El gran desafío de los empleados públicos
Tras una década de recortes, una plantilla de empleados públicos mermada y envejecida lucha contra el coronavirus desde la sanidad, la educación, la gestión de las ayudas y otros sectores
La decena de trabajadores públicos consultados para este reportaje coinciden en una idea: que si algo bueno ha tenido la pandemia es que ha dejado al descubierto quiénes son, qué hacen y en qué condiciones desarrollan su actividad. Se trata de un colectivo formado por 2.598.481 empleados —de los que un 55% son funcionarios, según los últimos datos del Ministerio de Función Pública— que, con el coronavirus, encaran el desafío de gestión institucional más grande al que jamás se habían enfrentado.
Miles de médicos en la primera línea de fuego de la guerra contra el virus, funcionarios del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) gestionando la avalancha de ayudas públicas, un batallón de profesores improvisando clases a distancia para evitar que los alumnos pierdan un año... Y así casi todos los cuerpos del sector público han vivido 11 meses de vértigo.
Lo hacen, además, denunciando que su poder adquisitivo se ha recortado en los últimos años —las estimaciones más elevadas sitúan la rebaja en un 20% durante la pasada década, aunque con las recientes subidas han recuperado tres puntos en tres años—, y se enfrentan a esta fenomenal crisis sin que se haya producido un incremento de las plantillas. Todo lo contrario. Durante la última década, el número de plazas ofertadas no cubría las bajas por fallecimientos o jubilaciones en los distintos estamentos de la Administración. Aunque las dos últimas ofertas de empleo público han tratado de paliar esta sequía —en 2019 se publicaron 33.843 plazas, la cifra más alta en la historia, y 28.055 en 2020—, el contraste entre los boletines de los 10 últimos años es elocuente: hay 81.738 trabajadores públicos menos.
“Tenemos menos empleados públicos por habitante que en los países de nuestro entorno: mientras Suecia tiene uno por cada ocho o Francia uno para cada 12, en España hay uno para cada 18. Ningún Gobierno nos ha considerado como una inversión, sino como un gasto del que se puede prescindir”, apunta Miguel Borra, presidente de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
El personal de las administraciones
No todo el que trabaja en la administración pública es un funcionario. Estos representan un 55% de los 2.598.481 trabajadores públicos en 2020.
Funcionarios
Personal laboral
Otros
2.690.099
2.598.481
2.522.827
563.519
584.087
1.450.875
2011
2014
2020
El personal de las administraciones
No todo el que trabaja en la administración pública es un funcionario. Estos representan un 55% de los 2.598.481 trabajadores públicos en 2020.
Funcionarios
Personal laboral
Otros
2.690.099
2.598.481
2.522.827
563.519
584.087
1.450.875
2011
2014
2020
El personal de las administraciones en España
No todo el que trabaja en la administración pública es funcionario. Estos representan un 55% de los 2.598.481 trabajadores públicos en 2020.
2.690.099
2.598.481
2.522.827
Otro personal
563.519
Personal laboral
584.087
Funcionarios
1.450.875
2011
2014
2020
El personal de las administraciones en España
No todo el que trabaja en la administración pública es funcionario. Estos representan un 55% de los 2.598.481 trabajadores públicos en 2020.
2.690.099
2.598.481
2.522.827
Otro personal
563.519
Personal laboral
584.087
Funcionarios
1.450.875
Desde 2011 el número de funcionarios ha descendido un 12%, el de laborales, un 15% y otro tipo de personal ha crecido un 62%.
2011
2014
2020
El desglose geográfico del Boletín Estadístico del personal al servicio de las Administración Públicas del julio de 2020 presenta a Andalucía como el territorio con mayor número de empleados públicos (464.103), seguida de la Comunidad de Madrid (401.317) y Cataluña (324.629). Sin embargo, en cuanto al porcentaje que representan con respecto a la población ocupada, son las ciudades autónomas de Ceuta (35,48%) y Melilla (32,32%) las que cuentan con una mayor presencia de este colectivo. Algo que se explica por ser las dos regiones con la tasa de paro más alta del país. El grueso de los empleados públicos se concentra en las comunidades autónomas y las Administraciones locales (70%), por encima del que opera en la Administración General del Estado (30%), ya que es en ellas donde se agrupan los trabajadores de sanidad, educación y justicia.
