La patronal gallega aprueba despidos y recortes para esquivar la quiebra
La organización empresarial intentará convencer a los bancos para que refinancien su abultada deuda
La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) recurrirá a despidos, bajadas de sueldo y recortes de actividad para intentar convencer a los bancos de que refinancien la abultada deuda que arrastra desde hace años, la única salida que le queda a la entidad para no caer de inmediato en el precipicio de un concurso de acreedores. La asamblea de la patronal gallega ha aprobado este martes un plan de viabilidad hasta 2019 que dejará a la patronal reducida a la mínima expresión. "Tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos y vivir en ellos", ha señalado su presidente, Antonio Dieter Moure. "Esto no tiene por qué debilitarnos, nos apoyamos en organizaciones provinciales y sectoriales que son fuertes".
Moure, que tomó las riendas de la CEG en enero, admite que se ha encontrado una situación económica peor de la esperada, con una herencia envenenada pero también con deudas provocadas por "una mala gestión" en los últimos años. La organización aún afronta una millonaria hipoteca por la compra de su sede en 1992, un edificio en pleno casco histórico de Santiago que se ha convertido en una pesada cruz, y la Xunta le reclama más de 600.000 euros por gastos sin justificar de la Red de Plataformas Empresariales en el Exterior de Galicia (Pexga), un plan financiado con fondos autonómicos para el mantenimiento de oficinas comerciales en ocho países extranjeros.
Los ajustes aprobados hoy, que condicionarán los presupuestos de la entidad para 2016, incluyen el despido de ocho de los 20 empleados que quedan en la CEG (otros 17 se fueron a la calle en 2014) y una reducción de sueldos para el resto que oscila entre el 5% y el 30%, en función del montante del salario. La patronal gallega suspenderá además algunos de sus proyectos, entre ellos la red europea de apoyo a empresas Galactea Plus y el observatorio estatal sobre emprendimiento GEM, y deja en el aire la renovación del Pexga, después de que el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo les haya advertido la imposibilidad de adelantarles los fondos autonómicos del año que viene.
La patronal de constructores de Pontevedra pide el concurso
La Asociación de Empresarios de la Construcción de Pontevedra (APEC) ha solicitado en el juzgado Mercantil número 3 de Pontevedra la declaración voluntaria de concurso de acreedores. En un comunicado recogido por Europa Press, la patronal pontevedresa achaca sus problemas económicos a la crisis del ladrillo, que redujo drásticamente el número de empresas asociadas y las subvenciones recibidas.
La entidad arrastra una deuda de medio millón de euros y su plantilla ha sufrido cinco expedientes de regulación de empleo. Pese a todo, la asociación se muestra optimista y asegura que las previsiones del sector para los próximos ejercicios son "positivas".
La CEG intentó sin éxito aprobar su plan de viabilidad el pasado 30 de mayo, un documento que incluía más despidos (entre cinco y 14) y menos recortes en los gastos generales. Durante el mes transcurrido desde entonces, la patronal que preside desde enero Antonio Dieter Moure ha diseñado otra propuesta para persuadir a la mayoría de entidades asociadas, con la advertencia de que si no era validada la organización iría a la quiebra y él dejaría el cargo.
Según la cúpula de la patronal gallega, los recortes permitirán que los bancos refinancien la hipoteca de la sede con un nuevo préstamo que inyectará 1,5 millones en las asfixiadas arcas de los empresarios y permitirá el abono de deudas y otros pagos pendientes. “La CEG no puede sostener la estructura que tiene”, ha repetido Moure desde que tomó posesión del puesto. Su antecesor, José Manuel Fernández Alvariño, fue forzado a dimitir, acusado de repartir contratos de externalización de servicios de la CEG a empresas de su propiedad.
En las cuentas de la patronal gallega, además del pago de la hipoteca de la sede, permanece impresa otra huella de su oscuro pasado: los pagos pendientes por un fraude en cursos de formación a parados durante el mandato de Antonio Ramilo, líder de los empresarios gallegos en los años dorados del fraguismo y que cesó en 2000 tras destaparse un agujero en las cuentas de seis millones de euros.
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