Bruselas acusa a Microsoft de abuso de posición dominante por sus prácticas con Teams
La Comisión Europea presenta cargos de forma preliminar contra el gigante tecnológico por vincular la herramienta digital de comunicación con otras que ofrece a empresas
La Comisión Europea acusa a Microsoft de quebrar las normas de competencia de la UE al vincular la aplicación Teams con sus productos Office 365 y Microsoft 365. Esto supone, para los técnicos de Bruselas, abusar de su posición dominante en el mercado de aplicaciones para empresas y computación en la nube. Esta conclusión, preliminar por ahora, llega pese a que el gigante tecnológico ha ofrecido algunas medidas para remediar la situación, algo que ha sido considerado insuficiente por el momento, apunta el propio Ejecutivo de la Unión en un comunicado.
Esta investigación se abrió en julio de 2023 y recuerda mucho a otro caso del departamento europeo de Competencia iniciado a comienzos de este siglo contra Microsoft por introducir en el sistema operativo Windows el navegador Internet Explorer, una estrategia que sacó del mercado al primer gran navegador de internet, Netscape. La situación que ha dado pie al expediente actual, como aclara la Comisión, arranca en abril de 2019, cuando la compañía con sede en Seattle (Estados Unidos) vinculó la aplicación Teams, la popular aplicación para facilitar reuniones y llamadas telemáticas aunque con bastante otros usos vinculados a la productividad en las empresas, a sus productos Office 365 y Microsoft 365. Con este movimiento, la firma “restringía así la competencia en el mercado de productos de comunicación y colaboración y defendiendo su posición de mercado en el software de productividad y su modelo centrado en suites frente a los proveedores competidores de software individual”.
“Nos preocupa que Microsoft esté dando una ventaja indebida a su producto sobre el de los competidores al vincularlos a sus populares paquetes de productivdad para empresas”, manifestó ayer la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario encargada de los asuntos de Competencia, Margrethe Vestager, quién advirtió de que es “esencial proteger la libre competencia. “Si se confirma, la conducta de Microsoft sería ilegal según nuestras reglas de competencia. Microsoft tiene ahora la oportunidad de responder a nuestras preocupaciones”.
Para la Comisión, esta vinculación entre Teams y el paquete de Office puede haber otorgado “una ventaja de distribución a Teams al no dar a los clientes la opción de adquirir o no acceso” a esta aplicación cuando se suscriben a las aplicaciones en la nube que ofrece Microsoft. “Esta ventaja puede haberse agravado aún más por las limitaciones de interoperabilidad entre los competidores de Teams y las ofertas de Microsoft. La conducta puede haber impedido a los rivales de Teams competir, y a su vez innovar, en detrimento de los clientes del Espacio Económico Europeo”, señala la compañía.
La compañía presidida por Brad Smith respondió a los nuevos cargos presentados por la Comisión Europea: “Después de haber desagregado Teams y tomado medidas iniciales, apreciamos la claridad adicional brindada hoy y trabajaremos para encontrar soluciones para abordar las preocupaciones restantes de la Comisión”.
A diferencia de la acusación lanzada el lunes contra Apple, la de este martes no está regulada por el Reglamento europeo de los Mercados Digitales sino por la antigua norma de Competencia, de ahí que los tiempos de investigación sean más lentos. De hecho, mientras el primer paso del expediente sobre Apple se dio en marzo; este se dio en julio. No obstante, en ambas regulaciones este paso que es el pliego de cargos contra la empresa investigada no supone una decisión definitiva, porque como apunta la Comisión en su comunicado, “no prejuzga el resultado de la investigación”.
El hecho de que Microsoft ya diera pasos para remediar o aliviar la situación puede apuntar que la compañía está dispuesta a negociar o buscar una salida dialogada. Aunque lo ofrecido por ahora no ha sido suficiente para Bruselas.
Los nuevos cargos de Bruselas contra Microsoft se produce en un momento en que las instituciones públicas han redoblado su escrutinio contra las grandes tecnológicas. Los reguladores europeos están examinando la vinculación entre Microsoft y OpenAI, una operación valorada en 13.000 millones de dólares. El grupo estadounidense fundado por Bill Gates también se enfrenta a una denuncia por acuerdos de licencia sobre computación en la nube, que algunos competidores consideran injustos.
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