Personal según las administraciones
En la última década los trabajadores de las comunidades autónomas han aumentado un 13% mientras que los de entidades locales y del Estado han descendido.
CC AA
Adm. local
Estado
1.528.917
1.346.826
1.281.373
632.719
553.633
567.263
597.021
549.010
515.931
2010
2013
2020
Personal según las administraciones
En la última década los trabajadores de las comunidades autónomas han aumentado un 13% mientras que los de entidades locales y del Estado han descendido.
Comunidades Autónomas
Adm. local
Estado
1.528.917
1.346.826
1.281.373
632.719
553.633
567.263
597.021
515.931
549.010
2010
2013
2020
El personal según las administraciones públicas
En la última década los trabajadores de las comunidades autónomas han aumentado un 13% mientras que los de entidades locales y del Estado han descendido.
Comunidades
Autónomas
1.528.917
1.346.826
1.281.373
Adm. local
553.633
632.719
567.263
Estado
515.931
597.021
549.010
2010
2013
2020
Desde la entrada en vigor del estado de alarma el pasado 14 de marzo y hasta hoy, cuando todavía siguen vigentes restricciones de movilidad, la carga de trabajo de organismos como el SEPE, ahogado en la tramitación y resolución de los miles de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que mantienen todavía a cerca de 750.000 trabajadores (llegó a haber 3,4 millones) suspendidos total o parcialmente, no ha dejado de crecer. Según el registro del Ministerio de Trabajo, solo 8.661 empleados conforman actualmente la plantilla del SEPE. En la Unión General de Trabajadores (UGT) denuncian que se trata de un número “insuficiente”. El sindicato llama la atención sobre la pérdida de 2.393 efectivos desde 2010.
Esa impotencia gestora que padecen los técnicos del SEPE y a la que se suman los trabajadores de las oficinas de Seguridad Social —sobre ellos recae la validación del ingreso mínimo vital, una ayuda que por su elevada carga técnica ha provocado que de más de un millón de solicitudes presentadas solo se hayan aprobado 160.000— se traslada también hasta los centros sanitarios y educativos. Médicos y profesores han alcanzado cotas de estrés operativo desconocidas debido al coronavirus. Dos estudios de investigadores del Hospital del Mar de Barcelona revelan que casi la mitad de los profesionales sanitarios presenta un riesgo alto de trastorno mental a causa de la pandemia. Todos estos lastres ponen de manifiesto la escasa financiación recibida por estas áreas en los últimos años.
“Tomando como referencia el porcentaje del PIB que se dedica a la inversión sanitaria, estamos 1,3 puntos por debajo de la media de la eurozona. Y en educación, algo más de medio punto. Eso supone que España invierte cada año en sanidad 14.000 millones de euros menos que la media de los países de nuestro entorno; y en educación, 6.000 millones menos”, advierte Paco García, coordinador del Área Pública de CC OO. Esta radiografía se ve agravada por las altas tasas de temporalidad que se esconden en estos sectores. “Las bajas tasas de reposición generaron un abuso de la temporalidad. En enero de 2020, el 24% del empleo publico era temporal, precario. Hoy esa cifra ha crecido porque se han contratado, como consecuencia de la pandemia, más profesores, sanitarios y personal administrativo en estas mismas condiciones”, detalla García.
Los empleados públicos en el mundo
En los países de la OCDE hay un 17,7% de empleados públicos respecto a la población activa. En España, la cifra se situaba dos puntos por debajo de la media en 2018
40% sobre población activa
Noruega
30,7
30
Suecia
28,7
Francia
21,5
20
Bélgica
18,4
Media OCDE
17,7
España
15,7
EE UU*
15,1
Alemania
10,6
10
Japón*
5,9%
0
* Para Estados Unidos, México, Turquía y Japón, dato de 2017. Para Suiza, 2016.
Los empleados públicos en el mundo
En los países de la OCDE hay un 17,7% de empleados públicos respecto a la población activa. En España, la cifra se situaba dos puntos por debajo de la media en 2018
40% sobre población activa
Noruega
30,7
30
Suecia
28,7
Francia
21,5
20
Bélgica
18,4
Media OCDE
17,7
España
15,7
EE UU*
15,1
Alemania
10,6
10
Japón*
5,9%
0
* Para Estados Unidos, México, Turquía y Japón, dato de 2017. Para Suiza, 2016.
