Cinco consejos para no acabar la Navidad en números rojos
Empezar por marcar un presupuesto y planificar los gastos que habrá que asumir
La Navidad es una de las épocas del año, junto con las vacaciones de verano o puentes destacados, en las que el gasto se incrementa. Según un estudio sobre el consumo navideño realizado por Deloitte, el gasto medio será de 633 euros por español.
La compra de regalos, el ocio, los viajes o la alimentación es lo que se lleva la mayoría del presupuesto. La paga extra que reciben muchos trabajadores ayuda a afrontar este gasto que la mayoría ya tiene en cuenta. Disfrutar de las fiestas sin dispendios económicos es clave para que la cuesta de enero no afecte a la economía doméstica.
1- Planificar (también el ocio): la planificación es un básico en cualquier método de control de gasto o ahorro. Tan sencillo como hacer una lista con los gastos que habrá en los próximos meses. ¿Cuántos regalos se harán? ¿Habrá invitados en casa? ¿Vamos a salir a cenar? ¿Habrá que viajar a visitar a familiares o amigos? Planificar las fiestas en términos económicos nos dará un total de gasto estimativo. A partir de ahí veremos si nos lo podemos permitir o si hay que recortar en algo. De ser así, con cada uno de los gastos delante será más fácil hacer una reestructuración.
2- No te dejes llevar por las ofertas: la Navidad es una época histórica de lanzamiento de campañas publicitarias. Las compras aumentan y las marcas quieren aprovechar el calendario para aumentar sus ventas. Es fácil dejarse llevar por el ambiente navideño y comprar más de lo necesario. Además, en los últimos tiempos hemos visto como se desvirtúan las rebajas de enero adelantando descuentos y promociones para captar clientes que se preparan para las fiestas.
Las ofertas y descuentos también pueden jugar a favor del consumidor. Lo importante es no dejarse llevar por los precios especiales. Aprovechar los descuentos temporales o las mid season de muchas tiendas, además de evitar compras de última hora, contribuirá al ahorro.
3- Los mejores regalos no siempre son los más caros: el estudio de tendencias de consumo navideño del 2017 de Deloitte desvela que el regalo más deseado es el dinero, seguido de viajes en el caso de los hombres, y ropa o calzado en el caso de las mujeres. Generalizar a la hora de hacer un regalo lo hace más impersonal y si se escoge un regalo como el dinero se despersonaliza todavía más. A veces, pensando e innovando en las opciones se pueden conseguir dos objetivos. Por una parte, conseguir regalos exclusivos y hechos a medida. Por otra parte, controlar el gasto. Una tarde en un sitio especial o realizar una tarea que la persona agasajada odia pueden ser algunos ejemplos.
4- Aplicar la imaginación: las fiestas son épocas en las que nos podemos dejar llevar por la ostentación y la tradición. El esfuerzo en decorarlo todo ayuda a crear un ambiente familiar y entrañable que no tiene por qué costarnos dinero. Los adornos navideños pueden hacerse en casa, podemos encontrar tutoriales fáciles de aplicar con elementos que ya tengamos y, además, si hay niños en casa compartir un momento entretenido. También se pueden retocar los menús para adaptarlos a un presupuesto. Congelar con tiempo algún producto que sabemos se encarecerá o cambiar ingredientes.
5- Cuidado con el uso de la tarjeta (especialmente si es de crédito): los pagos con tarjeta han de controlarse para conocer el estado de las finanzas personales. Las aplicaciones de las entidades, que permiten controlar el saldo al instante facilitan esta tarea. El objetivo es evitar que al pagar con tarjeta no tengamos la sensación de gasto por no usar efectivo.
Además, si se realizan pagos con tarjeta de crédito y se aplazan las compras hay que hacer cálculos y asegurarse de que se van a poder asumir las cuotas. También es necesario ser conscientes de los intereses que se pagarán para saber si compensa.
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