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CRISIS DEL CORONAVIRUS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sostener, recuperar y transformar, esa es la cuestión

El Gobierno y el Parlamento están llamados a buscar soluciones para adaptar el país a la nueva normalidad

Miguel Ángel Noceda
Cumbre empresarial organizada por la la patronal CEOE.
Cumbre empresarial organizada por la la patronal CEOE.

Suelen proliferar en tiempos de crisis sesudos informes con recetas para superarlas elaborados concienzudamente por laboratorios de ideas, centros de investigación, gabinetes técnicos, institutos de pensamiento (lo que los ingleses engloban como think tanks), entre los que figuran el Banco de España y los servicios de estudios de las grandes corporaciones; fundaciones como Alternativas, Funcas, Fedea, Del Pino…; el Instituto de Estudios Económicos o el Círculo Cívico de Opinión, a cuyo documento Posiciones de este mes pertenece la idea de los tres verbos (sostener, recuperar y transformar) que titula esta columna. Paralelamente, muchos economistas y expertos también han vertido sus puntos de vista de forma individual. Estudios, en todo caso, que convenientemente utilizados constituyen un activo para los Gobiernos. No extraña, por tanto, que en La Moncloa y en Cuzco hayan pensado en formar grupos de expertos o comités de sabios para asesorar sus actuaciones.

El mundo que se enfrenta a una crisis planetaria cuyo origen no es económico, ni por fallos del mercado ni por actuaciones equivocadas. Se parte de la incógnita de su duración e intensidad y de que no se sabe si se va a recuperar antes la producción o la demanda. En esa dinámica, la empresa privada pide tener un protagonismo en primera línea, aunque, en realidad, los que tienen los deberes no son las empresas, son los políticos, que tienen que arreglar problemas estructurales como los desequilibrios financieros y del sistema de pensiones, la estructura productiva, la alta proporción de autónomos y microempresas, la elevada temporalidad o los desequilibrios financieros públicos.

Esta misma semana, sin ir más lejos, líderes de grandes empresas del país han dejado un reguero de reivindicaciones en la elogiada cumbre empresarial que ha organizado la patronal CEOE y por la que han pasado (y pasarán la próxima semana) todos los sectores con relevancia de la economía. Quizá la más significativa es la petición de consenso amplio en el que participen el Gobierno, los agentes sociales y los partidos políticos y poner fin a la crispación reinante. Los distintos estudios coinciden en hablar de consensos que dejen atrás la ideología y se preocupen de la gestión. Y, como sostienen los autores del estudio de Círculo Cívico (José Luis García Delgado, Fernando Becker y José María Serrano): “Apostemos por una política económica que garantice seguridad jurídica y busque mayor grado de consenso entre los agentes económicos implicados; ahuyentemos el encono crónico del espacio público, esa suerte de rencorosa agresividad que esteriliza la acción parlamentaria y no puede sino frenar iniciativas en el ámbito económico”.

Pero, además del consenso, hay muchas más peticiones: mantenimiento de los ERTE hasta que se recupere la actividad, flexibilidad laboral, mejora del sistema educativo para compaginarlo con las necesidades de las empresas, políticas activas de empleo, legislar el teletrabajo, seguridad jurídica, colaboración pública-privada para afrontar las inversiones, atracción de la inversión extranjera, fomento de la exportación, incentivos a la contratación, fiscalidad justa y reducción del IVA en los sectores más afectados, lucha contra la economía sumergida, vigilancia de los mercados, impulso de las infraestructuras, rehabilitación de viviendas, compromiso para la descarbonización, modernización administrativa, transformación digital, planes de impulso a sectores (como los decididos para el automóvil y turismo), adaptar la movilidad, no retirar las medidas que funcionan… y rapidez de actuación.

En esa situación, surgen los tres verbos citados. Primero, sostener. De acuerdo con el Círculo Cívico, eso supone “garantizar a corto plazo tanto la liquidez del sistema con ayudas sociales, con el doble objetivo de evitar la ruptura del tejido productivo y asegurar la protección de los más directamente afectados por el desplome de la actividad”. Es decir, salvar el máximo tejido productivo. Se trata de garantizar la actividad, de mantener el empleo y cubrir a la población más desfavorecida a través de los ERTE, las líneas ICO o el Ingreso Mínimo Vital.

Después, recuperar: volver a situar la economía española en la senda del crecimiento en la que la empresa privada, como principal empleador (16,5 de los 19,5 millones de ocupados), juega un papel clave. Pero recuperar significa también que los trabajadores con ERTE se reintegren. Si no es así, la recaída será similar a 2011. No hay margen, dice, para mantener en el largo plazo políticas redistributivas financiadas con deuda pública, por lo que proponen revisar la fiscalidad cuando la economía esté en pleno rendimiento y no antes. Es decir, no subir impuestos.

Y, por último, transformar: acometer medidas y reformas que contribuyan a dar solidez a la economía. Existen problemas como un limitado potencial de crecimiento como consecuencia de las carencias en la formación y la organización del mercado de trabajo y una escasa inversión en I+D. La crisis ha evidenciado la importancia de contar con una base industrial sólida y tecnológicamente solvente. Por eso conviene preocuparse de la recomposición de los procesos productivos y modificar radicalmente la política de I+D.

LOS CORROS

Nueva crítica de Zulueta. El aguerrido John de Zulueta, presidente del Círculo de Empresarios, ha vuelto a cargar contra el Gobierno. “Un Gobierno de coalición sin una hoja de ruta clara que cuestiona consensos básicos y puede desestabilizar los pilares del modelo de economía social de mercado es una amenaza”, ha dicho en la presentación del libro `Cómo salvar las democracias liberales´. Asimismo, ha destacado el peligro de los movimientos populistas y autocráticos. En la obra, coordinada por Víctor Lapuente y Elena Costas, se apuesta por una defensa de la democracia liberal y se subraya que la crisis sanitaria ha valido para acelerar las tendencias autoritarias.

La fábrica de litio sigue avanzando. Nuevo paso Infinity Lithiu, la empresa que quiere instalar una planta de litio en Cáceres y que dirige el francés Vincent Ledoux, ha cerrado un acuerdo vinculante con el grupo público-privado EIT InnoEnergy que incluye la inversión y el apoyo en otros servicios añadidos. El acuerdo, que se enmarca en la Alianza Europea de Baterías (EBA), se desarrollará con una primera inversión para probar la viabilidad del proyecto para, posteriormente, con la captación de fondos de hasta 300 millones de euros en deuda y capital para financiarlo.

Campofrío ayuda a la hostelería. Campofrío suele volcarse en las campañas navideñas con anuncios muy llamativos. Ahora, con motivo de la crisis por la pandemia, ha abierto también un hueco en el comienzo del verano para difundir un plan que ayude a reactivar la hostelería en España, uno de los sectores más machacados por el estado de alarma. Con el título `Vuelve a ser tú‘, el proyecto de la empresa que lidera Paulo Soares pretende ayudar a reabrir los negocios y recuperar la actividad, así como dotar de herramientas para superar los obstáculos.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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