosas, la inteligencia artificial o el procesamiento de datos siguen siendo aún incipientes y un poco deslavazados, aunque ya arrojan muy buenos resultados en cuestiones como la trazabilidad de los envíos”.
Esa asignatura, la tecnológica, va a resultar clave en los próximos años. Desde Correos, Eduardo Herrera argumenta que los servicios logísticos del futuro deberán adaptarse cada vez mejor a los hábitos de un consumidor muy digitalizado. Resulta imprescindible “capacitar a los profesionales del sector para la selección, impulso y gestión de proyectos de digitalización, así como preparar a la fuerza de trabajo logística para los nuevos roles y competencias digitales requeridos”. Si a ello se le une una optimización del tráfico intermodal y una administración aduanera más ágil y rápida, España estará, en opinión de los expertos consultados, en una disposición idónea para convertirse en ese conector preferente de las redes comerciales que recorren el planeta.