España, con menos funcionarios que la media del mundo
En los países de la OCDE hay un 17,7% de empleados públicos respecto a la población activa. En España, la cifra se situaba dos puntos por debajo de la media en 2018
0
40
10
30
20
Japón*
5,9%
Alemania
10,6
EE UU*
15,1
Bélgica
18,4
Francia
21,5
Suecia
28,7
Noruega
30,7
España
15,7
Media OCDE
17,7
* Para Estados Unidos, México, Turquía y Japón, dato de 2017. Para Suiza, 2016.
España, con menos funcionarios que la media del mundo
En los países de la OCDE hay un 17,7% de empleados públicos respecto a la población activa. En España, la cifra se situaba dos puntos por debajo de la media en 2018
40
0
10
20
30
Japón*
5,9%
Alemania
10,6
EE UU*
15,1
Bélgica
18,4
Francia
21,5
Suecia
28,7
Noruega
30,7
España
15,7
Media OCDE
17,7
* Para Estados Unidos, México, Turquía y Japón, dato de 2017. Para Suiza, 2016.
Junto con esta escasez de personal y recursos, pesa también como una losa el tópico del funcionario con manguito. Este término complementa el estereotipo sobre un colectivo nacido a partir del célebre “Vuelva usted mañana” que acuñó hace dos siglos el escritor Mariano José de Larra. “Hay muchos intereses detrás de lo público que han venido a denostar el trabajo que hacen estas personas. Lo que es más difícil de entender es que a esas campañas de deslegitimación se hayan unido varios Gobiernos”, subraya Carlos Álvarez, responsable federal de la Administración General del Estado de UGT.
“La sociedad no le da al empleado público la relevancia que realmente tiene”, se suma Eduardo Bandrés, director de Economía Pública de Funcas, que apela al volumen de gasto que supone para las arcas del Estado la partida de los empleados públicos para ponderar su imagen. “Convendría tener en mente que el gasto total en remuneraciones de empleados públicos en España —de más de 130.000 millones de euros— es la cuarta parte del gasto público total. Aproximadamente lo mismo que suman las pensiones contributivas de la Seguridad Social”, añade.
La edad de los empleados públicos
Los ministerios cuentan con 92.895 trabajadores públicos*. De ellos, al menos, más de un 62% son mayores de 50 años.
Menos de 30 1.540
30-39 8.980
40-49 22.211
50-59 39.986
60-64 15.897
Más de de 64 2.450
* No se conoce la edad de 1.831 empleados
La edad de los empleados públicos
Los ministerios cuentan con 92.895 trabajadores públicos*. De ellos, al menos, más de un 62% son mayores de 50 años.
Menos de 30 1.540
30-39 8.980
40-49 22.211
50-59 39.986
60-64 15.897
Más de de 64 2.450
* No se conoce la edad de 1.831 empleados
La edad de los empleados públicos
Los ministerios cuentan con 92.895 trabajadores públicos*. De ellos, al menos, más de un 62% son mayores de 50 años.
Menos
de 30
1.540
Más de
de 64
2.450
30-39
8.980
40-49
22.211
50-59
39.986
60-64
15.897
* No se conoce la edad de 1.831 empleados
La falta de renovación del personal funcionarial ha dado como resultado el envejecimiento de la plantilla, que presenta una resolución compleja. “La franja de edad más numerosa dentro de la Administración General del Estado es la comprendida entre 50 y 59 años (39.986). Lo que quiere decir que dentro de una década se va a jubilar la mitad de la plantilla”, sostiene Álvarez.
Plazas ofertadas en la última década
En la última década, las administraciones públicas han ofertado más de 170.000 plazas, que no llegan a cubrir las vacantes.
33.843
28.055
6.654
2.922
2010
2012
19
2020
Tasa de reposición
75%
75%
De 2012 a 2015, no se cubrió ninguna plaza vacante
10%
2011
19
2020
Plazas ofertadas que no cubren las vacantes
En la última década, las administraciones públicas han ofertado más de 170.000 plazas, que no llegan a cubrir las vacantes.
