Shell anuncia un impacto negativo de 20.000 millones en el segundo trimestre por la pandemia
La petrolera británico-holandesa revisa a la baja sus previsiones de los precios de crudo y gas que le obliga a devaluar sus activos
Al igual que hizo BP a comienzos de mes, la compañía petrolera Shell asume que la pandemia de covid-19 tendrá un impacto negativo en su balance en el segundo trimestre de hasta 22.000 millones de dólares (19.589 millones de euros) por la depreciación de sus activos debida a los bajos precios de los productos energéticos por la escasa demanda. La petrolera británico-holandesa entiende que la pandemia y la crisis económica derivada de ella mantendrán baja la demanda de petróleo durante meses, por lo que ha revisado a la baja sus previsiones de precios.
“En el segundo trimestre de 2020, Shell ha revisado su previsión de precios a medio y largo plazo y de margen de refino para reflejar los efectos esperados de la pandemia de covid-19 (...) asi como la demanda del mercado de energía y los fundamentos de suministro. Eso ha resultado en la revisión de una parte importante de los activos tangibles e intangibles” de las unidades de negocio de producción, refino y gas, afirma la empresa en una nota.
Estas revisiones se deben, entre otras cosas, al pronóstico de que el precio del barril de petróleo brent rondará los 35 dólares este año, los 40 en 2021 y los 50 en 2022, frente a los 60 dólares que preveía. También rebaja su previsión de precios del gas natural para ese año y un 30% de caída en los márgenes del refino.
Por tanto, “se esperan en el segundo trimestre costes de amortización después de impuestos de entre entre 15.000 y 22.000 millones de dólares basados en esas revisiones”. Entre 8.000 y 9.000 millones corresponden a activos del negocio del gas, mientras que entre 4.000 y 6.000 millones son del segmento de producción y exploración (upstream) y entre 3.000 y 7.000 al refino.
La empresa asegura que “dado el impacto de la covid-19 y del exigente entorno de los precios de las materias primas, Shell continúa adaptándose para asegurarse de que el negocio siga siendo resiliente”.
La pandemia de coronavirus, que ha obligado a restringir los movimientos de la población en todo el mundo, hundiendo la demanda y el precio de los combustibles para todo tipo de transportes, ha afectado de lleno a las empresas petroleras y gasistas. La británica BP ya tuvo que reconocer que sus activos (yacimientos, prospecciones o existencias) no valían lo que tenía previsto, debido a la caída de precio por la escasa demanda, lo mismo que ha tenido que hacer Shell. Ambas prevén además que la demanda no se recuperará rápidamente, toda vez que, por otra parte, se acelerará la búsqueda de soluciones energéticas y de movilidad más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente para cumplir con los objetivos de descarbonización de la economía y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
De hecho, la petrolera destaca en su nota que la nueva valoración de sus activos de refino se enmarca en la estrategia de modificar esa cartera para “reforzar la descarbonización de su mix de productos de energía”.
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