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Un proyecto deSantander
Foro Futuro

Mercado de trabajo, futuro de la actividad financiera y la anomalía monetaria en Europa: próximos debates

El observatorio Foro Futuro planteará en sus próximos encuentros algunas de las principales tendencia económicas actuales

Los próximos encuentros de Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por Cinco Días con el respaldo de Grupo Santander, plantearán las reformas necesarias para el mercado de trabajo; el futuro de la actividad financiera, con unos márgenes de intermediación escasos, así como la situación monetaria en Europa y el fenómeno de la inflación cero y tipos de interés cero. 

Mercado de trabajo: empleo, costes y empleabilidad. Jueves 14 de noviembre

La tasa de desempleo media histórica en España es el 17% de los activos, un nivel que duplica la media de la zona euro y que es reflejo explícito de las anomalías del mercado de trabajo español. Las sucesivas reformas laborales que desde los años ochenta han tratado de desmontar la normativa proteccionista franquista y europeizar y liberalizar el mercado laboral no han logrado normalizar los niveles de ocupación, lo que revela que hay resistencias culturales más allá de las normativas que impiden lograr el pleno empleo; de hecho, cuando se supone que la plena ocupación está al alcance de la mano, como ocurrió en los años 2006/2007, la tasa de desempleo no descendió el 8% y casi dos millones de personas rotaban entre seguro de paro y empleo remunerado. 

¿Sigue siendo necesaria una reforma integral de todos los costes del empleo para disponer de un mercado de trabajo a pleno rendimiento? ¿Es preciso reajustar las normas para que salarios, cotizaciones, despido, cobertura de desempleo y formación y educación se comporten para que haya plena ocupación en etapas de elevado crecimiento?. 

España está transformando muy lentamente su modelo productivo, con un simple giro de la actividad hacia las manufacturas exportables; pero necesita seguramente más intensidad industrial para consolidarlo y esquivar las crisis ulteriores. Y sobre todo debe acometer una intensa transformación del uso tecnológico en los procesos productivos, debe digitalizar su economía, si no quiere quedar desplazada de la nueva era industrial digital. En tal empeño debe formar parte una formación tecnológica muy intensa de las nuevas generaciones, pues la inmensa mayoría de los nuevos empleos estarán directamente relacionados con la digitalización, y sin una empleabilidad más polivalente difícilmente lograremos llevar la tasa de paro a las ratios europeas. Además, tal logro debe ir acompañado de la conservación de unos estándares remunerativos y garantías laborales que la uberización de la economía está desplazando. 

A estas preguntas y estos retos trataremos de responder en este observatorio de tendencia económicas que es Foro Futuro. 

El futuro de la actividad financiera. Jueves 28 de noviembre

La ola deflacionista (o desinflacionista, técnicamente hablando) impulsada por los gigantes emergentes ha hecho normal en las grandes economías desarrolladas lo que parecía hace unos años anormal: políticas monetarias expansivas sin límite, con inyecciones de liquidez permanentes y tipos de interés nominales planos sine die. Con este escenario para un plazo largo la industria financiera está atrapada en unas tasas de rentabilidad que exigen ajustes continuos para sobrevivir. 

Pero a unos márgenes de intermediación tan escasos, las entidades financieras tienen que hacer frente a una regulación mucho más estricta desde la gran crisis de 2008 que endurece las exigencias de capital y liquidez, a la vez que competir en un descomunal giro de la relación con la clientela, que a medida que pasan los años está más digitalizada, mira con recelo a la banca y no conoce el concepto de fidelidad comercial. Los ejercicios teóricos sobre cómo sobrevivir en este contexto tan complicado están a la orden del día (fusiones, cobro por servicios, cobro por depósitos elevados, etc.) pero no se han dado pasos efectivos para consolidar un nuevo modelo.

En este debate queremos precisamente arrojar modestamente algo de luz sobre cómo deben reaccionar los bancos de hoy si quieren seguir siendo bancos mañana. ¿Deben intensificar la relación online con el cliente, y abandonar la física?. ¿Deben fusionarse para ahorrar costes y ganar balance y negocio?. ¿Deben especializarse en franjas de mercado concretas o deben ampliar el abanico de productos más allá de las finanzas y los seguros?. ¿Veremos bancos paneuropeos tras un proceso de concentración que parece inevitable? ¿Deben cobrar comisiones más elevadas por sus servicios?. 

Riesgos de japonización en Europa: la anomalía monetaria. Jueves, 19 de diciembre

Una de las criaturas que ha generado la globalización de la economía, con movimientos libres de capitales, productos y hasta de personas, es el secuestro de la inflación, un fenómeno que activaba crisis por forzar subidas de tipos de interés en las economía ricas, o que echaba una generosa mano para reducir las deudas de empresas, familias y Estados. En las últimas décadas, la incorporación de los gigantes emergentes al mercado global ha supuesto la exportación a los países ricos y maduros de una intensa oleada de deflación, que ha forzado a los bancos centrales a hacerles frente con una expansión monetaria sin precedentes, que se ha convertido en estructural tanto en Estados Unidos como en Europa. 

Pero el fenómeno ya era práctica común en Japón desde los noventa, cuando el país entró en una fase de crecimiento cero, con inflación cero y tipos de interés cero. Un fenómeno que se puede reproducir en Europa y Estados Unidos y que hemos dado en llamar japonización de la economía. Japón tiene otros condicionantes, fundamentalmente geográficos y demográficos, que contribuyen al estancamiento perpetuo; pero la preocupación en Europa está perfectamente justificada, dado que sus economías están muy maduras, tienen que hacer frente a la invasión a precios bajos de las manufacturas asiáticas, y su población experimentará un envejecimiento muy intenso en las próximas décadas. 

La cuestión es saber si este temor será realidad; si estamos condenados a un perpetuo estancamiento; y cómo superarlo, y sobre todo, como superarlo en una zona económica que sigue teniendo algo de experimental, como es la construcción de una unión monetaria, y la disciplina que se le supone, sobre los cimientos de una treintena de países con sensibilidades muy distintas. ¿Resistirá Europa esta prueba?

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