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Nueva York se mantiene como Estado libre de fracking

El Gobierno de Andrew Cuomo considera que los riesgos son todavía más importantes que los posibles beneficios económicos

Una mujer protesta contra la fracturación hidráulica en Nueva York
Una mujer protesta contra la fracturación hidráulica en Nueva YorkDON EMMERT (AFP)

El Gobierno del demócrata Andrew Cuomo anunció ayer que la polémica técnica de fracturación hidráulica para extraer gas natural del subsuelo seguirá prohibida en el Estado de Nueva York por motivos de salud pública y medioambientales. “No podemos apoyar esa técnica. No hay suficientes evidencias científicas que garanticen que es segura”, declaró el responsable del departamento estatal de salud, Howard Zucker, en Albany, la capital, tras una reunión del gabinete de Cuomo. Joseph Martens, el titular del área de medioambiente, declaró que la prohibición se mantiene “por ahora”, dejando abierta la puerta a un cambio a la espera de nuevos estudios sobre el tema.

La extensión del veto que ya imperaba en Nueva York hacia el fracking desde hacía cinco años supone un elemento importante en el debate abierto en Estados Unidos sobre esta técnica. La fracturación hidráulica es uno de los pilares sobre los que el país basa su independencia energética. El posicionamiento de un Estado liberal como Nueva York, gobernado por un demócrata, tenía pendientes a todos los actores concernidos, desde los grupos ecologistas a las compañías petrolíferas.

El mantenimiento de la prohibicíon está basado en un estudio encargado por el departamento de salud de la Administración Cuomo. En él se concluye que, aunque los datos son limitados y los riesgos reales de dicha práctica están por determinar, el posible impacto en la salud de las personas y en la calidad del agua y del aire pueden ser relevantes. Antes esas dudas, el departamento ha propuesto mantener vivo el veto.

Para justificar la decisión del Gobierno, Zucker explicó que él no permitiría que sus hijos vivieran cerca de un lugar donde se aplique el fracking. “Si uno no cree que sus hijos deben vivir en una zona así, estoy de acuerdo en que nadie debe hacerlo”, comentó Cuomo en apoyo de su responsable de salud.

El anuncio del gobierno estatal se produce en medio de un encendido debate sobre los riesgos de la fracturación hidráulica, que consiste en inyectar agua y productos químicos a enorme presión en el subsuelo para liberar las bolsas de gas natural. Coincide, asimismo, con un momento en que los precios del petróleo continúan cayendo.

La medida supone un cierto contratiempo para Cuomo, quien en el pasado se planteó aprobar un programa de extracción limitado en algunos condados fronterizos con el Estado de Pensilvania. En 2012, sin embargo, accedió a la petición de grupos ecologistas de no tomar una decisión sin antes encargar un estudio al respecto. Esto le colocó en una posición incómoda, en la que recibía presiones de los ecologistas y de las compañías petroleras. El retraso en la publicación del citado estudio irritó a las dos partes en conflicto.

Los partidarios del fracking argumentan que la explotación del gigantesco depósito subterráneo de gas natural de Marcellus Shale, que se extiende a lo largo de Nueva York, Pensilvania y Virginia Occidental, crearía muchos puestos de trabajo, uno de los argumentos que más interés tenía para Cuomo. De hecho, los Estados vecinos sí permitieron los trabajos en la mayor formación rocosa de Estados Unidos, lo que ha aportado sustanciosos ingresos para sus arcas públicas. En este sentido, el comisionado Martens aseguró que las previsiones económicas en el caso de haber levantado la prohibición “estaban muy por debajo de lo previsto”.

Los grupos preocupados por el medioambiente habían advertído de los riesgos de la técnica para los acuíferos, además del impacto que podría tener para el turismo y para la calidad de vida en los pequeños municipios del norte de Nueva York. Unas 150 ciudades del Estado han aprobado moratorias contra el fracking. En junio, el máximo tribunal del Estado, la Corte de Apelaciones, dictaminó que las ciudades podían utilizar las ordenanzas de zonificación para prohibirlo.

A lo largo de la reciente campaña electoral, los opositores aprovecharon para hacerse visibles en los actos públicos del Gobernador y, sobre todo, de su rival, el republicano Rob Astorino, partidario de la legalización de la fracturación hidráulica.

Los sondeos de opinión al respecto han mostrado a una ciudadanía dividida. Un trabajo realizado por la Universidad Quinnipiac este año constató una oposición del 48% hacia la fracturación hidráulica frente a un 43% de apoyos.

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