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EMPRENDEDORES

Impresoras 3D con sello barcelonés

La firma BCN3D duplica su plantilla en medio año y factura cuatro millones en 2019 con ventas en todo el mundo

El CEO de BCN3D, Xavier Martínez Faneca.
El CEO de BCN3D, Xavier Martínez Faneca.©Consuelo Bautista
Jordi Pueyo Busquets

"No es habitual fabricar hardware aquí y nuestros clientes acaban valorándolo”, explica Xavier Martínez Faneca, consejero delegado de BCN3D. Lo hacen en Castelldefels (Barcelona) en un ambiente que, pese a ser de oficina, huele a industrial por el plástico calentado del filamento que da vida a los objetos. En una sala repleta de sus impresoras 3D, los mismos aparatos se van reproduciendo: conciben piezas para ensamblar nuevas máquinas. Apuestan por la proximidad: la mayoría de los componentes comprados son fabricados a un radio de 100 kilómetros, algunos mucho más cerca. Pero resulta inevitable importar otros de China. En otra sala montan los aparatos. La producción es modesta, de hasta 250 impresoras al mes, pero el ritmo de crecimiento de la empresa ha sido considerable desde marzo.

BCN3D facturó 4,1 millones de euros en 2019, y aún tiene pérdidas. El año anterior llegó a los 3,5 con un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 500.000 euros. En marzo anunció una ronda de inversión de 2,7 millones de los fondos JME VC, Accurafy4 y Victoria. Fue el momento de emanciparse, como spin-off del centro tecnológico CIM de la Universidad Politècnica de Catalunya (UPC). En medio año la start-up ha doblado de 50 a 100 el número de trabajadores y en su cartera de clientes figuran marcas como Louis Vuitton, Camper, Samsung, Nissan o Seat.

Precio asequible

Martínez Faneca, de 34 años, estudió Ingeniería Industrial en la UPC, dueña de las oficinas donde se aloja BCN3D. Pese a que su sueño inicial era diseñar coches, empezó a triunfar en CIM-UPC creando kits de juegos de piezas de impresoras 3D simples, de código abierto, cuyos compradores podían montar en casa. Sus modelos actuales son la evolución. Pero vienen montadas y quieren seducir a un cliente que busque las máximas propiedades a un precio asequible, de 2.500 a 3.700 euros. “No queremos competir con otros como HP, que tiene propuestas de más alta industria que requieren justificaciones más importantes para comprar la máquina”.

“La gente aún valora bastante que el producto esté hecho en Barcelona porque saben que si llaman habrá alguien al otro lado”, afirma Martínez Faneca. La impresión 3D conlleva una parte de consultas y aprendizaje que da valor al diálogo entre cliente y vendedor de la máquina, asegura, factor que ­BCN3D señala como diferenciador. Camper usa sus impresoras para imprimir prototipos de zapatos de forma rápida, sin tener que esperar los hechos con moldes tradicionales. Louis Vuitton crea soportes adaptados a sus modelos para tejer las costuras con más facilidad. Nissan imprime objetos que aceleran la instalación de los semiejes en los vehículos. BCN3D deja hacer pruebas antes de vender sus aparatos, como en el caso reciente de un cliente interesado en imprimir moldes para quesos.

Oficinas de BCN3D.
Oficinas de BCN3D.CONSUELO BAUTISTA

François Minec es uno de los inversores que sostiene BCN3D, a través de Accurafy4. También es director de impresión 3D en Basf, gigante con el que la firma barcelonesa tiene un acuerdo para distribuir los filamentos que dan vida a los diseños imprimidos. “Hace dos años el mercado de la impresión 3D estaba más atomizado, ahora un poco menos. Provocará que alguien tenga que comprar a alguien. A nosotros o nosotros a ellos”, valora Martínez Faneca. De momento, la empresa se plantea buscar un nuevo local en el ámbito de Barcelona, con la que se siente vinculada la firma por su nombre y su mascota, una versión del dragón del arquitecto Antoni Gaudí impreso en 3D con un trencadís que reproduce la estructura de calles de L’Eixample.

BCN3D fue puntera en la impresión con dos cabezales con la técnica de doble extrusión, que permite utilizar materiales de dos colores o producir dos piezas idénticas a la vez para doblar la productividad. “Cuando crecimos no tenía sentido continuar en el centro tecnológico, ellos querían seguir haciendo investigación y nosotros fabricar máquinas para venderlas”, recuerda el emprendedor. Su reto de futuro es convertir a la compañía en un actor reconocido y seguir ampliando su red de distribución, que cubre Europa con España y Alemania como principales clientes. Aun así, BCN3D asegura que ya vende en todos los continentes. La última incorporación: Turquía. La novedad: la impresora Epsilon, que está a punto de salir al mercado para llegar al segmento más industrial.


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Sobre la firma

Jordi Pueyo Busquets
Es periodista en la redacción de Cataluña y escribe sobre economía, innovación y tecnología. Antes de llegar a EL PAÍS, pasó por ACN, TV3, 324.cat, Bloomberg TV y Cadena Ser. Ha dado clases de redacción en inglés en la UPF y de redes sociales en la UOC. Es licenciado en Periodismo, Ingeniería Informática y máster en Innovación y Calidad Televisivas

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