33.843
28.055
6.654
2.922
2010
2012
19
2020
Tasa de reposición
75%
75%
De 2012 a 2015, no se cubrió ninguna plaza vacante
10%
2011
19
2020
Plazas ofertadas que no cubren la tasa de reposición
En la última década, las administraciones públicas han ofertado más de 170.000 plazas, que no llegan a cubrir las vacantes.
33.843
28.055
6.654
2.922
2010
2012
2019
2020
Tasa de reposición
en %
75%
75%
De 2012 a 2015, no se cubrió ninguna plaza vacante
10%
2011
2019
2020
El rediseño del formato de las oposiciones también es otra tarea pendiente de resolución. “Habría que mejorar el sistema para que no fuera tan rígido, y que se adaptase a otros que se utilizan en las empresas privadas. Algunos de los que se emplean para altos cargos del funcionariado están anclados en el siglo XIX”, comenta Bandrés, que también pone el foco en la escasez de recursos que permitan no solo atraer el talento sino mantenerlo. “Hay una descapitalización de la administración pública. Los cargos más elevados se van al sector privado: pasa con los inspectores de Hacienda, con los abogados del Estado… Habría que buscar modelos de incentivos que permitan alinearlo con los resultados de manera más eficaz”, añade. Esta falta de estímulo y de vías de desarrollo provoca que muchos empleados públicos de las franjas de edad más bajas se sientan estancados y sin posibilidad de seguir formándose.
Los funcionarios pierden poder adquisitivo
Una de las quejas del personal público es la pérdida de valor adquisitivo en la última década. De 2011 a 2015, su sueldo no varió y en los años posteriores ha oscilado cerca de la variación de los precios.
Variación anual
del IPC
3,2%
2,5%
0,9%
-0,5%
Variación en el
salario de
empleados públicos
-5%
2010
2019
2021
Los funcionarios pierden poder adquisitivo
Una de las quejas del personal público es la pérdida de valor adquisitivo en la última década. De 2011 a 2015, su sueldo no varió y en los años posteriores ha oscilado cerca de la variación de los precios.
Variación anual
del IPC
3,2%
2,5%
0,9%
-0,5%
Variación en el
salario de
empleados públicos
-5%
2010
2019
2021
Los funcionarios pierden poder adquisitivo
Una de las quejas del personal público es la pérdida de valor adquisitivo en la última década. De 2011 a 2015, su sueldo no varió y en los años posteriores ha oscilado cerca de la variación de los precios.
Variación anual
del IPC
3,2%
2,5%
0,9%
-0,5%
Variación en el
salario de
empleados públicos
Durante cinco años, el personal público tuvo el salario congelado
-5%
2010
2019
2021
En contraposición a esta miopía formativa se sitúa el hecho de que los salarios de las empresas públicas crecieron por encima del de las privadas en 2020, donde se les aplicó un incremento del 1,96% superior al 1,55% recogido por las otras. “Las futuras políticas activas de empleo deberían dirigirse hacia un personal que esté preparado para trabajar en un entorno tecnológico que cambia a pasos agigantados”, argumenta Eduardo Rojo, catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La vía de acceso a la Administración sigue siendo a través de los concursos públicos, a los que se han incorporado nuevos aspirantes. “Cada vez más gente mayor de 40 e incluso 50 años está opositando porque buscan una estabilidad”, reconoce Laura Ferro, coordinadora de la academia Campus Training. Es el caso de Christian Castane, de 43, que prepara las de auxilio judicial y correos después de haber trabajado durante los últimos 12 años en la empresa privada. “Acabé un poco harto de viajar y quería buscar algo más estable”, reconoce.
La situación de emergencia generada por el coronavirus ha situado a los trabajadores públicos al otro lado del espejo de los ciudadanos. “La Administración es lo que queda cuando quitas a los políticos”, concluye Borra.
NATALIA VELILLA
47 años
Magistrada del Juzgado de Primera Instancia nº 7 de Móstoles de Familia y Protección del Menor
Con más medios duplicaríamos la eficiencia
A Natalia Velilla la vocación de convertirse en jueza no le acompañó desde que empezó a estudiar Derecho. Una vez terminada la carrera tampoco se planteó la idea de enfundarse la toga, y no fue hasta dos años y medio después cuando cambió de parecer y empezó con las oposiciones. “Me las saqué bastante rápido, en dos años y poco, cuando lo normal es tardar cuatro. Y después de estar dos años más de formación —algo que no sucede en otras oposiciones— en 2004 tomé posesión de mi primer destino”, rememora. La imagen del despacho de un juez es hoy la de un espacio lleno de expedientes y casos sin resolver, que se agolpan creando columnas que recuerdan a los pilares jónicos de los monumentos griegos.
