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El Gobierno calcula en un 19% la caída de la demanda de gas entre agosto y noviembre

Ribera ve con pesimismo la cumbre de ministros de Energía de este martes, en la que los Veintisiete deberían alumbrar un acuerdo sobre el tope al precio en el mercado gasista

Ignacio Fariza
Teresa Ribera, este lunes, en un momento de la conferencia de prensa celebrada en el ministerio.
Teresa Ribera, este lunes, en un momento de la conferencia de prensa celebrada en el ministerio.FERNANDO VILLAR (EFE)

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha cifrado este lunes en un 19% la reducción en la demanda de gas desde la entrada en vigor del plan de ahorro energético español, el pasado 1 de agosto, en comparación con la media del último lustro. Si se tiene en cuenta el mayor saldo exportador hacia los países vecinos, esa cifra se eleva hasta el 21%. En el caso de la electricidad, la contracción ronda el 7%.

El recorte en el consumo de gas es cuatro puntos porcentuales superior a lo requerido por el Ejecutivo comunitario, que ha exigido a España un recorte en su consumo gasista del 15% en la actual fase de prealerta, y también a la caída acumulada hasta hace un mes. No obstante, tras un otoño “razonablemente cálido” —que ha hecho menos necesario el uso de calefacciones y que, por tanto, ha contribuido a la merma generalizada de la demanda tanto en los hogares como en la industria—, Ribera ha llamado a redoblar las actitudes de ahorro en los próximos meses: “Es importante seguir reduciendo nuestros consumos, con una gestión más inteligente de la demanda”.

Preguntada por hasta qué punto el menor consumo de gas natural en España responde a los planes de ahorro y contingencia puestos en marcha por el Gobierno en esta segunda mitad de 2022 —y que han conducido, entre otras cosas, a una limitación de los termostatos en comercios y centros de trabajo o al apagado de escaparates fuera del horario de apertura—, la número cuatro del Ejecutivo español ha reconocido que “es difícil” estipular el grado de causalidad, pero sí cree que las medidas adoptadas “han sido un factor” detrás de este cambio de tendencia en la demanda. Aunque otros elementos, como la subida de precios o la sustitución de gas por otros combustibles en algunos segmentos industriales —como el químico—, también han jugado un papel importante, Ribera ve claro que se ha producido “una reacción por parte de la sociedad” a raíz de la crisis energética y la invasión rusa de Ucrania.

Según las cifras del Gobierno, el mecanismo ibérico (también conocido como tope al gas) y la reducción de los impuestos y los cargos han permitido un ahorro en la factura de la luz de alrededor de un 34% en noviembre en comparación con lo que abonarían los consumidores domésticos en ausencia de estas medidas. La caída es aún mayor —siempre a tenor de los cálculos del propio Ejecutivo— en el caso de los consumidores vulnerables (-64%) y de los vulnerables severos (-77%), quienes además de verse beneficiados por estas medidas han visto cómo se les aplicaba un descuento adicional en el bono social.

Exportaciones a Francia y Portugal

Salvo giro inesperado en las menos de tres semanas que restan para que termine 2022, por primera vez en un lustro, el saldo de los dos tubos de transporte de gas que unen España y Francia bajo los Pirineos será exportador. Lo mismo ocurrirá con la electricidad: frente a una importación neta de más de 2.300 gigavatios hora (GWh) en la media de ese periodo, desde agosto España lleva exportados casi 5.300, en gran medida por la parálisis que atenaza el parque nuclear francés. En el caso de Portugal, las exportaciones han pasado de una media de menos de 500 GWh entre agosto y noviembre a más de 3.100 este ejercicio. El gran lastre para la generación lusa ha sido la acuciante sequía, que ha frenado una actividad hidroeléctrica vital en su matriz energética.

Los depósitos subterráneos de gas natural están hoy algo por encima del 90% en España, una cifra ligeramente superior a la media europea y el equivalente a un mes de consumo. A esa cifra hay que sumar los almacenes de gas natural licuado (GNL, en la jerga del sector) en los puertos, que alcanzan un llenado medio del 65%, alrededor de 22 días de demanda. Y la brecha de precio entre los mercados ibérico del gas (Mibgas) y holandés (TTF, la referencia europea) “se ha mantenido en las últimas semanas” y ronda los 33 euros por megavatio hora (MWh) desde el principio de la guerra.

“Muy preocupada” por el límite al precio del gas en la UE

En su comparecencia de este lunes, Ribera se ha mostrado “enormemente preocupada” por la última propuesta de la Comisión Europea, que pasa por establecer un límite de 220 euros por MWh en el mercado continental de gas. Ese valor, ha enfatizado, está “muy por encima de la referencia del gas” en la UE y supondría una “peligrosa” normalización de un precio alto en el bloque.

La responsable de Transición Ecológica ha calificado de “complicadas” y “tensas” las negociaciones de los últimos días: mientras España y la mayoría de naciones del sur piden más ambición, varios países del centro y el norte ven como sus operadores se comprometieron en verano a pagar unos precios altos que ahora “tienen una gran dificultad para absorber”. Sin embargo, dice, esa no es “la mejor de las respuestas” que los Veintisiete deben dar: “La estabilidad de los mercados financieros es un principio muy importante, pero no puede ser a costa de poner en peligro a la industria y las familias europeas. Si no pueden pagar el gas a ese precio, seguro que habrá inestabilidad financiera”, ha augurado. Si no hay acuerdo entre ministros este martes, Ribera se ha mostrado abierta a que la cuestión acabe siendo negociada por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre del jueves.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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