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IMPUESTOS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Capitalistas sin impuestos

Para Europa, que pretende asegurar un modelo diferenciado, basado en los derechos sociales y medioambientales, es especialmente urgente hacer frente al patrón que imponen las grandes tecnológicas

The Wall Street
Wall Street, en una imagen de archivo.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)
Andreu Missé

El economista Gabriel Zucman, catedrático de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos), ha puesto al descubierto los mecanismos que permiten a ciertos gigantes tecnológicos y a los ultrarricos esquivar el pago de impuestos. En un reciente artículo en The New York Times, el investigador que más ha estudiado los perjuicios de la evasión fiscal internacional explica el sistema de algunas corporaciones para tributar mucho menos. El mecanismo es bien simple: consiste en no pagar dividendos.

“Si Amazon”, explica Zucman, “devolviera sus ganancias a los accionistas en forma de dividendos, que están sujetos al impuesto sobre la renta, [Jeff] Bezos [el presidente de la compañía] enfrentaría una considerable factura fiscal. Pero Amazon no paga dividendos a sus accionistas. Tampoco Berkshire Hathaway o Tesla. En cambio las empresas conservan sus ganancias y las reinvierten, enriqueciendo aún más a sus accionistas”.

Carlos Cruzado, presidente del sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) conoce bien estos mecanismos. Precisa que “la no distribución de dividendos es una forma de no pagar impuestos por parte del dueño de la empresa”. Los ricos, añade, “prefieren pedir préstamos que cobrar dividendos; para los accionistas minoritarios puede ser atractivo no cobrar dividendos porque ayuda a que la inversión se revalorice más”. La realidad es que las corporaciones estadounidenses y en general las compañías que no pagan dividendos realizan importantes compras pidiendo prestado con la garantía de sus acciones.

La acelerada concentración empresarial y las nuevas técnicas financieras del capitalismo evidencian que la fiscalidad vigente ha quedado anacrónica al propulsar una creciente desigualdad. Los más ricos tienen mil artilugios para pagar muchos menos impuestos. Más preocupante es que los estados carecen de recursos necesarios para acometer las nuevas necesidades.

En Europa, por ejemplo, será imposible satisfacer los compromisos sobre el clima por el déficit de inversiones. Un estudio de 14CE Institute for Climate Economics, una organización sin afán de lucro, señala que para cumplir los objetivos climáticos, la Unión Europea necesita una inversión de 813.000 millones de euros anuales. En 2022 la inversión real fue de 407.000 millones de euros, lo que supone un déficit de inversión en materia climática de 406.000 millones de euros al año.

Zucman, discípulo del economista francés Thomas Piketty, en un reciente encuentro con los ministros de finanzas del G-20, presentó una fórmula bien práctica y sencilla para atajar la insostenible desigualdad fiscal: exigir a los multimillonarios el pago del 2% de su riqueza al año. Esto permitiría recaudar aproximadamente 250.000 millones de dólares (230.000 millones de euros) adicionales al año, algo más de la recaudación prevista del impuesto mínimo del 15% a los beneficios de las grandes corporaciones.

Desconocemos cuál es su contribución fiscal real de las grandes tecnológicas en la UE. Para Europa, que pretende asegurar un modelo diferenciado, basado en los derechos sociales y medioambientales, es especialmente urgente hacer frente al capitalismo sin impuestos que imponen las grandes tecnológicas.

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