Qué hacer cuando el gestor estrella abandona el fondo
El adiós de Francisco García Paramés (Bestinver) y Bill Gross (Pimco) destapa el punto débil de los fondos de autor
El mundo de la inversión también tiene sus mitos. Hay profesionales cuyo nombre deja en un segundo plano el de la entidad para la que trabajan. Su fama está avalada por haber logrado más rentabilidad que el mercado a lo largo de los años. Esta hoja de servicio sirve para que muchos ahorradores les confíen sus ahorros. Son fondos con un estilo de inversión muy personal y el denominado “riesgo gestor” es uno de sus puntos débiles. En EE UU la salida de Bill Gross de Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, ha dejado huérfanos a muchos de sus clientes. En España, y salvando las distancias, ha ocurrido algo parecido con la marcha de Francisco García Paramés, el gurú de Bestinver, y de Firmino Morgado (Fidelity).
¿Qué hacer cuando el gestor estrella se va? Los expertos llaman a la calma y piden a los partícipes que no tomen decisiones precipitadas. Además, aprovechan para reivindicar el atractivo de los denominados fondos de autor. “Son aquellos fondos en los que el gestor imprime su sello personal. Una de las ventajas en la fuerte implicación del gestor, que normalmente invierte parte de su patrimonio en el fondo, con lo que cuenta con un fuerte incentivo para obtener resultados”, explica Paula Mercado, directora de análisis de VDOS. “Cuando uno de estos fondos cambia de manos es muy importante conocer al gestor entrante pues, incluso en el caso de que continúe con el mismo estilo de gestión (lo más habitual), sus sesgos y tesis de inversión pueden variar y tener o no éxito. Es aconsejable tener el fondo en observación un tiempo y ver su evolución antes de decidir si permanecer en él o salir”, añade Mercado.
En la historia reciente de la industria existen ejemplos sonados de salidas de gestores con gran renombre. Ahí están los casos de Nicholas Valeski, que se marchó de Oyster para fundar su propia gestora (Alken) o de Anthony Bolton, la estrella de Fidelity, que se retiró en 2013. Si uno de estos gurús dice adiós a veces significa el principio del fin para el fondo, como ocurrió con el Velociraptor de Fonditel cuando salió de la gestión Cristóbal Thomas de Carranza. Pero no siempre tiene que ser así. Por ejemplo, uno de los mejores gestores españoles, Gonzalo Lardíes, abandonó Metavalor, pero los que han cogido el relevo desde entonces siguen obteniendo buenos resultados.
La diversificación es clave a la hora de invertir en este tipo de productos
“Si el gestor estrella de tu fondo se va, tienes tres opciones: puedes quedarte en el fondo; seguir al gestor saliente o buscar alternativas fuera”, dice Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank. Se debe apostar por la primera opción, según esta experta, en aquellos casos en los que se confía en la nueva gestión o en que se mantendrá el estilo de inversión llevado hasta ahora, porque, por ejemplo el que tome el relevo haya sido antes cogestor del fondo. “Seguir al gestor saliente en su nueva andadura es una buena estrategia si este tiene intención de irse a otra entidad o montar su propia firma. Si la decisión es buscar alternativas al fondo, habría que tratar de encontrar un producto con semejante filosofía de inversión y características”, añade Torre.
En Profim, empresa de asesoramiento financiero, siempre ha apostado por los fondos de autor. José María Luna, su director de análisis, cree que son productos con un marcado estilo de gestión, dirigidos por personas apasionadas, con fuertes convicciones y que muchas veces se separan de las tendencias generales del mercado para lograr mayor rentabilidad. “Conciben el fondo casi como un hijo propio”, dice Luna.
Estas virtudes, sin embargo, no impiden que el experto de Profim identifique dos riesgos asociados a estos productos. En primer lugar, el cliente debe de ser muy consciente de cuáles son las apuestas de inversión del gestor para calibrar la liquidez del fondo, algo muy importante en situaciones de crisis cuando deba responder a una avalancha de peticiones de reembolso. El segundo peligro es el riesgo de autor, es decir, que sus apuestas sean fallidas o que en un momento dado se marche y la compañía no cuente con un plan de sucesión.
“Nuestro consejo con la inversión en fondos de autor es la diversificación. Igual que no debemos tener toda la cartera en un solo activo, tampoco conviene confiar todo nuestro dinero al mismo gestor. Afortunadamente, en España hay mucho talento y se puede repartir la inversión entre diferentes gestores”, reflexiona Luna.
El inversor debe evaluar las consecuencias y el impacto del cambio
Una de las entidades que más ha apostado por los fondos de autor es Abante. Esta firma cuenta con varios productos de este perfil y, además invierten en fondos de terceros. “Los fondos convencionales suelen tener menos libertad lo que hace que se comporten de forma muy parecida al mercado o a su índice de referencia. En el caso de los fondos de autor, el gestor goza de más libertad y, si realmente es bueno, a la larga marcará diferencias”, explica Joaquín Casasús, director general de la gestora de Abante. “El riesgo de estos fondos, más que la posible marcha del gestor, es que la visión y las apuestas de éste pueden ser acertada, pero el mercado quizás tardar meses o incluso años en darle la razón. Eso exige paciencia por parte del partícipe y una comunicación permanente del gestor con el cliente para explicarle su estrategia”, según Casasús.
Javier Sáenz de Cenzano, analista de Morningstar, cree que el concepto de fondo de autor es más producto del marketing que una categoría independiente de productos. “Al final, salvo en los fondos llevados por equipos de análisis o indexados, todos tienen una o varias personas al frente que toman decisiones y ponen su sello personal al fondo”, señala. En su opinión, en España, como la industria está dominada por los bancos, el nombre del gestor de los fondos siempre ha tenido una relevancia menor para el gran público, pero en mercados más desarrollados los fondos se conocen por sus gestores.
“Si esta nueva moda de los fondos de autor ayuda a que los inversores presten más atención en saber quién está dirigiendo el fondo en el que invierte, bienvenido sea. Nosotros llevamos tiempo diciendo que este debería ser un dato que las gestoras tendrían que comunicar de forma obligatoria a la CNMV y a los inversores. ¿Alguien invertiría en Telefónica si la compañía no comunicase quién está en el equipo directivo?”, se pregunta Sáenz de Cenzano.
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