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Ojo con la letra pequeña de los fondos garantizados

La banca apuesta por estos productos, enfocados al cliente conservador, pero son caros, de baja liquidez y poca rentabilidad

Una mujer consulta la oferta de fondos de una entidad financiera
Una mujer consulta la oferta de fondos de una entidad financieraVÍCTOR SAINZ

El dinero se ha vuelto muy miedoso. Después del varapalo sufrido el pasado año, los inversores sacan sus ahorros de los fondos de Bolsa y buscan cobijo en los productos, en teoría, más seguros. La mayor aversión al riesgo está siendo aprovechada por las entidades financieras, que en los primeros meses de 2019 ya han comercializado media docena de nuevos fondos garantizados que han captado en saldo neto (entradas menos salidas) más de 120 millones de euros. Se trata de un producto de inversión muy tentandor para los perfiles más conservadores, pero no exento de letra pequeña que el ahorrador debe de tener muy en cuenta. Ángel Martínez-Aldama, presidente de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco) destaca que son fondos que aseguran la totalidad de la inversión inicial más una determinada rentabilidad, en una fecha determinada (fecha de vencimiento de la garantía). “Es decir, la entidad financiera garantiza que como mínimo no se pierde dinero con la inversión”.

Dos grupos

Existen dos grandes grupos de fondos garantizados. Unos son de rendimiento fijo, que aseguran el capital inicial invertido más una rentabilidad fija al vencimiento de la garantía, y los de rendimiento variable que prometen el dinero invertido más un rendimiento adicional vinculado a la evolución del mercado. Martínez-Aldama hace una advertencia: “Recordemos que la garantía se concede sólo al vencimiento, y que si necesitamos salir anticipadamente es posible que el fondo nos cargue algún tipo de comisión por reembolso anticipado”. Además, cuando se sale antes de tiempo el ahorrador recibirá el dinero de acuerdo con la valoración que en ese momento tenga la participación del fondo. No obstante, durante la vida de un fondo garantizado se fijan las llamadas “ventanas de liquidez” para salir sin pagar comisiones.

Pero esta seguridad de los fondos garantizados ofrece una cara menos amable. En concreto, conllevan elevadas comisiones de entrada y salida si se hace fuera de los plazos previstos, la garantía solo es al vencimiento del producto y además la rentabilidad que se obtiene es hoy por hoy muy baja. “Al final, los garantizados son un producto de tipos de interés. Ahora los tipos están muy bajos y no subirán este año ni el próximo. A nosotros nos parece una mala opción para el inversor”, advierte Juan Uguet fundador de la gestora Augustus Capital.

Entre las ofertas de este año la más atractiva por rentabilidad es el Kutxabank Garantizado, con una TAE del 1,12%. Para obtener ese margen hay que mantener la inversión hasta marzo de 2023. El menos generoso es el Bankinter Ibex Rentas Garantizado, con una rentabilidad anual fija del 0,35%, dinero que no se acumula y que recibe el ahorrador. Aunque ofrece un caramelo final si se cumple una condición: en el último reembolso que se hará en agosto de 2025 se podrá obtener un 1% adicional sobre la inversión inicial, si la media aritmética de los precios de cierre del Ibex 35 de los días 17, 18 y 21 de julio de 2025 es igual o mayor al precio de cierre del 18 de marzo de 2019. En caso contrario, no habrá incremento en el último reembolso, indican en su folleto.

Rentabilidades anuales del 0,7% en el Ibercaja 2027 Garantizado, del 0,6% en el Rural 2027 Garantizado o del 0,5% en el CA Bankoa Garantizado, dan suficientes pistas de por dónde se mueven las ganancias de estos productos actualmente.

Aunque dentro de las modalidades de garantizados, los de rendimiento fijo son los más habituales, el de Bankinter ofrece una fórmula mixta, con una parte fija y otra variable de acuerdo a la marcha del Ibex 35. Los de rentabilidad variable son menos y destaca el Kutxabank Garantizado Bolsa 8, que fija la ganancia a la evolución del índice Eurostoxx 50 Price en un plazo de seis años. En el folleto de este fondo se estima que “la rentabilidad bruta del total de la cartera inicial de renta fija y liquidez será, al vencimiento de la garantía, de 4,54%”, aunque advierten de que la probabilidad de no ganar nada es del 74%.

Las comisiones son un lastre importante para los garantizados. Sobre todo si no se aprovechan los periodos de suscripción y reembolso final o las ventanas de liquidez donde dejan de aplicarse estos costes. Los lanzados este año tienen, en su mayoría, comisiones de suscripción y reembolso del 5% del dinero que se ha invertido, aunque alguno las rebajan hasta el 3%. Por eso hay que insistir en que si el ahorrador se decide por estos fondos debe mantener su dinero hasta el vencimiento. De lo contrario, “es preferible invertir en otro tipo de fondos”, dice el presidente de Inverco. Martínez-Aldama explica que estos productos resultan adecuados para inversores cuyo objetivo principal es la preservación del capital, independientemente de la rentabilidad generada. “Por ejemplo, para ahorradores que han decidido obtener una rentabilidad extra a sus depósitos, tras años con los tipos de interés cercanos al 0%. En momentos de mercado de elevada volatilidad, suelen ser muy demandados por la garantía que ofrecen de capital inicial garantizado”.

José María Luna, director de análisis de Arquia Banca, apunta a que el retorno de los fondos garantizados tiene lógica para la banca y para determinados inversores. La banca consigue transformar los depósitos de sus clientes en un producto al que cobrar comisiones. Evitan que el cliente saque el dinero y, como no va a tener pérdidas, consiguen que el cliente esté satisfecho o, al menos, no se enfade. Por el lado del inversor, los expertos apuntan a que también hay interés, ya que hay un perfil conservador, defensivo y que “no quiere ruido en sus carteras”.

Cómo se fabrican

Los garantizados representan en torno al 8% del total de fondos de inversión en España. Pero por ejemplo a finales de 2008, en plena crisis financiera, suponían la tercera parte del total. En Europa, aparte de España, los fondos garantizados tienen gran tradición en Bélgica y Francia.

Se basan en la compra de deuda o de renta fija, cuyos precios oscilan en los mercados, y además el gestor añade un derivado financiero (opciones, futuros) para asegurar el capital al vencimiento. Esto sería aplicable a los de rendimiento fijo, aunque aquellos de rendimiento variable son muy similares. También suelen tener parte importante de su cartera en renta fija, con un derivado financiero de mayor coste que permita lograr el objetivo de inversión, sea para el índice Ibex 35, un índice europeo o una cartera de valores de Bolsa. Estos derivados financieros, dadas sus características especiales, se suelen adquirir a un banco de inversión que se encarga a su vez de asegurar su apuesta. Para los expertos consultados, este tipo de fondos no andan muy lejos de lo que se denomina como gestión pasiva, pues una vez diseñado el producto ya no hay que gestionar la cartera.

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