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PVC reutilizable con una vida útil de hasta 14 generaciones

El PVC y la ThermoFibra (fibra de vidrio embebida en el perfil de PVC) son materiales que mejoran el aislamiento térmico y acústico de los hogares. La tecnología permite a Deceuninck recuperar miles de toneladas de estos componentes a partir de residuos de puertas y ventanas fuera de uso y emplearlos para fabricar nuevos productos con la misma calidad

En su nueva planta ubicada en Diksmuide (Bélgica), Deceuninck recicla hasta 45.000 toneladas de PVC al año.
En su nueva planta ubicada en Diksmuide (Bélgica), Deceuninck recicla hasta 45.000 toneladas de PVC al año.

En un planeta cada vez más habitado y expuesto a los efectos de la crisis climática, los recursos naturales son un tesoro. El agua, los alimentos, la energía, los minerales, las materias primas, entre otros, son finitos, y si no se pone freno al ritmo actual de consumo, tarde o temprano acabarán por agotarse. Por eso, cada persona a nivel individual debe poner todo lo que está en sus manos para intentar paliar la situación. También los diferentes sectores industriales, entre ellos el de la construcción. Al fin y al cabo, esta actividad es una de las que más recursos consume y más escombros genera. Los residuos de construcción y demolición suponen un tercio de todos los que se originan en la Unión Europea. Para hacernos una idea, sólo en España se producen 35 millones de toneladas de estos desechos.

Por eso, hoy en día el tradicional modelo de producción empresarial basado en una cadena de valor lineal (extraer, fabricar, usar y tirar) carece de sentido. Más allá del desgaste acelerado de recursos que supone, otra de sus nefastas consecuencias medioambientales es el aumento de las emisiones de CO2 que están detrás del cambio climático. La buena noticia es que, desde hace algún tiempo, muchas empresas, incluidas las de construcción, ya apuestan por un sistema de economía circular. Son conscientes de que prolongar la vida útil de los materiales y de los recursos extraídos repercute en el bien común. La fórmula contribuye a reducir al mínimo la generación de residuos, ya que se reemplaza material mediante el reciclaje y la reutilización.

La planta donde se recicla todo

Una de estas compañías pioneras en apostar por este cambio de paradigma basado en un crecimiento económico más eficiente y sostenible es Deceuninck, el fabricante líder de soluciones para puertas y ventanas de policloruro de vinilo (PVC) en Europa. Este material se puede reciclar al 100% y recibir un nuevo uso al final de su vida útil. Su utilización en la construcción, además, aporta el mejor aislamiento térmico y acústico posible. Por un lado, contribuye a reducir el consumo energético en los hogares y, por otro, el proceso de fabricación genera muchas menos emisiones que partiendo de materias primas. La durabilidad de las ventanas de PVC que se instalan en la actualidad alcanza los 35 años, lo que redunda en la salud del planeta.

Hemos avanzado en la reducción del impacto ecológico en la fabricación de nuestros productos hasta convertir la economía circular en nuestro pilar corporativo
Giorgio Grillo, director de Deceuninck en España y Portugal

En su planta ubicada en Diksmuide (Bélgica), Deceuninck recicla hasta 45.000 toneladas anuales de PVC. El material recuperado –que incluye perfiles de PVC de fábrica y de revestimiento, ventanas, puertas y cajones de persianas de PVC, entre otros– se obtiene de la recolección de residuos generados por la propia empresa y sus clientes, así como de la enorme cantidad de ventanas de PVC de entre 30 y 40 años de antigüedad que se van reemplazando. Con todo ello se fabrican nuevas piezas que cuentan con las mismas prestaciones y características que las producidas en un primer momento.

Durante la fase de reciclaje todos los materiales se clasifican por tipo y color. Después de la granulación, el material reciclado se utiliza para la extrusión de nuevos perfiles de ventanas de PVC. La ampliación de estas instalaciones ha permitido a la marca de origen belga un ahorro de hasta 2,3 millones de ventanas desechadas o incineradas al año.

Además, el PVC reciclado consume un 90% menos de energía que la necesaria para obtener PVC virgen. Como este material se puede reciclar más de diez veces sin que pierda su capacidad mecánica, y su uso llega a los 35 años, el ciclo de vida potencial de los productos elaborados con este polímero alcanza los 350 años. Es decir, un mismo material puede ser útil para 14 generaciones.

“En los últimos años, hemos avanzado enormemente en la reducción del impacto ecológico de la fabricación de nuestros productos, hasta el punto de convertir la economía circular en un pilar corporativo”, constata el director de Deceuninck en España y Portugal, Giorgio Grillo. En la fabricación de sus sistemas de puertas y ventanas de PVC 100% reciclables, recuerda Grillo, la marca opta “siempre por alternativas sostenibles y renovables”.

El PVC es un material polímero que se puede reciclar en su totalidad y recibir un nuevo uso cuando llega el final del ciclo de su vida útil.
El PVC es un material polímero que se puede reciclar en su totalidad y recibir un nuevo uso cuando llega el final del ciclo de su vida útil.

Que la circularidad y la sostenibilidad son dos realidades que ya están transformando el sector de la construcción es un hecho. Un reciente informe de Deceuninck vaticina que, en 2024, se vislumbra “una arquitectura consciente, adaptable y sostenible, con especial énfasis en la economía circular, la eficiencia energética, la elección de materiales respetuosos con el medio ambiente y la flexibilidad en el diseño interior”. En otras palabras: la sostenibilidad no puede ser un elemento accesorio, sino un pilar básico en el trabajo de los expertos en edificación.

Estas perspectivas coinciden con la filosofía de la multinacional, cuyo modelo empresarial está enfocado en minimizar el impacto ambiental y promover la economía circular a través del reciclaje de PVC. Esto se traduce en el fomento de un consumo responsable mediante productos diseñados con una responsabilidad ecológica para mejorar la calidad de vida de las personas y la eficiencia de sus hogares.

Observatorio sobre Economía Circular

A la hora de elegir productos para su vivienda, los españoles anteponen el precio en detrimento de otras prestaciones que mejoren la eficiencia energética. Apenas un tercio de la población entiende correctamente el concepto de economía circular, y ni siquiera el 50% de los encuestados siente que participa en la transición hacia ese modelo de circularidad. Son algunas de las conclusiones del estudio Economía circular en el sector de la construcción. La opinión de los ciudadanos, elaborado por el Observatorio Deceuninck para la Economía Circular. 
En el informe se han entrevistado a 1.500 personas de entre 35 y 65 años, y han participado hasta 12 expertos de los sectores de la construcción, la arquitectura y la ventana en España. Las cifras que expone el documento revelan que deben reforzarse los esfuerzos pedagógicos y divulgativos sobre los beneficios de la circularidad. Casi la mitad de los ciudadanos, por ejemplo, ni siquiera sabe que puede sustituir productos antiguos por materiales reciclados a la hora de acometer una reforma en su vivienda. 
Aun así, hay datos positivos. Que un 50% de la muestra admita que le gustaría saber más sobre esta cuestión y poder cubrir esta carencia de información, demuestra que el tema interesa.

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