Santiago Foncillas, sabiduría y experiencia al servicio de la libertad
Primer presidente del Círculo de Empresarios
Despuntaba la primavera de 1989 cuando, en mi despacho de Explosivos Río Tinto, me anunciaron la llamada del presidente del Círculo de Empresarios, José Joaquín Ysasi-Ysasmendi. Con su verbo preciso y cautivador me llamaba para invitarme a que me incorporara a la junta directiva del Círculo.
Al poco tiempo me encontraba, algo agobiado, compartiendo mesa de reflexión con personalidades tan destacadas del mundo de la empresa como Rafael del Pino, Claudio Boada, Juan Miguel Antoñanzas, José Lladó... Allí estaba también Santiago Foncillas, a quien conocía de oídas y leídas, pues nuestro primer presidente del Círculo de Empresarios ya era por aquellas fechas un avezado y prestigioso empresario, directivo y abogado del Estado.
Desde entonces mantuve con Santiago una cordial relación. Siempre que nos encontrábamos aludía con cariño a mi optimismo pertinaz y a mi condición asturiana. En todos estos años pude aprender de él, como de aquellos prohombres que contribuyeron a instaurar y consolidar nuestra democracia y el Estado de bienestar, el valor de la sabiduría y de la experiencia; algo que, con frecuencia, solo se valora cuando se tiene.
Santiago fue quien puso en marcha la idea de José María López de Letona de crear una institución de la sociedad civil, librepensadora e independiente que, inspirada en la Business Roundtable estadounidense, defendiera el libre mercado y la libre empresa en aquella España de la Transición, que exploraba nuevas y buenas formas de convivencia. A Santiago le tocó liderar los primeros pasos de esta gran institución, que, en defensa de los intereses generales de España, quiso promover la libertad, también en el ámbito económico, aportando ideas, análisis y propuestas liberales, que han hecho grandes a los grandes países del planeta. Porque la libertad, por la que tanto hemos luchado los españoles (particularmente los de mi generación y la anterior), es también esencial en lo económico. Esto es particularmente cierto en momentos de grandes cambios, como los de entonces y los de ahora, pues sin la libertad individual no se concibe la innovación, ni la creación productiva de empleo y riqueza, en beneficio de toda la sociedad.
Gracias Santiago por tu aportación al progreso de España. Estoy seguro de que, desde allí arriba, nos seguirás apoyando en este proyecto colectivo de responsabilidad empresarial, cuyo objetivo e ilusión es que España sea un país de más calidad y más competitivo, en beneficio de todos los españoles. Tu amigo, ese asturiano optimista que hoy preside el Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane.
Javier Vega de Seoane es presidente del Círculo de Empresarios.
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