Adiós a las grietas en las paredes
La reparación de fisuras superficiales se realiza mediante la aplicación de masillas, mientras que para las más grandes se recomienda la intervención de un aparejador
La humedad, el mal mantenimiento o el paso del tiempo pueden ser algunas de las razones que motivan la aparición de grietas en las paredes de las viviendas. Este hecho, que en muchas ocasiones resulta inevitable debido a factores meteorológicos, es incluso más habitual de lo que parece y no siempre resulta fácil hacer una clasificación del tipo de fisura.
Por esta razón, cada caso conviene estudiarlo y analizarlo de forma independiente por un profesional cualificado, como puede ser un arquitecto o un aparejador. Y tomar una serie de precauciones si el crecimiento de las dimensiones de la grieta es rápido o afecta a elementos estructurales, como vigas, muros de carga o pilares. "Una vez hemos observado la aparición de una grieta en pared, tenemos la posibilidad de saber si ésta está creciendo y a qué velocidad mediante la colocación de testigos-elementos de yeso o de vidrio-", comentan en la empresa Tecnifica.
Este problema no solo afecta a edificios antiguos, también las viviendas de obra nueva pueden verse perjudicadas debido al lugar donde están asentadas. "Este hecho se produce a lo largo de unos años desde su construcción, durante los cuales podemos apreciar la formación de pequeñas grietas o fisuras en paredes que normalmente se estabilizan con el tiempo, cuando el terreno ha terminado de asentarse por la sobrecarga que le supone el peso del edificio", añaden.
La ejecución de obras subterráneas próximas a los edificios es otra de las causas habituales. Estas actuaciones, pueden influir en el subsuelo y modificar el reparto de cargas del terreno, afectando a los apoyos de la cimentación que sustenta la edificación. "Para todos estos aspectos es conveniente la intervención de un perito que valore la repercusión de los daños que se hayan podido ocasionar", señalan en esta empresa de arquitectos.
El precio por restaurar este tipo de problemas va de los tres euros el metro cuadrado a los siete euros, dependiendo de varios factores, como superficie, lugar o tipo de grieta.
En el caso de que las fisuras sean superficiales -por golpes, humedades o por el paso del tiempo-, se podrá recurrir a la aplicación de productos, como la masilla, que ayudarán a tapar estas hendiduras sin la necesidad de recurrir a un experto.
Para ello, primero será necesario sanear la pared, con el objetivo de evitar la presencia de humedad. "A la hora de esparcir la pasta con la espátula, tenga siempre a mano herramientas de diferentes tamaños, para poder elegir la que mejor se adapte a la grieta que vaya a tapar", señalan en la empresa Incoplast.
Por ejemplo, un destornillador que permitirá la apertura de la fisura para poder después introducir el producto. "Las grietas muy gruesas deben abrirse en forma de cola de milano- junta de entrecierre-, para que la masilla agarre mejor al secar y no se salga", comentan en la empresa de bricolaje, Leroy Merlín.
Las pastas tapagrietas tienen un precio de unos 45 euros para botes de 125 mililitros, aunque también se puede optar por fabricar una con cemento blanco y agua. "Se puede espolvorear el cemento blanco en la cantidad de agua indicada por el fabricante y remover hasta conseguir una masa uniforme y sin grumos", comentan en la empresa Incoplast.
Igualmente se puede recurrir a las bandas autoadhesivas, que son recomendables para las fisuras más grandes. "Previenen en mayor medida su reaparición y se pueden encontrar además en forma de gasa, que requieren ser mojadas en yeso antes de ser colocadas, o gasas autoadhesivas de fibra de vidrio o metálicas", añaden. La principal ventaja de este tipo de productos estriba en que su utilización es más sencilla y su precio ronda los seis euros.
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