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Botín releva por sorpresa al consejero delegado del Santander

José Antonio Álvarez sustituye a Javier Marín a los tres meses de la llegada de Ana Botín a la presidencia del banco. Rodrigo Echenique es el nuevo vicepresidente del grupo.

Íñigo de Barrón
José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, con la presidenta Ana Botín
José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, con la presidenta Ana Botín

Después de cambios puntuales, ayer llegó el golpe de autoridad de la nueva presidenta del Santander, Ana Botín, que tomó las riendas del banco el pasado 10 de septiembre. La entidad comunicó ayer a media mañana que el consejo de administración había designado como consejero delegado a José Antonio Álvarez (Quintana de Fuseros, León, 1960), en sustitución de Javier Marín (Madrid, 1966). Álvarez es un profesional de prestigio que ocupaba hasta ahora de la dirección general financiera y era responsable de las relaciones con los inversores.

El cambio causó gran sorpresa en el mercado ya que se ha producido a los dos meses y medio de la llegada de Ana Botín tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín. Marín, con 23 años de experiencia en la entidad, fue nombrado por Emilio Botín consejero delegado tras la dimisión de Alfredo Sáenz por estar condenado por el Tribunal Supremo. Marín lleva en el cargo un año y siete meses y fue ratificado en tres ocasiones por Ana Botín como número dos de la entidad: en una junta de accionistas y en dos comunicados. Esto hizo que resultara extraño el relevo. También porque la entidad —el mayor banco por valor bursátil de la zona euro— transmitió que la norma de gestión de la presidenta iba a ser la continuidad, con algunos cambios para formar el equipo.

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Fuentes del mercado atribuyeron el cambio a la falta de química en la relación entre Botín y Marín, así como a la búsqueda de consejero delegado con un perfil diferente: menos comercial y más financiero, con responsabilidad en regulación e interlocutor ante inversores y analistas. Otros apuntan a que la presidenta quiere iniciar una etapa claramente diferenciada a la de su padre.

Álvarez será relevado por otro ejecutivo con gran futuro en la entidad, José García Cantera, hasta ahora director general de Santander Global Banking. Jacques Ripoll, hasta ahora responsable de Banca Mayorista Global en el Santander Reino Unido, sustituirá a si vez a Cantera.

Además, el banco nombró vicepresidente primero y consejero coordinador de los consejeros externos al británico Bruce Carnegie-Brown; y Rodrigo Echenique, consejero externo, pasa a ser también vicepresidente. Fue consejero delegado entre 1988 a 1994. Además, Sol Daurella y Carlos Fernández, son los nuevos consejeros independientes que completan las vacantes producidas por el fallecimiento de Botín y por la renuncia de Fernando de Asúa y Abel Matutes. Todos los nombramientos serán efectivos desde el próximo 1 de enero de 2015.

En una carta a los empleados, Botín explica los cambios como “el comienzo de una nueva etapa”. Sobre Álvarez dice que “es un líder de gran visión, capacidad de trabajo y experiencia en el sector financiero”. Álvarez comenzó su carrera profesional en el INI, para luego pasar a Argentaria y después al BBVA, con la fusión de 1999. Tras ver frustrada su carrera en este banco, llegó al Santander en 2002 de la mano del difunto Francisco Gómez Roldán. Posteriormente estuvo en el equipo de Alfredo Sáenz.

El otro protagonista del día fue Cantera, ejecutivo llamado a ser relevante en la estructura del Santander. La prueba es que la presidenta le dedica un párrafo en la carta a los empleados. José García Cantera, dice, “trabajó durante 12 años en Citi, donde fue analista de referencia del sector bancario y posteriormente consejero delegado de Banesto, entidad que hasta su integración en Banco Santander en 2012 fue líder en eficiencia, fortaleza financiera y calidad de servicio”. Ana Botín presidió Banesto entre 2002 y 2010 y fue en esa época en la que formó un tándem con Cantera al que los conocedores del Santander le otorgan mucha proyección.

“Es muy positivo que podamos realizar estos nombramientos tan importantes con personas del banco, lo que refleja la calidad y amplitud del equipo Santander”, dice también Ana Botín en la carta. Al final de la misiva, da a entender que los equipos están cerrados: “Con estos cambios contamos con el consejo y el equipo directivo que necesitamos para liderar el banco de aquí en adelante”. Sin embargo, fuentes no oficiales del banco consideran que antes de que acabe el año habrá novedades en el consejo y entre los directivos, por lo que las quinielas se han disparado en el grupo.

Estos cambios no son los primeros de Ana Botín. A finales de octubre pasado, José Doncel (procedente de Banesto) fue aupado a la dirección general de Intervención y Control de Gestión, en sustitución de José Tejón, un histórico del banco que, junto con Javier Marín, estaba considerado alguien de la máxima confianza de Emilio Botín. Juan Guitard, ex director general de riesgos ocupó el puesto que dejó Doncel y José María Nus sustituyó a Guitard.

La pieza por encajar es Javier Marín. En el comunicado del Santander no se le atribuye ninguna responsabilidad futura, lo que presupone que la prejubilación (al margen de la representación del grupo en algún consejo) sea la salida elegida. Tiene hasta enero para tomar una decisión.

Según fuentes del banco, si optara por la prejubilación, a la que tienen derecho por consejero delegado, cobraría lo estipulado como director general, cargo que también ocupó: unos 800.000 euros anuales. El cobro de esta cantidad le impide trabajar en la banca. Como Marín tiene 48 años, podría estar cobrando unos 17 años, lo que supone unos 14 millones. Además, tiene un fondo de pensiones de unos cuatro millones acumulados durante los 23 años que ha trabajado en el grupo. Marín se incorporó al Santander en 1991. Ha estado en la Asesoría Jurídica y posteriormente fue secretario técnico de Emilio Botín, donde permaneció hasta 1999, año en el que fue nombrado director general del Santander de Negocios y, en 2001, pasó ser consejero delegado de Banif y director general de Banca Privada Global.

Bajo su mandato en Banif, la entidad vivió los escándalos por la inversión en Lehman Brothers, en los activos de Madoff y en el Fondo Inmobiliario del Santander, que dejó atrapados a cientos de inversores.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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