El Ibex 35 se abona al furgón de cola
La rentabilidad del índice bursátil español volvió a ser de las peores en 2021, como viene sucediendo en la última década
La foto fija de este año para la Bolsa española la sitúa en el último puesto de rentabilidad respecto a los mercados de su entorno. El Ibex 35 arroja una ganancia en el año del 7,4% (datos hasta el jueves pasado), frente al 20,8% del índice Euro Stoxx50 o el 22,9% que ha subido Italia, el 27% de París o el 27,6% del S&P 500 de EE UU, entre otros.
Pero este comportamiento relativamente peor de la Bolsa española y, por tanto, de la cotización de sus empresas no es algo nuevo. Más de una década lleva el mercado español comportándose peor que sus colegas y son numerosas y variadas las causas de esta tendencia. El valor conjunto del mercado apenas se mueve pasados los años. Al cierre de 2012, la Bolsa española valía 945.000 millones de euros y terminó 2020 con una capitalización de 948.000 millones de euros. El consejero delegado de Bolsas y Mercados Españoles (BME), Javier Hernani, se congratulaba hace unos días –en la presentación del balance anual del mercado– de que este año la Bolsa había vuelto a superar el billón de euros de valor.
Abundando en esta idea, Alfredo Echevarría Otegui, director de análisis del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), ha hecho un cálculo donde la rentabilidad del Ibex 35 ha sido un 73% inferior a la obtenida en el índice S&P 500, y un 46% menor a la registrada por el Euro Stoxx50 en los últimos diez años. Datos que evidencian que invertir en Bolsa española ha sido un muy mal negocio frente a las oportunidades de otros mercados. En este periodo tan largo de tiempo resulta imposible encontrar un momento en el que la Bolsa española haya destacado sobre el resto de plazas.
Diego Jiménez-Albarracín, director de análisis de Deutsche Bank en España, considera clave para explicar este Ibex 35 siempre rezagado el fuerte peso que ha tenido estos años el sector bancario en el índice y las dos crisis financieras que han afectado a estas compañías en 2008 y 2012. “Esto puede en poco tiempo pasar de ser un lastre a una virtud si, como cabe esperar, los tipos se estabilizan o suben y el crecimiento se consolida. Los bancos son uno de los sectores más recomendados para 2022 por el previsto aumento de sus beneficios”, explica.
Otro sector que vivió un mal año en Bolsa, pese a la brutal escalada de la energía, fue el eléctrico por las novedades normativas. Unos cambios regulatorios en los que coinciden los expertos como causa del mal comportamiento en Bolsa de las eléctricas en 2021. Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), explica que el “dinero huye de la incertidumbre y la percepción de una legislación no estable espanta a los inversores extranjeros”, que a su modo de ver también muestran preocupación por el crecimiento de la deuda pública y por la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición.
Unos inversores extranjeros que son responsables de la mitad de las operaciones que se hacen a diario en el mercado español. Desde una óptica de gran inversor como una compañía de seguros o un fondo de pensiones, “a la hora de colocar sus fondos en el sur de Europa, está claro que han elegido a Italia frente a España”, dice Niederleytner. El nombramiento del expresidente del BCE, Mario Draghi, al frente del Gobierno italiano explica para el experto del IEB, el mejor comportamiento de la Bolsa de Milán frente a la madrileña.
Alfredo Echevarría echa la mirada más atrás y considera imprescindible en el análisis de la baja rentabilidad de la Bolsa española la evolución de la economía en los últimos años y descarta, al igual que Diego Jiménez-Albarracín, que la marcha de la política española haya pesado en el devenir de las acciones. Según sus cálculos, en los últimos diez años el PIB acumulado ha caído el 1,3% en España, mientras que en la eurozona ha subido un 5,2% y en Estados Unidos 17,5 puntos porcentuales. Si el periodo se reduce a un lustro, España ha bajado el 1,2%, frente al alza del 1,2% en la eurozona y el 5,8% de crecimiento de la economía estadounidense.
Latinoamérica
Han pintado bastos en los últimos tiempos para las inversiones de España en Latinoamérica. El experto del IEB apunta que los inversores extranjeros ven el Ibex 35 como un termómetro de estas economías. Tanto 2020 como 2021 han sido especialmente malos para Brasil o México, donde las grandes cotizadas españolas tienen una destacada presencia y desde donde consiguen buena parte de su facturación y beneficios. Pero Jiménez-Albarracín lo considera algo coyuntural, ya que estas inversiones volverán a ser un atractivo para el inversor cuando estas economías mejoren. El director de estudios del IEAF apunta la necesidad de una diversificación geográfica de las multinacionales hacia Asia, que es la región con mayores crecimientos y moderar así la “actual sobreexposición que tenemos de las economías latinoamericanas”.
Pero el índice tiene también otras grandes carencias que son, solo en parte, reflejo de la economía española. Faltan en el Ibex más firmas tecnológicas, que ahora se resumen en Indra y Amadeus. Incluso aunque con la pandemia el sector turístico ha sido un lastre, el director de análisis de Deutsche Bank considera “que una actividad económica que representa entre el 10% y el 12% de nuestro PIB solo tiene a IAG, Aena, Meliá y parte de Amadeus en el índice”, concluye. Alfredo Echevarría considera que a la Bolsa le faltan valores de crecimiento como tecnológicas o de consumo cíclico. “Solo representan el 25% del índice frente al 40% del peso de las utilities y de salud, el 15% de las financieras y el 10% de constructoras, inmobiliarias e industriales”.
La baza del dividendo
En esta Bolsa española de pocos valores de crecimiento su mejor baza se juega con el dividendo (parte del beneficio destinado al accionista), que vuelve a situarse en niveles de rentabilidad del 5%. Un dividendo que a veces sirve de excusa para explicar la peor evolución del mercado español frente a otras plazas, ya que lo descuenta de su precio. El único mercado de nuestro entorno que no lo descuenta es el alemán a través de su índice DAX. Tanto el EuroStoxx50 como el S&P 500 funcionan como el Ibex 35 y reducen de su valor el pago de dividendos, por lo que sus rentabilidades son perfectamente comparables.
BME también calcula el Ibex 35 incluyendo los dividendos repartidos año tras año. En 2015 cerró en los 23.602 puntos y en estos días se mueve en los 25.254 puntos. Su rentabilidad en estos seis años ha sido del 6,9%, mientras que el Ibex 35 normal ha caído el 12,9% en igual periodo. Un índice muy a tener en cuenta para un inversor que tenga un fondo de Bolsa española porque a la revalorización hay que sumar esos dividendos que recibe también la gestora del fondo.
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