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La falta de acuerdo retrasa la regulación del teletrabajo hasta después de vacaciones

Las negociaciones avanzan pero el pacto todavía se no ha cerrado, según todas las partes

Manuel V. Gómez
En el centro, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hablando con la presidenta del Govern balear, Francina Armengol.
En el centro, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hablando con la presidenta del Govern balear, Francina Armengol.Europa Press

La regulación del teletrabajo tendrá que esperar a la vuelta de las vacaciones. El plan del Ministerio de Trabajo era cerrarlo antes del parón estival, pero finalmente no ha sido posible. Las tres partes presentes en la negociación admiten avances y ven posible el acuerdo, pero también apuntan que todavía no está listo. Esto ha llevado al departamento que dirige Yolanda Díaz a postergar sus planes, porque, según apuntaba un alto cargo del Ministerio la semana pasada, “la prioridad es el acuerdo, no el calendario”.

Ya hace un mes que el Gobierno y los agentes sociales están negociando la regulación del teletrabajo sobre el anteproyecto de ley que adelantó EL PAÍS. Hay avances significativos que se han ido plasmando en sucesivos borradores. Trabajo ha señalado el pacto en esta norma como uno de sus objetivos. “Lo voy a intentar hasta el final”, ha llegado a decir en privado la ministra Díaz. Y por esto, probablemente, la norma no va al Consejo de Ministros de este martes como proyecto de ley.

Este lunes ha habido un nuevo encuentro y “las propuestas presentadas están enfocadas en aras a conseguir un acuerdo”, ha señalado al final del encuentro la jefa de los negociadores de CC OO, Mari Cruz Vicente. Ella ha añadido que Trabajo se ha comprometido a presentar un nuevo borrador con lo hablado, pero que no hay una nueva cita fijada y que, dadas las fechas, “hasta finales de mes” es probable que no haya más encuentros. También la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, se apunta a este calendario.

Desde el Ministerio de Trabajo subrayan que están dispuestos a seguir trabajando estos días y apuntan a que este alto en las negociaciones llega porque la patronal ha pedido parar durante estas semanas, versión que corroboran las otras dos partes del diálogo social. Lo cierto es que casi desde el primer momento que se puso sobre la mesa esta regulación, diversas voces de la patronal se han mostrado reticentes a aceptar el calendario que ponía sobre la mesa el Gobierno.

Durante estas semanas, la versión original que presentó Trabajo en la mesa ha ido cambiando considerablemente. Si aquel texto estaba “escorado” hacia el lado del trabajador, como admite uno de los sindicalistas que negocian, en las siguientes versiones se ha ido equilibrando la propuesta oficial y ahora hay reticencias en la parte sindical. Los puntos en los que se centran ahora las divergencias tienen que ver con la definición de teletrabajo. La última propuesta del Ministerio lo definía como aquella jornada que se desarrolla, al menos en un 20%, fuera del centro de trabajo. Para la patronal este porcentaje es muy bajo y plantea subirlo, algo que los sindicatos no ven mal si también se deja margen en los convenios. Precisamente, esto, la negociación colectiva, ha sido uno de los aspectos que están saliendo reforzados de las conversaciones, ya que los sucesivos borradores le están dando mucho más margen y protagonismo en la ordenación de esta forma de trabajo.

Los sindicatos, por su parte, ven más problemas ahora en el amplio margen que dejan los últimos borradores para la adaptación de los acuerdos sobre teletrabajo a la legislación, tres años en la última propuesta, apuntan las negociadoras de UGT y CC OO. También demandan que se incluya a los trabajadores públicos regulados por el Estatuto de los Trabajadores, es decir, al llamado personal laboral.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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