Una minera en mala racha
Glencore aparca las fusiones y compras ante la necesidad de rebajar su deuda
La anglo-suiza Glencore, unas de las mayores empresas del mundo del sector de las materias primas, ha reflejado en los último días mejor que ninguna la crisis que atraviesa la minería ante la caída generalizada de los precios, en buena parte debido a la rebaja de la demanda china. El grupo ha tenido que anunciar un drástico plan de ajuste para recuperar algo de la confianza del mercado en su futuro. Glencore reveló un plan para reducir su deuda en unos 10.000 millones de dólares que incluye la venta de activos, la suspensión de actividades en la explotación del cobre, y la emisión de títulos por valor de 2.500 millones.
Las medidas de choque contentaron a los inversores y las acciones de la compañía recuperaron valor en Londres. La medida más aplaudida, según un análisis de la firma Sanford Bernstein, fue la de suspender la producción de cobre en la República Democrática del Congo y en Zambia por un periodo de al menos 18 meses. Los intermediarios calculan que la decisión reducirá el suministro de cobre al mercado en unas 400.000 toneladas, algo que ayudará a frenar o al menos estabilizar el precio del mineral, uno de los negocios clave de Glencore.
El precio del cobre toco su mínimo de seis años el mes pasado y esto fue el golpe definitivo para que Glencore reaccionara. Para entonces, el valor de la acción de la empresa había retrocedido casi un 55% y acumulaba unas pérdidas de casi 700 millones de dólares. La deuda neta del grupo ronda los 30.000 millones. Glencore, fundada por el fallecido Marc Rich, un empresario acusado de evasión de impuestos en EE UU y luego indultado por el expresidente Bill Clinton, tiene la peculiaridad de que, al mismo tiempo, es un gigante de la producción y comercialización de materias primas del mundo. La empresa es un verdadero árbitro de la cotización del cobre, petróleo, trigo o girasol, por ejemplo.
La consecuencia directa del ajuste será, según el grueso de los analistas, la suspensión de la agresiva estrategia de fusiones y adquisiciones iniciada hace un año con la compra de Xstrata por 29.500 millones de dólares. Casi de forma simultánea, el consejero delegado de la firma, Ivan Glasenberg, propuso una fusión con la minera anglo-australiana Rio Tinto por 150.000 millones. Cuando la firma hizo estas operaciones, su valor de mercado era de unos 75.000 millones y hoy vale la mitad. Glasenberg ha insistido en que si se presenta una buena opoertunidad de compra, la estudiará. Pero el mercado descarta grandes operaciones así como no comparte con el directivo su optimismo acerca de una pronta recuperación del precio de las materias primas.
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