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Puesta en marcha de la piscina, ahorro en agua y otros costes

La falta de mantenimiento provoca fisuras, gritas, problemas con la depuradora, filtros y otros componentes, con la consecuente pérdida de agua y el incremento del gasto para su reparación

Piscina con forma de playa de arena seca, con piedras naturales y palmeras.
Piscina con forma de playa de arena seca, con piedras naturales y palmeras.

El verano conlleva la apertura de las piscinas, pero para que éstas estén en perfectas condiciones se recomienda realizar un mantenimiento básico durante el invierno, ya que la falta de éste puede provocar pérdidas de agua, además de otros desperfectos debido a grietas, roturas o fugas que se originan principalmente en el filtro, el depósito de agua, la bomba, el calentador y las válvulas de la tubería.

La Federación de Asociaciones de Fabricantes de Equipos y Constructores de Piscinas, Saunas y Spas (Faps) recomiendan llenar sólo una vez y no vaciar nunca sin el debido asesoramiento técnico.

La mayoría de las veces, las fugas son imperceptibles y detectarlas se vuelve realmente difícil, de modo que cuando nos damos cuenta, en muchas ocasiones ya es demasiado tarde. Verse obligado a vaciar y a volver a llenar la piscina para acometer pequeñas reparaciones supone un coste más elevado que realizar el mantenimiento adecuado durante los meses de invierno.

De hecho, llenar una piscina de tamaño estándar (50 metros cúbicos) supone un coste medio de cerca de 100€ para una piscina de 8 metros de largo × 3 metros de ancho x 2 metros de profundidad, a lo que habría que sumar el coste propio de las reparaciones, según Reparalia, empresa especializada en cuidado del hogar y gestión integral de siniestros y reparaciones.

Simplemente colocar una cubierta en la piscina ayuda a reducir en un 70% la pérdida de agua por evaporación y permite mantener la temperatura alcanzada durante el día. Otra clave que ayuda a ahorrar hasta un 20%, según Reparalia, es la combinación del uso de aire y agua en la limpieza del filtro, además del uso de limpiafondos automáticos. E incluso el reaprovechamiento del agua de la lluvia.

Además de los costes en agua, las piscinas tienen también costes residuales en electricidad, que pueden reducirse siguiendo una serie de sencillos consejos, como el uso de bombas de consumo eficiente, para hacer circular el agua entre la piscina y la depuradora, la instalación de un temporizador, para controlar el tiempo de funcionamiento de la bomba y evitar que se mantenga demasiado tiempo encendida, así como bajar la temperatura o apagar el calentador en piscinas climatizadas, cuando no se usen, y la utilización de LEDs para iluminar, lo que conlleva un ahorro del 80%.

La recuperación del agua al inicio de la temporada deberá efectuarse de la siguiente manera, según Faps. Primero, comprobar que el sistema de filtración de la piscina (bomba y filtro) funciona correctamente, si no es así hay que proceder a realizar una desincrustación del filtro con un producto ácido. Después de esto, hay que eliminar cualquier resto de hojas, arena... de la superficie y del fondo de la piscina. Después, hay que poner en marcha un sistema de filtración y ajustar el php del agua, en torno al 7,2 y 7,6. Realizar seguidamente una cloración y en caso de que el agua esté muy sucia realizar una floculación, consistente en añadir floculante líquido directamente al vaso de la piscina.

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