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CINE

No es realmente publicidad, pero podría serlo

Los títulos de crédito de una película son a menudo su mejor campaña de publicidad. El boca a boca se encarga del resto

Chiqui de la Fuente

Dicen que lo que bien empieza, bien acaba. La afirmación no tiene por qué ser necesariamente verdad, y menos en el terreno en el que nos vamos a mover: el cine.

He de reconocer que no son anuncios propiamente dichos, pero unos buenos títulos de crédito o una buena secuencia inicial de una película son la mejor publicidad que se puede hacer por el propio éxito del largometraje.

Aunque hay que reconocer que, como pasa también con los tráilers, muchas veces son bastante mejores los primeros minutos y créditos iniciales que la propia película, y que por consiguiente unos buenos inicios no garantizan una buena cinta.

Las películas de miedo son las más dadas (creo yo) a realizar presentaciones impactantes. La mejor, sin duda para mí, fue El resplandor. Estrenada en España a finales de 1980, y cuando todavía los drones no existían, marca el inicio de lo que es una cinta redonda. La música y la sensación de aislamiento hacen el resto. Tan solo le pondría un pero a esta película: el doblaje al castellano, en el que Verónica Forqué hizo de Shelley Duvall. Pero ese ya es otro cantar.

Ciertamente desasosegantes son los títulos de crédito que anteceden a Se7en, un thriller psicológico realmente sobrecogedor de principio a fin. Reflejan maravillosamente el ambiente sórdido y oscuro que envuelve toda la película. Para quienes no los hayan visto, altamente recomendables (la película también).

Y cómo no, el largometraje de terror por excelencia no podía faltar en esta recopilación. Se trata de una genialidad de Alfred Hitchcock. Ya solo ver aparecer el monte rodeado de estrellas de la Paramount y oír los primeros acordes, ya sabemos que nos referimos a Psicosis. Con unos créditos muy sencillos y una composición muy modesta, obra del genial Saul Bass, nos pone en modo sufrimiento desde la primera escena.

También te preparan para lo que se avecina los perturbadores títulos de crédito de "El cabo del miedo" y el monólogo posterior que se marca una jovencísima Juliette Lewis, Lástima que la tipografía utilizada fuera más para un episodio de una serie juvenil que para un thriller.

Y tan negro como el espacio exterior es la presentación de Alien, película de terror espacial de culto, madre de decenas de secuelas a cada cual peor.  A no sé cuántos millones de kilómetros de la tierra llevan a bordo, sin saberlo, a un invitado inesperado. La presentación y una banda sonora contenida nos muestran cómo va apareciendo el ser en cuestión.

Pero no todo iban a ser largometrajes espectaculares. En La habitación del pánico, lo más destacable del largometraje son su presentación y sus instantes iniciales. A mi juicio, una vez acabados estos, todo se vuelve bastante normal y predecible. Lástima,

No quisiera terminar sin recordar una intro que "sufrí" durante mi más tierna infancia. Se trataba de Thriller (tensión en castellano), una serie inglesa que se emitió a mitad de los años 70 y que dejó sin dormir a media España cuando se emitía la noches de los miércoles. Con nombres diferentes en distintos países latinoamericanos (Misterio en su casa, en México, Cero: La hora del suspenso, en Argentina o Gran cine del misterio en Venezuela), utilizaba un ojo de pez sobre un fondo rojo para dar una sensación de angustia enorme. Puedo asegurar que lo conseguía.

Lo dicho: no es publicidad pero como si lo fuera. Solo con oír los primeros acordes o ver los primeros fotogramas, ya sabemos de qué se trata. No hay mejor publicidad que eso.

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Sobre la firma

Chiqui de la Fuente
Es responsable de Formación de Redacción y ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS en diversos departamentos: Nuevas Tecnologías, Confección, sistemas editoriales... Es autor del blog Publizia y tiene una perra que se llama Rosca.

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