“Con los medios con los que nos dotan no es suficiente para mantener un servicio público de calidad. Se hace descansar sobre la voluntad de personas concretas el que las cosas funcionen y se mantengan, y eso es injusto”, lamenta. El reclamo de más recursos es una constante en la administración judicial. “La justicia no da ni dinero ni votos, por eso no se invierte. Con un poco más de dinero y de organización duplicaría su eficiencia. Pero hay otras prioridades”, añade.
BELÉN MARTÍN ALONSO
48 años
Profesora de Educación Secundaria en el Instituto Juana de Castilla de Moratalaz (Madrid)
Tendemos a culpabilizar sin rascar hasta lo más hondo
Belén Martín, licenciada en Historia y con un máster en Patrimonio Cultural, tuvo la idea de convertirse en profesora al darse cuenta de las dificultades que tenía para encontrar trabajo con su formación. Después de conseguir su plaza en 2014, permaneció como interina varios años hasta que logró estabilizarse. Asegura que muchas veces, especialmente con desconocidos, no deja de escuchar comentarios acerca de la buena vida de la que disfrutan los profesores. “Los que son más cercanos se dan cuenta de que echamos muchas horas, porque las clases no se preparan solas: tienes que corregir ejercicios, preparar exámenes, y hay mucho papeleo administrativo. Yo comparto casa y hace unos años una amiga vino a vivir conmigo y se quedó sorprendida”, asegura. Con la llegada de la covid su jornada se ha multiplicado y las clases no presenciales están siendo complicadas de gestionar. “La plataforma digital que empleamos se ha colapsado varias veces, y para aprender a utilizarla tuvimos que prepararnos”, añade. Como ciudadana es consciente de la carga de trabajo que soportan diferentes organismos públicos. Pero pide medir bien el tiro a la hora de protestar: “A veces el sambenito nos lo ganamos nosotros, pero tendemos a culpabilizar sin rascar y llegar hasta los más hondo para ver qué sucede”.
CONCHA HERRANZ
46 años
Médica de familia en el Centro de Salud General Ricardos (Carabanchel, Madrid)
En los centros de salud se ven todos los días agresiones verbales
El recorrido que va desde que un estudiante de Medicina recibe su primera clase hasta que se incorpora al sistema sanitario en España puede ser una de las travesías más largas dentro del sector público. Concha Herranz decidió recorrerlo, y desde 2001 ha trabajado en distintos equipos de atención primaria. “A la gente de alrededor le hace mucha ilusión que seas médico”, reconoce; “Pero de las condiciones laborales te enteras después”. La concatenación de turnos, guardias mal remuneradas y demás complicaciones comprometen el buen desempeño de los menos de 200.000 médicos que existen en España. Además, la covid no solo ha saturado los centros, sino también ha erosionado la figura del sanitario. “En este momento en las puertas de los centros de salud se ven todos los días agresiones verbales. ‘¡Yo te pago y por eso tienes que estar aquí!’, ‘¡No queréis trabajar y por eso no cogéis el teléfono!’, son algunas de las recriminaciones que nos hacen”, confiesa. Las incesantes turbulencias del coronavirus no han hecho más que aumentar el drama del sector sanitario, que clama por más personal y recursos: “Es el momento más duro que he vivido desde que soy médico. Lo fue en marzo y abril y lo está siendo de nuevo. No llegamos a dar respuesta a los pacientes”.
