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En las pymes también hay futuro

Las firmas pequeñas y medianas ofrecen un trato cercano, más puestos multitareas y es menos probable quedar encasillado

En las pequeñas empresas, la relación entre empleado y jefe es más próxima.
En las pequeñas empresas, la relación entre empleado y jefe es más próxima.Katherine Ziegler (Getty)

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) aglutina el 74% del empleo en España. Con estas cifras, cabría suponer que la pyme es un buen lugar para labrarse una trayectoria laboral exitosa. Sin embargo, cuando se habla de desarrollo profesional se tiende a pensar que el mundo se acaba en las multinacionales norteamericanas y en el Ibex 35. ¿Por qué es así? ¿Hay alguna relación entre el tamaño de las empresas y las posibilidades de crecimiento de sus trabajadores?

Para Juan Torroba, socio director de Alumni Global Search, parte de la culpa de esta creencia recae en la visión mitificada que la sociedad tiene de la gran empresa. "Se tiene conciencia de que la única manera de llevar una carrera profesional de éxito y bien considerada es ir pasando de una gran empresa a otra gran empresa". Una percepción amplificada por la gran exposición mediática de estas macrocorporaciones, y que hace especial mella entre los más jóvenes. "Cuando un recién licenciado busca trabajo, su limitado conocimiento del tejido empresarial y de las salidas profesionales que ofrece hace que su campo de acción se reduzca a una serie de grandes nombres, cuando en realidad sus posibilidades de encontrar trabajo serían mayores si enfocara esa búsqueda hacia las empresas pequeñas", lamenta Torroba.

Un profesional que crece con la empresa

Entró para llevar la contabilidad. Ocho años después, Jesús Pérez Hidalgo es el director financiero para España y Latinoamérica del Grupo Antevenio, una pyme española de marketing digital con presencia en cinco países, una plantilla de 160 personas y una facturación en 2014 de 21,4 millones de euros. Su caso es paradigmático del profesional que ha crecido junto a la empresa. "Cuando me incorporé, Antevenio estaba a punto de empezar a cotizar en el mercado Alternext de París y necesitaban un perfil financiero para afrontar ese desafío. Después han ido surgido nuevos retos, como la expansión internacional, que me han permitido seguir evolucionando", señala.

Un desarrollo que, según Pablo Pérez Villoslada, director general y de operaciones del grupo, llega gracias a la capacidad de innovación de la empresa. "Las nuevas líneas de negocio han supuesto oportunidades para personas de confianza que ya estaban trabajando con nosotros". La empresa apuesta por la promoción interna, aunque, puntualiza Pérez Villoslada, sin caer en fanatismos. "Si el perfil que necesitamos no está en la casa, buscamos ese talento fuera". A veces, en las grandes empresas. "¿Cómo les convencemos? Saben que aquí van a crecer más deprisa, que no se van a limitar a aplicar una metodología, que van a aportar y que les vamos a tener en cuenta".

De hecho, los expertos coinciden en que la pyme es un ecosistema perfecto para que un recién titulado inicie su carrera profesional. "Los perfiles júnior pueden aprender mucho en una pequeña empresa. Por lo general, delegan mayor responsabilidad en cada persona del equipo y es más fácil que estos jóvenes destaquen en áreas en las que las competencias multitarea y la motivación son factores clave", explica Torroba. Quizá ese aprendizaje carezca de la sistemática y medios materiales que encontraría en un gran operador, pero posiblemente será más enriquecedor y rápido. También le ofrecerá una visión global de las distintas áreas y funciones que existen dentro de la empresa. "En la grande es más fácil quedar encasillado al cabo de poco tiempo y no siempre será fácil salir de ahí. La supuesta movilidad interna de las grandes estructuras muchas veces es frenada egoístamente por los jefes de departamento, que no están dispuestos a renunciar a sus mejores talentos para permitir su desarrollo en otras áreas de la compañía", denuncia Borja Arrieta, director de Talento y Compromiso de Towers Watson.

Mayor estabilidad, plan de carrera, procedimientos y sistemas definidos, beneficios sociales y unos sueldos que, según el octavo informe salarial de la consultora ICSA, son hasta un 46% superiores en puestos de alta dirección son las imponentes credenciales de la gran empresa. Pero las pequeñas también juegan sus cartas. La proximidad a la gerencia y a las operaciones de la compañía es una de las ventajas de tener un tamaño reducido. Juan Francisco San Andrés, consultor en productividad, organización y factor humano, destaca que el profesional de la pyme "tiene más posibilidades de ser escuchado y de que sus ideas tengan un impacto real en las decisiones y en la marcha de la empresa. Puede sentir el efecto de sus acciones".

Motivación y pertenencia

La motivación y el sentido de pertenencia también se ven reforzados gracias a esa cercanía. "Muchas veces resulta más fácil reconocer y valorar el talento individual en una pequeña empresa, donde el trato es más directo, que en una grande", opina José Alberto González-Ruiz, secretario general de la Cepyme. En esa misma línea, Javier Caparrós, director general de Trabajando.com España, señala que en la pyme "los logros y éxitos de los empleados tienen una mayor visibilidad, y eso hace que no se sientan como un número más".

Aunque ni todas las pequeñas y medianas empresas ofrecen las mismas posibilidades de desarrollo a sus empleados, ni en todas se dan las condiciones adecuadas para ese crecimiento. La escasa profesionalización de muchas pymes españolas es para Javier Caparrós su principal desventaja. "Los trabajadores de las empresas pequeñas sufren con frecuencia situaciones injustas y son víctimas de decisiones tomadas de manera personalista", comenta. Para evitarlo, este experto reclama más políticas de recursos humanos "que avalen la transparencia en cuestiones como el cumplimiento de objetivos, la retribución variable o las promociones".

En otras ocasiones es la propia estructura de la organización la que cercena las opciones de progresar de sus trabajadores. Pero si bien la carrera planteada en términos de ascensos o crecimiento vertical es más limitada, sí puede darse el crecimiento horizontal. "El desafío para la pyme es conseguir que sus profesionales vivan su trabajo como algo retador, ayudarles a encontrar una carrera motivadora y con nuevos proyectos interesantes en los que involucrarse", apunta Borja Arrieta.

Ante la pregunta de si se puede ser un profesional vanguardista y reconocido sin necesidad de haber pasado por una grande, los expertos lo tienen claro. Juan Francisco San Andrés, que contrató a varios de ellos durante su etapa como responsable de recursos humanos, destaca "su iniciativa, sus amplios y variados conocimientos y su disposición a hacer de todo, en oposición a algunos profesionales ultraespecializados procedentes de las grandes que no saben salir de sus nichos". Borja Arrieta va más allá y afirma que hay algo en la manera de trabajar de la pyme que envidia y codicia la grande. "La supervivencia de la pyme depende de su dinamismo, de su agilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado. Esa flexibilidad y esa viveza, que están en la esencia misma de las pequeñas estructuras, es difícil encontrarla en las grandes. Por eso a la gran empresa le gustaría que sus empleados trabajaran como los de la pyme".

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