Revuelo en el Gobierno por la opa sobre Naturgy
El Ejecutivo aparece dividido en el análisis de la oferta lanzada por el fondo australiano IFM sobre la energética española
Hay cierto revuelo en el entorno del Gobierno por la opa sobre Naturgy. Pese a ser una oferta parcial por el 22,69% del capital de la firma energética y de que el fondo australiano IFM ha asegurado que respeta la españolidad de la compañía, la calificación de empresa estratégica supone que debe pasar por la criba gubernamental para que pueda seguir adelante. Teóricamente, el Ejecutivo tiene seis meses para pronunciarse, pero se espera y desea que ese periodo se achique convenientemente. Teóricamente también, es el Ministerio de Industria el que debe canalizar y evaluar la operación para luego hacer la propuesta al Consejo de Ministros sobre si se veta o no.
Sin embargo, entran más departamentos en juego: Economía, Transición Ecológica y, por supuesto, Presidencia del Gobierno, en donde se ha subrayado que “se mirará con sentido estratégico”, dejando abierta la incertidumbre. Algo parecido a lo que manifestó el pasado miércoles el titular de Transportes, José Luis Ábalos, que, aunque su ministerio no está (teóricamente) implicado, él sí tiene predicamento: “El Gobierno no puede quedar al margen, es importante que tengamos cierto control para preservar la españolidad de empresas estratégicas”, declaró a la cadena SER al ser preguntado sobre el hipotético veto tras difundirse esa posibilidad como noticia y derrumbarse la acción en Bolsa.
Seguramente, los responsables indirectos del alboroto, el fondo de pensiones IFM Investors, no vaticinaban que la oferta que lanzaron el 26 de enero sobre Naturgy iba a alterar tanto el patio político. La operación la lleva preparando desde hace meses su vicepresidente de infraestructuras, el valenciano Jaime Siles, un joven ingeniero de Caminos de 34 años que se formó en las universidades de Valencia y París. En la capital francesa comenzó a trabajar en el grupo Bouygues para ser cazado rápidamente por el fondo australiano en 2012. Siles barre para casa. Sería la cuarta operación en España después de la entrada en Aqualia (tiene el 49%); la compra a OHL de Aleática, concesionaria donde tiene el control, y la toma de participación en el Puerto de Huelva.
La misión de Siles, que tiene que reportar a Londres y Australia a diario, es convencer a las autoridades españolas de que los objetivos de IFM se adaptan a las exigencias españolas. Desde el punto de vista económico, la operación parece muy bien encajada: es un éxito que venga una inversión de más de 5.000 millones de euros y lo es que se refrende la política de transición energética con una operación de este calibre.
Desde el político, cuenta que Australia es un país con el que España mantiene estrechas y buenas relaciones, con una presencia cada vez mayor de empresas, sobre todo energéticas y de infraestructuras; que el fondo asegura su vocación de permanencia a largo plazo, y que garantizan la españolidad de la gestión y la continuidad del equipo directivo. No está de más recordar, en todo caso, que en Naturgy solo quedaría en torno a la tercera parte del capital netamente español (el 24,8% de Criteria y alrededor del 8% en minoritarios). El resto estaría en los fondos CVC (20,4%) y GIP (20%) y la empresa estatal argelina Sonatrach (4%), además de la participación de IFM si alcanza sus objetivos máximos.
De lo que diga el Gobierno depende que tenga que intervenir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Es decir, si se opone, poco tiene que opinar el organismo regulador. Si no hay veto, tendrá que analizar la operación, al igual que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sobre todo si existe alguna concertación.
IFM Investors fue fundado hace más de 25 años con el objetivo de proteger y rentabilizar los ahorros para la jubilación. Participa en proyectos a muy largo plazo y “no busca tanto beneficios a corto como formar parte de industrias y compañías que tienen visiones estratégicas con grandes horizontes de tiempo”, según el fondo, que se declara signatario de los principios de inversión social responsable y se compromete en cuestiones de ESG (factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) con las empresas en las que invierte con el objetivo de mejorar su rendimiento y minimizar el riesgo de la inversión. Ahí se explica el acercamiento a Naturgy, “perfectamente alineado con los principios y objetivos centrales de IFM”.
Al frente de IFM Investors está Greg Combet desde 2018. Fue secretario general del Australian Council of Trade Unions (ACTU) entre 2000 y 2007. Es el organismo que representa a un mayor número de trabajadores en Australia, con 46 sindicatos afiliados, desde donde consiguió derogar la legislación sobre relaciones laborales diseñada para, supuestamente, mejorar los niveles de empleo al prescindir de las leyes de despido improcedente para las empresas de un determinado tamaño y permitir a los trabajadores negociar las condiciones sin una representación colectiva. Entre 2007 y 2013 ocupó diferentes carteras ministeriales bajo la batuta del primer ministro laborista Kevin Rudd y luego de la primera ministra Julia Gillard.
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