LEONARDO LAFUENTE
61 años
Intendente Jefe de la Policía Local de Rivas-Vaciamadrid
No podemos pagar siempre los mismos todas las crisis económicas
“Siempre quise ser policía. Me gustaba lo que veía de pequeño en las películas y en los medios de comunicación”. Leonardo Lafuente sigue viviendo con intensidad su profesión 25 años después de haber ingresado en el cuerpo de Policía. “Yo quería entrar por arriba, por lo que estudié una carrera, que era requisito necesario para ser intendente. Es una oposición dura que después tienes que complementar con pruebas físicas. Entre nosotros ronda un estudio que señala que un policía local puede llegar a tener que desempeñar 567 funciones diferentes. Por lo que nuestro día a día está lejos de parecerse al de esa imagen del funcionario delante de una mesa”, describe. Aunque se siente lejos de ese estereotipo, lo que le molesta es que se descarguen siempre sobre la figura del funcionario todas las medidas para recortar el gasto público. “No podemos ser siempre los paganini. La Administración tiene capacidad para que no siempre paguen los mismos las crisis económicas de los Gobiernos de turno”, critica. Él, como sus compañeros, no cuentan con la estabilidad de horarios de otros empleados públicos, sino todo lo contrario. “Aquí tienes que rotar mañana tarde y noche, trabajar los fines de semana, las fiestas… Es un trabajo de calle, no de despacho. Esto te tiene que gustar mucho porque si no al final buscas otra profesión porque hay riesgos que bien tú o tu familia no los pueden admitir”, detalla.
JUAN MANUEL ANTÓN
42 años
Agente Forestal de la Comunidad de Madrid
El funcionario de carrera es una persona que ha pasado por muchas fases de preparación
Los funcionarios que menos tiempo pasan en la oficina son los agentes forestales. “La pisamos lo justo porque nuestro día a día es en el campo”, reconoce Juan Manuel Antón, que siempre quiso trabajar al aire libre y lleva ya 16 años haciéndolo. “Los bichos me han gustado desde pequeño”, revela. “La nuestra es una de las oposiciones más difíciles, incluso superando a la de los bomberos y policías. La última convocatoria ha sido de tan solo 50 plazas y se presentaron casi 2.000 personas. Y en mi época fue algo parecido”, asegura. Aunque quien le vea por el monte no le identificará con el funcionario tipo, que ese mantra se haya extendido le resulta muy molesto. “Me parece una consideración injusta, porque la gente no sabe que los funcionarios de carrera somos solo una parte del colectivo. Cuando te cabreas con el que está en el Ayuntamiento, por ejemplo, a lo mejor no es ni funcionario, sino un trabajador público”, apunta. “El funcionario de carrera es una persona que ha pasado por muchas fases y eso es lo que le define”. En su gremio también denuncia falta de personal, y hasta cierta hipocresía: “Somos muy pocos, sobre todo teniendo en cuenta que la mitad del territorio de la Comunidad de Madrid es territorio protegido. Estamos ante una mesa muy grande con un mantel no cubre. Y encima a todos se les llena la boca diciendo que el medio ambiente hay que protegerlo”.
JULIO GARCÍA BENITO
53 años
Administrativo en el Centro de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS) de Getafe
El trabajo no sale como debería y eso produce frustración en los ciudadanos
A Julio García le interesó siempre la atención al público y quiso formar parte de la Administración escalando puestos desde abajo. “Empecé como vigilante nocturno (como personal laboral), luego pasé a ordenanza y luego me funcionaricé como auxiliar. Estuve ocho años en Extranjería, y después me cambié a Servicios Centrales del ministerio. Y ya en el último macroconcurso de febrero me cambié al CAISS de Getafe de Seguridad Social”, repasa. Aunque su carácter le ha permitido hacer frente con suficiencia a las complicaciones actuales de un organismo que se ha visto sobrepasado por la covid, no es ajeno a los daños estructurales que está provocando. “La gente que está en atención al público es porque tiene vocación de atender al ciudadano, pero aquí se ve un poco de desencanto. Te das cuenta de que falta personal. Que se reclama, pero que nadie hace nada. El trabajo no sale como debería y eso produce frustración en los ciudadanos. Todas las semanas viene la policía, porque muchos ciudadanos pierden las formas y lo pagan con nosotros que somos los menos culpables”, lamenta. Aunque ahora han empezado a recibir ordenadores portátiles y pinganillos para atender mejor las llamadas en un horario que se ha ampliado, la solución parece que no remienda el problema, sino que lo agrava. “Como nos han aumentado el horario de atención al público puedes atender más trámites. Pero los expedientes se van a quedar ahí porque no vas a tener tiempo para hacerlo. Hace falta personal”, insiste.
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- Infografía: Yolanda Clemente
- Vídeo: Jaime Casal