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La industria del golf sale del hoyo

La crisis y las nuevas regulaciones para el sector como las relativas al consumo de agua han propiciado la creación de empresas de servicios.

La cifra de jugadores de golf en España se ha reducido desde que estalló la crisis
La cifra de jugadores de golf en España se ha reducido desde que estalló la crisisGETTY

La industria del golf, un sector que aporta más de 2.000 millones de euros a la economía española, ha cambiado tan radicalmente a partir de la crisis que está irreconocible. Pese a que no ha sufrido tanto como otras actividades (debido a los turistas de golf extranjeros), la inviabilidad de decenas de nuevos campos, ligados a la especulación inmobiliaria y las crecientes exigencias regulatorias, tecnológicas y comerciales; han desmembrado al sector en centenares de empresas especializadas. Donde antes imperaba cierto amateurismo han surgido consultoras y gestoras de campos de golf, empresas de mantenimiento de los espacios (greenkeepers), firmas especializadas en riego o en nuevas variedades de césped o las de diseño y construcción de campos.

Entre las gestoras de campos destacan empresas como Global Golf, Making Golf o Target Ingenieros. Aunque son anteriores a la crisis, han encontrado su gran oportunidad en el desplome de decenas de campos. Ángel Llopes, gerente de la Asociación de Campos de Golf de la Costa Blanca, explica que estos campos “habían sido construidos con el propósito de vender casas, sin tener en cuenta la demanda de golf existente ni la viabilidad del proyecto”. Muchos de estos campos, situados en general en el interior o el norte de España, en áreas no turísticas, acabaron en manos de los bancos o la Sareb y luego entregados a terceros para su gestión.

Global Golf es la líder de este negocio con ocho campos en explotación en sitios como Cuenca, Salamanca, Hueva o Almería. También operará fuera de España: va a gestionar un megaespacio en Bolivia, el Urubó Golf. Esta firma se ocupa de renovar totalmente los campos, desde las instalaciones a la oferta de servicios y la afluencia de más jugadores mediante un cuota de acceso. Un caso similar es el de Target Ingenieros, una compañía que, según su director, Gonzalo Millán, presta servicio a 12 campos en temas “como la explotación, el mantenimiento y el diseño”.

El sector que aporta más de 2.000 millones de euros a la economía española

El golf se ha convertido en una industria multifacética, que tiene que echar mano de las más variadas habilidades. Por ejemplo, las exigencias en el tema del agua han creado un pujante subsector. Matilde Álvarez Puertas. técnico de la Asociación Española de Greenkeepers, explica que “se han creado firmas de tratamiento de aguas, gestión de residuos, sistemas de riego o bombeo y aireación de lagos”. Y el negocio tiene futuro ya que aunque “el 60% de los campos ya tienen estos sistemas, algunos están anticuados y necesitan ponerse al día”. Además, el ahorro de agua no se limita al uso del líquido sino que hay firmas especializadas en la elección de céspedes con menor consumo. “Hay innovaciones constantes en este terreno” asegura.

Los ‘greenkeepers’ también se expanden. “Antes”, dice Álvarez, “era como el mantenimiento de un jardín grande, ahora tienen que tener en cuenta aspectos como el análisis de aguas y de los suelos, o las deficiencias y enfermedades de las plantas”. El sector es ahora tan amplio que incluye los fabricantes de maquinaria y aparatos especializados, vehículos de transporte en el campo, mobiliario, escuelas de golf o promoción de los campos en el exterior.

La industria del golf ha tenido que transformerse ante los duros reveses. La cifra de jugadores bajó bastante. Tras alcanzar en 2010 los 338.000 federados, el número bajó as 273.000 en 2016. La buena noticia es que la caída se ha frenado este año. Sin embargo, y a pesar de la disminución de jugadores españoles, los campos mejor gestionados y orientados al extranjeros lograron reemplazar la fuente de la demanda. Gonzaga Escauriaza, presidente de la Real Federación Española de Golf (RFEG), dice que el año pasado vinieron a España cerca de 1,1 millones de personas para jugar al golf. Unas cifras que convierten al país en el segundo del mundo en recepción de turismo de golf, después de EEUU. Carlos Pitarch, presidente del Comité Comercial y de Promoción de la Real Federación Andaluza de Golf asegura que “los turistas han superado incluso en número las cifras anteriores a la crisis”.

Nuevo auge

El resultado de esta abundancia de golfistas extranjeros es que al final el sector acabó por crecer. “En 2007 había 360 campos de golf y en hoy hay 410”, apunta Escauriaza. En Andalucía, a pesar de que cerraron 10 campos, “han vuelto a reabrir casi todos” apunta Pitarch. “Solo en Andalucía la afluencia de turistas de golf aumentó un 25% en los últimos cinco años” dice Rocío Aguirre, de la consultora Madrid Golf. El sector se está planteando abrir más campos. “A fin de cuentas”, apuntan en Making Golf, “en España hay 400 campos mientras en Florida hay 2.000”. El país solo tiene el 6% de los 6.600 campos de golf operativos en la UE.

El golf se ha convertido en una industria multifacética, que tiene que echar mano de las más variadas habilidades

“Aquí en la Costa si hacen falta más campos” apunta Llopes. Y el sector está dispuesto a abrirlos. El presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, dijo que quería doblar el número de campos de 19 a 40. Algo que empieza a ser más fácil una vez que se ha suavizado la presión en el tema del agua. Pitarch die que las reticencias no se justifican. “En Andalucía, donde más campos de golf hay, tenemos un 1,1 millón de hectáreas agrícolas de regadío y 3.500 quinientas de golf, de las que más de la mitad se riegan con agua reciclada”.

En el sector opinan que vale la pena hacer esfuerzos para promocionar el golf ya que sigue haciendo una valiosa aportación a la economía española. La explotación de los campos genera 500 millones al año, la venta de los hoteles en campos unos 90 millones y la venta de maquinaria otros 75. En total el valor directo del mercado alcanza los 770 millones de euros. Si se añaden los ingresos indirectos la facturación de este deport alcanzó el año pasado los 2.076 millones de euros.

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