¿Por qué baja el paro cuando hay menos empleo?
Los expertos destacan la influencia de la caída de la población en edad de trabajar
Datos sorprendentes y difíciles de explicar a bote pronto. Ese fue el saldo de la primera encuesta de población activa (EPA) de 2015, difundida este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La sorpresa vino del lado de la generación de puestos de trabajo, no porque reflejara una caída de la ocupación (en 114.300 personas), habitual en el arranque del año, sino porque, una vez corregido ese efecto estacional, "la creación de empleo EPA se desaceleró inesperadamente", apunta el servicio de estudios del BBVA. En tasa desestacionalizada, el empleo aumentó un 0,4%, frente al 0,8% que subía a finales de 2014. Pero, además, se produjo una caída del número de parados (13.100 menos que en el trimestre anterior) al mismo tiempo que subía la tasa del paro. Y al mismo tiempo que se destruía empleo.
La explicación habitual en la crisis a que el paro descienda al mismo tiempo que el empleo cae es el efecto desánimo: cuando la actividad económica y la ocupación bajan durante un tiempo prolongado, hay desempleados que dejan de buscar trabajo.Y eso hace que la población activa baje aún más que el empleo (en este caso retrocede en 127.400 personas). Aparentemente, esa explicación choca ahora con la coyuntura económica -el PIB crece-, y con la propia encuesta: el INE pregunta por cuántos inactivos dicen serlo por estar "desanimados" y en el primer trimestre de este año eran 402.000, cuando al cierre de 2014 eran 433.000.
Pero al preguntar por la clase de inactividad, aflora el efecto desánimo pero con otro ropaje, sobre todo entre los jóvenes. Los inactivos que más aumentan (casi 78.000 en el trimestre) son los que se declaran estudiantes, sobre todo entre los 16 y los 29 años. Y es en esa franja de edad donde también se concentra el descenso de activos (más de 91.000) y buena parte de la destrucción de empleo (56.000 ocupados menos). Y aún así el paro entre los más jóvenes baja en casi 35.000 personas. Es decir para la mayoría de los menores de 30 años que perdieron el trabajo en este trimestre, la opción elegida no fue ponerse a buscar empleo (y por tanto aumentar la cifra de paro), sino ponerse a estudiar. Y parte de los jóvenes que estaban en paro en el trimestre anterior dejan de estarlo también por esta razón, no porque encontraran empleo.
Aun así, todavía quedaría por explicar parte de la caída de la población activa en este colectivo. Hay menos jóvenes trabajando, menos jóvenes en paro y más jóvenes estudiando, pero el aumento aquí no es suficiente para compensar la caída del empleo, del paro y de otras clases de inactividad (en labores del hogar, sobre todo). La clave está en que, en realidad, hay menos jóvenes. Los hogares encuestados revelan una caída de más de 25.000 personas entre 16 y 29 años respecto al cierre de 2014.
Son jóvenes, españoles o inmigrantes, que han salido del país -la población española encadena tres años a la baja-. "Simplemente hay menos gente, sobre todo entre los 16 y los 64 años, que es básicamente el colectivo en edad de trabajar", señala Ángel Laborda, de Funcas. En esa franja de edad, más amplia, el descenso en el último trimestre es de más de 33.000 personas. Y una parte significativa de los que tienen esa edad y se van, apunta Laborda, estaban en paro.
"El efecto demográfico empieza a tener un peso importante", señala Valeriano Gómez, que fue ministro de Empleo en el Gobierno socialista de José Luis Rodriguez Zapatero, en la anterior legislatura. "Y por eso, vamos a ver más a menudo que el paro descienda al mismo tiempo que se destruye empleo, como ha ocurrido este trimestre", añade. Gómez subraya además que, con los 127.400 activos que se han perdido este trimestre, el descenso de la población activa supera las 540.000 personas en los últimos tres años, un fenómeno "inédito" en la historia reciente de la economía española.
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